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La población suiza envejece, va en aumento el número de personas que sufren de enfermedades complejas. Esto representa un enorme desafío para un servicio de excelencia, como siempre lo ha sido el sistema sanitario suizo. La situación se agrava por la falta de personal debidamente capacitado: al personal de enfermería se le está exigiendo mucho... quizá demasiado.
Los costos se disparan, los planes de reforma fracasan y falta personal cualificado: el sistema de salud suizo adolece de múltiples deficiencias. El personal de enfermería hizo sonar las alarmas ya antes del coronavirus, al quejarse de sus malas condiciones laborales y de la falta de reconocimiento. Ahora, tras año y medio de pandemia, está agotado, tanto física como emocionalmente (véase también Panorama Suizo, 4/2021). Y la presión sigue aumentando, debido a la evolución demográfica y social que no deja de agravar la situación. Se pronostica que de cara a 2030 faltarán casi 65'000 enfermeros y enfermeras. Las asociaciones de personal y los especialistas advierten de una situación de emergencia. La iniciativa popular “Por un fortalecimiento del sector de enfermería” se propone evitar que esto ocurra. El pueblo se pronunciará al respecto el 28 de noviembre de 2021.
En Suiza laboran casi 214'200 personas en el sector de la enfermería. La mayoría lo hace en hospitales (45 por ciento) y en residencias (41 por ciento). El 14 por ciento trabaja en unidades extrahospitalarias y muchos, a tiempo parcial, debido a que les sería casi imposible soportar una carga laboral completa. El panorama general es sombrío: el trabajo por turnos difícilmente se compagina con los intereses personales y las obligaciones familiares; el trabajo es física y emocionalmente agotador, y debido a la presión para reducir costos en el sector sanitario se emplea la cantidad mínima de personal y se le exige un máximo de eficiencia. Los enfermeros y las enfermeras suelen tener poco tiempo para atender las necesidades individuales de los pacientes y hablar con ellos sobre cosas aparentemente poco relevantes. Sufren por no poder ejercer su profesión de la forma que consideran correcta. Muchos la abandonan prematuramente: un tercio, antes de los 35 años.
El sector de enfermería nunca ha tenido tantas vacantes. A los jefes de personal les cuesta trabajo cubrirlas, por lo que suelen buscar especialistas en el extranjero. Así, entre los médicos del hospital pediátrico Ostschweizer Kinderspital de San Galo, el 42 por ciento tienen nacionalidad suiza, el 36 por ciento alemana y el 8 por ciento austríaca, mientras que el 86 por ciento del personal de enfermería diplomado es nacional. Por su parte, los hospitales universitarios de Zúrich y Lausana emplean un porcentaje mucho más elevado de trabajadores extranjeros en su sector de enfermería: un 60 y un 50 por ciento, respectivamente. También los particulares contratan cada vez más a cuidadoras de Alemania y Europa Oriental: son mujeres que trabajan a domicilio casi las 24 horas del día, ganan relativamente poco y regresan a sus países después de unos meses.
Cubrir vacantes con personal extranjero no deja de plantear problemas éticos: Suiza emplea a gente formada en otros países, que estos países necesitan. En un futuro podría resultar más difícil contratar trabajadores en el extranjero, debido a que los países de donde proceden se esfuerzan cada vez más por conservar a sus especialistas. Al mismo tiempo, la necesidad de personal aumentará notablemente en Suiza, entre otros motivos, debido al envejecimiento de la población.
A juzgar por el número de enfermeros por cada 1'000 habitantes, Suiza parecería estar bien posicionada en comparación con otros países. Sin embargo, sería erróneo deducir de ello que el personal goza de una situación envidiable, advierte Rebecca Spirig, Profesora del Instituto de Ciencias de Enfermería de la Universidad de Basilea: “Hay que ver a quiénes se incluye en las estadísticas y qué tareas se les asigna”. En Alemania, por ejemplo, hace pocos años que el cuidado de heridas se traspasó a la enfermería. En Suiza, la aplicación de inyecciones y administración de sueros se consideran formación básica. En EE. UU., las nurse practitioners se encargan de dar atención primaria a la mayoría de la población. Y en Holanda se ha afianzado el modelo de Buurtzoorg (cuidados entre vecinos), con equipos de enfermeros y enfermeras que se organizan en forma ampliamente autónoma: asesoran, deciden, dan tratamiento, coordinan y, si es necesario, acuden a otros especialistas.
“Las enfermeras y enfermeros tienen muchos conocimientos, pero gozan de poco margen de decisión.”
Profesora del Instituto de Ciencias de Enfermería de la Universidad de Basilea
“Suiza no es un país pionero”, dice Rebecca Spirig. Su sistema de cuidados reposa básicamente en la valoración de los médicos: “Las enfermeras y enfermeros tienen muchos conocimientos, pero gozan de poco margen de decisión”: así, se necesita receta médica incluso para cosas tan elementales como el uso de medias de compresión. Además, la situación es a veces un poco confusa: quien requiere cuidados domiciliarios generalmente debe recurrir a varios prestadores de servicios. Así, corresponde al personal extrahospitalario ayudar en la higiene corporal diaria, cambiar vendajes y cuidar heridas; a los médicos, diagnosticar, dar tratamiento y recetar terapias, las cuales están a cargo de especialistas en fisioterapia y terapia ocupacional. “En la atención ambulatoria falta unificar las estructuras y los procesos”, dice Ursula Meidert, de la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Zúrich (ZHAW). Muchas veces la coordinación es deficiente, lo que puede provocar tratamientos superfluos, insuficientes o, incluso, incorrectos.
Al igual que muchos otros sectores de la vida cotidiana, el sistema de salud en Suiza está organizado a nivel federal. La Confederación establece lineamientos, que los cantones deben instrumentar; éstos, a su vez, delegan algunas tareas a los municipios, los cuales se hacen cargo, en parte, de los cuidados de larga duración y de la atención ambulatoria a las personas mayores. De ahí que existan grandes diferencias en los servicios médicos y sociales disponibles en cada lugar, así como en la forma en que unos colaboran con otros.
Es verdad que se están realizando esfuerzos por interconectar y optimizar los servicios de atención primaria. Sobre todo en las zonas rurales, existen consultorios comunitarios donde colaboran distintas áreas de especialidad. También existen modelos con sólidas estructuras extrahospitalarias y transferencia fluida hacia la atención clínica, que reciben, en parte, apoyo público. “Hemos evaluado algunos casos muy satisfactorios”, recalca la Profesora de Enfermería Rebecca Spirig. Sin embargo, falta voluntad política para impulsarlos e instrumentarlos a nivel nacional. Una opinión que comparte la investigadora Ursula Meidert: “Muchas autoridades solo actúan cuando no les queda otra opción”.
La complejidad del sistema dificulta la identificación de interrelaciones y la puesta en marcha de reformas básicas a más largo plazo. Los políticos federales parecen evadir la toma de decisiones: se pierden a menudo en debates de principios, que rara vez desembocan en algún compromiso. Varias propuestas de mejora fracasan ya en los consejos federales, en los que prevalecen actores de peso: el cuerpo médico, las aseguradoras de salud, la industria farmacéutica. Sin embargo, también el electorado suele tener una postura crítica frente a los planes de reformas. En 2012, por ejemplo, rechazó una propuesta destinada a mejorar la coordinación y la calidad de la atención primaria.
Quienes se oponen a toda innovación advierten de mayores gastos, haciéndose eco de una preocupación ampliamente compartida. No obstante, hay estudios que revelan que unificar las estructuras y optimizar los procesos contribuiría a cubrir los costos. Cuando mejora la colaboración entre las distintas áreas de especialidad, el personal se siente más satisfecho y permanece más tiempo en el sistema de salud. Rebecca Spirig, quien forma parte del comité de la iniciativa, espera que ésta contribuya también a alentar la cooperación: “Un ‘Sí’ no solo permitiría impulsar las reformas que necesita el sector de enfermería, sino el sistema de salud pública en su conjunto”.
En Suiza, los costos de salud son elevados y son en gran parte los propios pacientes quienes los sufragan. En 2018, estos gastos ascendían a 798 francos mensuales por persona. Los hogares asumieron el 63%, y casi la mitad de este porcentaje se cubrió gracias a las cuotas del seguro de salud obligatorio. El Estado asumió el 30% del costo total, según datos de la Oficina Federal de Estadística. En las últimas décadas, el porcentaje de los gastos en salud con respecto al producto interior bruto (PIB) aumentó considerablemente, hasta alcanzar un 11,2% en 2018: uno de los valores más altos de Europa. Claramente a la cabeza está EE. UU., con un 16,9%, seguido de Alemania (11,5%) y Francia (11,3%). España alcanzó un 9,0% e Irlanda un 6,9%. Muchos se preocupan por el aumento de los gastos en Suiza: en el “barómetro de preocupaciones” de los suizos, los costos de salud siempre ocupan uno de los primeros puestos. En Suiza, la mayor parte del dinero se gasta en hospitalizaciones; y la menor, en medicina preventiva.
Desde hace mucho tiempo, el personal de enfermería pugna por mejorar sus condiciones laborales, obtener más reconocimiento y autonomía. Ahora, la Asociación Suiza de Enfermeras y Enfermeros (ASI) pretende alcanzar por fin estos objetivos en las urnas. “La que al final va a requerir asistencia será la misma sanidad pública, si no se toman medidas para que esta profesión resulte más atractiva”, advierte Yvonne Ribi, Directora de ASI. Los promotores de la iniciativa reclaman una mayor inversión en materia de formación básica y avanzada. Así, para poder contar rápidamente con un mayor número de jóvenes profesionales diplomados, solicitan un aumento salarial durante su formación.
Con el afán de garantizar la seguridad de los pacientes y la calidad de su atención, la iniciativa exige que se incremente el número de trabajadores en cada turno. Los horarios de servicio deberán ser más compatibles con la vida familiar. Las enfermeras y enfermeros deberán poder gozar de mayor independencia en su trabajo, por ejemplo, para recetar, realizar y facturar ciertas prestaciones por cuenta propia. “Darles más responsabilidad contribuirá, además, a aliviar la carga laboral de los médicos”, comenta Rebecca Spirig, Profesora de Enfermería y miembro del comité de la iniciativa.
Los políticos entienden las peticiones del personal sanitario. El Parlamento Nacional aprobó una contrapropuesta y acordó, entre otras medidas, una estrategia para promover su formación. Para lograr este objetivo, el Estado brindará un apoyo de casi 500 millones de francos y los cantones deberán sufragar una suma equivalente. Para el comité de la iniciativa, esta contrapropuesta se queda corta, porque no incluye medidas destinadas a reforzar la satisfacción laboral de los enfermeros y enfermeras y prolongar su permanencia en la profesión. Tampoco atiende su exigencia de aumentar el personal de cada turno. El 28 de noviembre, los electores tendrán la última palabra.
El Consejo Federal, así como la mayoría de ambas Cámaras del Parlamento están en contra de la iniciativa. Se niegan a otorgar a este gremio un trato especial dentro de la Constitución. Las aseguradoras también se oponen, debido a que el personal sanitario podría prescribir ciertas prestaciones, lo que redundaría en un incremento de tratamientos y, por ende, de costos. Los partidarios sostienen lo contrario: se ahorrará tiempo y dinero, ya que en estos casos ya no será necesaria la firma de un médico.
Comentarios
Comentarios :
All you people think of is money...what the fuck do I care what the cost will be? You should have been adapting to the changing times and stay abreast of developments.Instead you where sleeping on the job and missed warnings that things could not stay as they were. And now you're whineing and scraping and saying it's because of the ageing population... so what's your plan now? Cart everybody off to concentration camps, beacuse they're older than 65 and entitled to a pension they've worked for all their lives? As usual this is gonna be talked about and analyzed and talked about again and nothing happens.
(...)
The final paragraph of this text has meanwhile been deleted by the editorial team.
My comment is that, why not look for workers in other country like Nigeria and other Africa country.
Bonjour
Très bon analyse du système de santé suisse en relation a la profession d’infirmière -er. Merci.
Votons OUI à l’Initiative sur les Soins Infirmiers le 28 novembre
Das Arbeitsfeld mit seinem Fachwissen und Erfahrung weiß schon wie man die Probleme lösen könnte, aber die Entscheidungen muss die Politik treffen. Da fehlt es an Mut, da man natürlich keine unpopulären Maßnahmen ergreifen will. Siehe da der entstandene Spagat, der unsere Staaten lähmt. Mehr Personal ist keine Lösung wenn nicht die Ursache erkannt wird. Henk Masselink, pensionierter Hausarzt
Cela montre encore que des pensées "je ne veux pas faire et je jete pour autre personne le faire" comme système de pensée mondial: ne peux pas marcher. Il faut une reéducation que "il y a travail jour au jour dans une maison et des garçons - riches et pauvres - ont besoin faire cela" aussi comme s'occuper des enfants, apprendre des petits à soigner des gens malades et agées. Révolution Rose pour une nouvelle Civlisation, Civilisation Respectueuse. Jeter la charge de soin des personnes seulement pour une métier, un groupe de personnes, c'est vraiment malade.
In Sache dringendem Umdenken individueller Wertskala in der heutigen Gesellschaft bin ich ganz Ihrer Meinung. Aber in Sache Pflegeleistung? Die heutige Familienstruktur ist eine zerrissene, beide Elternteile arbeiten, die Jungen suchen ihren eigenen unabhängigen Weg in die Zukunft anderswo. Wir leben nicht mehr in einer generationenumspannenden Grossfamilie auf einem Hof.
In Kürze gesagt: GRAUSAM ABER WAHR ! Das öffentliche Gesundheitswesen in der Schweiz ist seit Jahren ein profilierter Requiemkomponist. Da ist wirklich etwas Grundsätzliches oberfaul weil es gibt wirklich keinen Sinn, ausser dem des totalen Chaos bezüglich Administration und Politik. Ich bezahle hier in Israel umgerechnet an die 20 Sfr. pro Monat - und da ist alles inbegriffen, was Spitalaufenthalt, ärztliche Betreuung und medizinische Eingriffe anbelangt inklusive ärztlicher Betreuung auch im Alltag nach der Spitalentlassung.
Lieber Arie-Isaac, mit den umgerechnet 20.- sFr. gibt es nur eine Grundbehandlung, ohne Zusatzversicherung bezahlt man viele Untersuchungen selber ( z.B. in der Schwangerschaft ). Die Wartezeiten fuer Spezialisten sind viel zu lang ( z.B. Plegehilfe zuhause nach Operation: 1 Monat, Logopaedie fuer Kinder: 8 Mte.....). Altenheimplaetze sind unbezahlbar.
Auch in Israel sind die Pflegenden unterbezahlt, die Stellenberechnuing ist auf dem Stand von vor 30 Jahren geblieben.
Bin jetzt , nach ueber 40 Jahren im Beruf, pensioniert worden, und bluehe ploetzlich auf.
Unser Gesundheitswesen ist in der selben Situation, die Bevölkerung will die beste Pflege ohne mehr zu bezahlen.
Moderne Industrieländer leben in der Gegenwart und planen für die Zukunft, ich denke das wird für die Schweiz kein Problem sein.
Meine Tochter macht derzeit eine Ausbildung als Pflegefachfrau in Deutschland. Nach dem 1. Ausbildungsjahr hat sich schnell gemerkt, welche aussergewöhnliche Belastung auf dem Pflegepersonal im Krankenhaus lastet. Es ist deswegen längst fällig, dass diese Berufsgruppe und ihre Leistungen nicht nur mit lautem Applaus aber mit mehr Geld anerkannt wird. Ich werde auch die Initiative ohne Wenn und Aber unterstützen. Sonst werden die Pfleger noch kranker als die Gepflegten... Dann gibt es auch keine Pfleger mehr und nur Ungepflegte...
Das haben Sie ganz richtig erkannt. Diese verfahrene und total ungerechte Situation beruht zur Hauptsache darauf, dass die medizinische Politikstrategie die ehrenhafte Sozialbereitschaft der Pfleger als eine Art von "Nonnenberuf" ganz unverschämt einkalkuliert und ausnutzt. Also, kann ich nur hinzufügen, Ihr gesagtes in Gottes Ohren!
Ich bin sehr zum Dank verpflichtet. Ohne das Personal im Gesundheitswesen wäre ich nicht mehr hier. Ich habe dem Gesundsheitsamt 2x geschrieben, dass die Menschen, die im Spital arbeiten, bessere Löhne mehr als verdient hätten. Antwort: Danke für die Info und wir nehmen uns der Sache an. Der zweite war dann nicht so ziemerlich geschrieben. Antwort: keine. Ich bin einer der wenigen der co19 bekommen hat und arbeitsunfähig geworden ist. Aber so spielt das Leben. Geniesst das Leben, esst gesund, man weiss nie, wenn das Leben fertig ist
Ich staune immer wieder bei solchen Berichten. Meine Tochter ist Pflegefachfrau HF, 40jährig und alleinerziehende Mutter mit erstklassigen Zeugnissen. Nachdem ihre Tochter grösser ist, sucht sie wieder eine Stelle und findet nichts. Sie möchte keinen Wochenend- und Nachtdienst machen. Und diese Situation können Spitäler und Kliniken nicht akzeptieren. Es wäre also dringend notwendig, dass diese Institutionen neue Arbeitsmodelle schaffen würden. Aber auch hier: Die Verantwortlichen sind Schreibtischtäter, die von Praxis sehr wenig Ahnung haben. Schade und so liegt vorläufig auch das ganze Wissen meiner Tochter brach und sie liest weiterhin von fehlendem Pflegepersonal....
Wenn jemand keinen Nacht- und Wochenenddienst macht, bedeutet das, dass alle Anderen mehr Nacht- und Wochenenddienst machen. Oft weigert sich daher das Pflege-Team, eine solche Person zu akzeptieren..
Gesundheit, Ernährung, Technik, alles hat sich stark entwickelt in den vergangenen 40 Jahren. Einiges zum Guten, anderes nicht. Die Pflegeberufe waren Berufung, nicht einkommensgebunden, und die Ansprüche der zu Pflegenden war nicht hoch. Sie waren zufrieden wenn jemand da war und "mal ins Zimmer reinschaute". Wir haben Überstunden gearbeitet ohne nach mehr Geld oder Freizeit zu fragen, das Krankenhaus hat uns aber, bei weniger Belegung, die Freitage gewährt. Heute ist man nicht mehr flexibel genug rasch zu reagieren. Das System ist so träge geworden, seit alles und jedes geregelt werden muss. Muss es???? Könnten Freiwillige, ganz ohne Pflegeauftrag, einen Teil der Zuwendung übernehmen? Nicht unbedingt Familienmitglieder, die sowieso schon am Limit pflegen, aber es gibt so viele rüstige Alleinstehende, AHV-Rentner/innen die bereit wären, eine solche Aufgabe zu übernehmen. Doch mit den Vorgaben von Versicherungen und Trägerschaften (Sicherheit????) werden solche Tätigkeiten verhindert. Das ist doch Verhältnisblödsinn. Was ist denn gefährlich daran (ausser man hat einen Hass auf jemanden!!!), am Bett eines Kranken zu sitzen, seine Hand zu halten, zuzuhören, zu reden/vorzulesen falls erwünscht, und im Bedarfsfall nach der Schwester zu klingeln? Die Sehnsucht nach Liebe und Zuwendung hat sich in all den Jahrzehnten nicht verändert, das bleibt und wird immer so sein. Als junge Frau habe ich mich um Kranke gekümmert und jetzt als Rentnerin tue ich es wieder. Wenn viele mitmachen, kann man viel verbessern. Wo ist der Wille? Politisch wie menschlich!
FREIWILLIGENHILFE? Als ich in den Ruhestand trat, habe ich mich über zwei Jahre 20 Stunden je Woche als solche freiwillige Pflegerkraft betätigt. Ich meine als Zusatz hat das seinen Sinn. Aber als im Gesundheitswesen einkalkulierter Ersatz? NEIN, weil uns das wieder genau zum selben Punkt der Berufsabwertung führt.
Ausländische Arbeitnehmer im Gesundheitswesen kommen gerne in die Schweiz. Gründe: wesentlich höhere Entschädigung, bessere Arbeitsbedinungen, mehr Freizeit. Ich spreche hier allgemein im Vergleich mit spanischen Verhältnissen ( die unmliegenden Länder der Schweiz sind mir auch bekannt). Ich fordere: mehr Eigenverantwortung für die persönliche Gesundheit, gesünder leben, nicht soviel jammern, speditive Gymnastik, gesunder Sport (nicht übertreiben), nicht rauchen. keine Drogen, wenig Alkoholkonsum etc. Ich bin 80 und fühle mich gesund, bin gegen alles was mit Covid zusammenhängt, vor allem keine Impfung. Ganz wichtig: Immunsystem stärken. Abstimmung November also 2x NEIN.
Respekt Herr Fridez, ich freue mich, dass es Menschen wie Sie gibt, die sich eine gesunde kritische Einstellung gegenüber dieser selbstgemachten Krise bewahrt haben! Alles Gute weiterhin, liebe Grüsse aus Guatemala
Werter Herr Fridez, leider haben Sie vergessen zu erwähnen, dass sog. gesundes Leben bei vielen noch lange kein Garant fuer Gesundheit ist.
Cher Monsieur, Toutes mes félicitations pour votre dynamisme et pour le soin que vous avez pris a ménager votre santé. J'ai moi- même 71 ans, je n'ai jamais été malade, je suis en pleine forme et j'espère être sur vos traces. Je pense que j'ai surtout de la chance car, même si j'ai mene une vie saine, j'ai connu au cours de ma carrière de soignante beaucoup de personnes qui n'ont aucune responsabilité dans leurs difficultés de santé. C'est une évidence...pour ce qui concerne notre santé, nous avons de la chance. Espérons que cela dure. Bien cordialement.
Ich werde die Initiative des SBK mit einem entschiedenen JA annehmen. Als Teenager war Krankenschwester zu werden mein Traum. Ich habe ihn nie realisiert weil mir bewusst wurde, niemals die Zeit zu haben, mich einmal an ein Krankenbett zu setzen und dem Patienten zuzuhören. Somit kann ich allem, was diesen wunderbaren Beruf interessanter, menschlicher und somit besser macht, nur zustimmen!