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En Suiza, el uso de los servicios en línea debe ganar en sencillez y seguridad. Para ello, el Consejo Federal y el Parlamento tienen previsto crear una identidad electrónica (e-ID). Sin embargo, se trata de un plan controvertido. El 7 de marzo, los electores se pronunciarán en torno a la introducción de la e-ID.
Unas veces son seis cifras, otras ocho; a veces letras, otras números. Quienes navegan por Internet guardan una buena retahíla de contraseñas, a las que se suman otros datos, los de inicio de sesión: nombre, dirección de correo electrónico o número de cliente. Para pedir alimentos en línea, comprar entradas para el teatro o pagar facturas hay que dar el santo y seña, sin contar con que los procedimientos de identificación y autenticación no son homogéneos.
Con el afán de evitar una mayor “proliferación” y fijar normas claras, en 2019 el Parlamento promulgó una nueva ley: la Ley federal sobre servicios de identificación electrónica (LSIE), que se someterá a votación el 7 de marzo de 2021, sienta las bases para una identidad electrónica (e-ID). “El objetivo es garantizar un inicio de sesión calificado”, subrayó la Consejera Federal Karin Keller-Sutter en el Parlamento. Los usuarios de servicios en línea podrán hacerlo en toda confianza: su identidad estará protegida por un marco legal. No se trata, empero, de un pasaporte digital, aclaró la Consejera.
La e-ID está destinada a facilitar y hacer más seguros el uso de las aplicaciones electrónicas gubernamentales y la realización de operaciones comerciales en línea, evitando confusiones y ataques de piratas informáticos. Están previstos tres niveles de seguridad. El más elevado, el reconocimiento facial, se usaría para datos especialmente sensibles, como el intercambio de información sobre la salud, el cálculo electrónico de impuestos o las votaciones por Internet. Estas últimas podrían llevarse a cabo en forma totalmente digital gracias a la e-ID: todos los documentos y datos de acceso estarían disponibles en línea. Las autoridades no tendrían que enviar el PIN por correo, como era el caso en el sistema de votación electrónica recién suspendido. Tanto los proveedores como la población podrían decidir libremente si desean o no hacer uso de la identidad avalada por el Estado.
Hacer realidad este proyecto requiere de la colaboración entre el sector público y el privado. La idea es que la Confederación verifique y registre la existencia de la persona y sus datos de identidad. Luego serían las empresas privadas y las administraciones cantonales y municipales las que emitirían la e-ID. Estos proveedores de identidad (IdP, por sus siglas en inglés) se encargarían de las tarjetas, las memorias USB o las aplicaciones e-ID. Un grupo de expertos independientes, la Comisión Federal para la e-ID (Eidcom), autorizaría y supervisaría a los proveedores de identidad (IdP).
Con esta distribución de tareas, el Consejo Federal y una mayoría del Parlamento aspiran a garantizar unos servicios operativos y de fácil uso para el consumidor. Argumentan que los proveedores privados están más cerca de los clientes y pueden reaccionar con mayor flexibilidad a la evolución tecnológica. “La experiencia de otros países ha demostrado que las soluciones estrictamente gubernamentales no son las óptimas y tienen poco éxito, debido a que el sector privado no las utiliza”, comenta Karin Keller-Sutter.
Sin embargo, este tipo de cooperación no deja de suscitar controversia. Tal es el motivo por el que la asociación Digitale Gesellschaft, los organizadores de campañas Campax, la plataforma por la democracia WeCollect y la asociación PublicBeta decidieron convocar un referendo para conseguir que se pronuncie el pueblo. El Estado, objetan, estaría renunciando a una de sus funciones sustantivas para “arrodillarse ante intereses económicos”. Quienes asumirían las funciones de las oficinas de pasaportes serían los grandes bancos, los seguros y las empresas paraestatales. Esta unión de opositores juzga peligroso conceder a actores privados el acceso a datos sensibles, ya que las empresas se mueven ante todo por intereses comerciales y no son dignas de confianza. El Estado quedaría relegado a una mínima función de control. Los oponentes también dudan de la libre voluntad: temen que los servicios en línea ejerzan presión para que se utilice la e-ID. El PSS y los Verdes ya han sustentado esta opinión en el Parlamento, una opinión que también comparten el Partido Pirata, el Sindicato Suizo de Empleados Públicos, varias organizaciones de personas mayores y otras redes más.
Los partidarios del proyecto rebaten esos temores, afirmando que el Estado no traspasaría el control de los datos y que la LSIE excede las normativas vigentes. Los datos personales no podrían usarse para otros fines ni traspasarse sin previo consentimiento. Asimismo, se prohibiría su venta.
Adrian Lobsiger, responsable federal de la protección de datos, resalta la conformidad de la propuesta con la normativa de protección de datos. En su opinión, el proyecto supondría una simplificación, ya que sería innecesario que cada banco, empresa o administración desarrollara su propio inicio de sesión seguro. “Conduciría a una estandarización legal de la seguridad técnica y de la protección de datos”. La solución prevista tendría la ventaja de que el sector privado financiaría y operaría un sistema de e-ID regulado por el Estado. Si la ley es rechazada en las urnas, Suiza podría verse obligada a reconocer e-ID exclusivamente privadas, posiblemente incluso de proveedores extranjeros como Apple o Google, a pesar de que éstos no garantizan el mismo nivel de protección. Algunas instancias cantonales colaboran ya con la empresa SwissSign, señala Lobsiger, y usan una SwissID desarrollada por esta empresa para ofrecer a los ciudadanos sus servicios oficiales en línea.
SwissSign está integrado por Correos de Suiza, Ferrocarriles Federales Suizos, Swisscom, Six, varios grandes bancos y aseguradoras. Este grupo tiene mucho interés en emitir una e-ID, advierte Anita Fetz (PSS/BS). En un debate parlamentario, esta antigua Consejera de los Estados señaló que un monopolio privado no puede ser la forma de competencia del futuro. La Ministra de Justicia, Karin Keller-Sutter, rechazó el argumento por “no concluyente”: “¿Y qué tipo de emisor sería entonces el Estado?” El objetivo es, precisamente, que varios proveedores compitan en el mercado y desarrollen diferentes aplicaciones.
La e-ID supondría una base importante para la transformación digital, subrayan sus partidarios. Suiza no debe perder esta oportunidad de avanzar en materia digital y acortar distancias con el extranjero. En realidad, Suiza está menos avanzada en cuestiones de administración electrónica que otros países equiparables. Los expertos advierten que podría quedar rezagada. Ruedi Noser (PLR/ZH) advirtió en el Consejo de los Estados que ésta es la última oportunidad para Suiza de conservar en el propio país el control sobre los datos de identificación de sus ciudadanos. Si el proyecto se retrasa, los beneficiados serán Apple, Google, Facebook y Amazon.
El Parlamento de la “Quinta Suiza”, el Consejo de los Suizos en el Extranjero (CSE), se pronunció el 10 de julio de 2020 a favor de la propuesta de votación. Sin embargo, con 37 votos a favor, 26 en contra y 18 abstenciones, la decisión no fue unánime.
Para que la e-ID se haga realidad, la Confederación debería desembolsar 7,9 millones de francos. Con ese importe se financiarían el desarrollo del sistema y la creación de la Oficina de Identificación y Certificación. Su funcionamiento costaría, según el Departamento Federal de Justicia y Policía, unos 3,5 millones de francos anuales, pero se pagaría con impuestos administrativos, por lo que no supondría ningún gasto para la Confederación.
Comentarios
Comentarios :
Der Bund muss die einzige Stelle sein wo meine Daten hinterlegt sind was, was sie jetzt schon sind.
Der Bund garantiert mit der Vergabe einer E-ID, dass ich der bin den ich vorgebe zu sein. Der Rest funktioniert über meine E-ID die für alle Anderen als Identifikation funktioniert.
So sind meine Daten geschützt, was jetzt auch sein sollten, es kann kein Missbrauch damit betrieben werden. Wenn Andere meine Daten wollen müssen sie sie von mir direkt abholen und ich kann entscheiden ob ich sie geben will oder nicht. Nicht über dunkle Wege einkaufen.
In my perfect world, the federal government would offer a secure and convenient eID. However, I understand the real-world arguments against it. The city of Zug may have found a realistic solution if people are willing to spend some time learning about distributed ledger technology (blockchain).
https://joinup.ec.europa.eu/collection/egovernment/document/swiss-city-zug-issues-ethereum-blockchain-based-eids#:~:text=Since%20November%202017%20the%20Swiss,app%20and%20an%20online%20portal.
Grüss Gott
Ich würde E-ID von E-Voting trennen, weil ich denke, dass E-ID kann man vieleicht in Inland brauchen, das E-Voting ist besonderes für die Auslandschweizer sehr attraktiv. Mit der Post abstimmen ist ja langsam und der Abstimmungstermin ist jeweils vorbei . Mit freundlichen Grüssen, Kokob
La Suisse 2021: Ne savez-vous donc pas qu'ily a des personnes agées qui ne comprennent rien avec les ordinateurs et les téléphones tablettes !
Ich will meine Daten NICHT in den Händen von irgendwelchen pirvaten Interessen sehen.
Und was von Versprechungen zu halten ist, dass die Daten sicher seien in den Händen dieser Anbieter, das sah man in der Vergangenheit immer wieder. Und die Kontrollen durch den Staat kann man getrost vergessen, das funktioniert ja nicht einmal bei der Kontrolle der Restaurants, des Tierschutzes, der Lebensmittelsicherheit und und und.
Weshalb soll sie denn bei den Datenkraken funktionieren. Wer glaubt denn das?
NEIN zu dieser Vorlage und NEIN zum Gegenvorschlag.
https://x-road.global/xroad-world-map
N.B. Je n'ai absolument aucun intérêt personnel ni aucun lien avec l'entreprise.
Une spécialiste reconnue au Québec, Michelle Blanc, m'a suggéré, en lui parlant de ce projet de e-ID, que la Suisse jette un œil sur: X-Road® Data Exchange Layer.
Cordialement, Eric W. Schaffner (Suisse au Québec)
Michelle Blanc M.Sc.
Consultante conférencière et auteure stratégie de gestion et marketing internet. Mon titre académique est http://M.Sc. commerce électronique
Ich bin auch der Meinung des Bundesrats / Karin Keller-Sutter.
Eine E-ID, die von einem Privaten organsiert wird, will ich nicht. Der Staat kann die Sicherheit NICHT garantieren, obwohl es gesagt wird. Werde daher dagegen stimmen.
Ein Fass ohne Boden wird wieder aufgemacht für das Schweizer Volk! Die Schweiz ist auch nicht in der Lage, ein System auf die Beine zu stellen, das den Auslandschweizern ermöglicht, an Abstimmungen teilzunehmen! In solche Systemen werden Millionen verheizt und am Schluss werden sie wieder abgezogen und vernichtet und der Souverän hat bezahlt. Der Bundesrat ist wie so oft völlig überfordert und das Wichtigste: Sie haben keine Ahnung! Man kann nicht Politiker zum Oberhaupt machen und sie versteht nichts von der Materie. also muss es ein klares NEIN sein am 7.März 2021. Leider kann ich nicht abstimmen, denn die Unterlagen werden wie immer zu spät kommen.
Bonjour.
Le problème du délai de renvoi des votations viennent plus du pays où vous habité.
J'habite en France et je reçois les enveloppes de vote un mois a deux mois a l'avance.Donc largement le temps de réagir.
Moi même, je suis contre l'E-ID car le système électronique ne pourra jamais être sur à cent pour cent.
Erhalten auch die Auslandschweizer eine E-ID? Kann man damit entlich elektronisch abstimmen. Falls nein, was soll für uns Auslandschweizer
Eine E-ID können grundsätzlich alle beantragen. Eine E-ID führt aber nicht automatisch zum E-Voting. Es ist lediglich so, dass die E-ID eine künftige E-Voting-Lösung erleichtern könnte.
Derzeit hat die Schweiz sämtliche E-Voting-Versuche sistiert: Niemand kann momentan an nationalen Urnengängen elektronisch abstimmen. In Kürze sollen aber erneut E-Voting-Versuche zugelassen werden. Die "Schweizer Revue" wir in ihrer nächsten Ausgabe über den aktuellen Stand zum Thema E-Voting berichten.