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El Consejo Federal sólo firmará el acuerdo marco entre Suiza y la UE cuando se hayan aclarado algunos puntos controvertidos; esto podría tardar. Lo que no se sabe, es si la nueva Comisión de la UE tendrá una actitud más flexible frente a Berna. Hasta ahora, ganar tiempo rara vez ha perjudicado a Suiza.
Desde hace nueve meses está en la mesa un borrador para un acuerdo marco institucional con el que Suiza y la Unión Europea (UE) pretenden regular la continuación de la vía bilateral. Sin embargo, a pesar de la enorme importancia que tiene para Suiza este acuerdo con su principal socio comercial, el Consejo Federal se mantuvo mucho tiempo en silencio. Por fin, antes de las vacaciones de verano y tras varios meses de consultas con las principales partes interesadas del territorio nacional, el gobierno federal dio a conocer su postura. El Consejo Federal declaró en junio que Suiza no puede firmar el acuerdo en su forma actual: es necesario “precisar” los puntos controvertidos. En su comunicado al Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el Consejo Federal evitó usar el término “renegociaciones”, ya que la UE las ha descartado categóricamente hasta el momento.
En concreto, son tres los puntos que, en opinión del Consejo Federal, no obtendrían el apoyo de la mayoría y provocarían gran oposición por parte del sector político del país: la protección salarial, los subsidios estatales y la directiva relativa a los ciudadanos de la Unión (ver Panorama Suizo 2/2019). Con respecto a la protección salarial, el Consejo Federal desea que se garantice el nivel salarial suizo. En materia de subsidios estatales, quiere garantizar que Suiza sólo aplique las normas de la UE cuando el acceso al mercado interior de la UE esté garantizado mediante acuerdo. En tercer lugar, el acuerdo marco no deberá interpretarse de tal manera que Suiza esté obligada a adoptar la directiva relativa a los ciudadanos de la Unión. Esta permite a los Estados de la UE regular mutuamente los derechos de estadía de sus ciudadanos en otros países miembros, incluyendo las prestaciones sociales.
No está claro si bastará con “precisar” estos puntos controvertidos o si harán falta nuevas negociaciones. Pero el tiempo se acaba, ya que a finales de octubre se retirará la Comisión Europea dirigida por Jean-Claude Juncker, que negoció el acuerdo marco con Suiza. El Presidente de la Confederación, Ueli Maurer (UDC), expresó a principios de agosto que no cree que se llegue a una solución antes de que Juncker deje su cargo. Sin embargo, es poco probable que las negociaciones sean más fáciles con la nueva Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. No obstante, Suiza tiene tiempo “y necesitamos tiempo para llegar a una solución favorable para Suiza”, dijo Maurer, cuyo partido quiere eliminar por completo la libre circulación de personas. La iniciativa de la UDC “Por una inmigración moderada” ha tomado forma y se discutirá probablemente en la sesión de otoño del Consejo Nacional.
Hasta el cierre de redacción no existía aún ninguna posición suiza con posibilidades de conseguir la mayoría en materia de protección salarial. El Consejo Federal había encargado a los sindicatos y a los empresarios que sondearan posibles ofertas de negociación con la UE. Sin embargo, el Presidente de la Unión Sindical Suiza, Pierre-Yves Maillard, dejó claro que no está dispuesto a hacer concesiones. Él también quiere ganar tiempo y lograr que Bruselas ceda frente a Suiza en materia de protección salarial. Como contrapartida propone mayores contribuciones financieras, similares a las aportaciones a favor de la cohesión para los nuevos países miembros de la UE.
Un posible escenario es que en 2020 los votantes decidan primero sobre la iniciativa de la UDC antes de que se firme el acuerdo marco. Si el pueblo se niega a eliminar la libre circulación de personas, esto significaría que aprueba la continuación de la vía bilateral y fortalecería la posición del Consejo Federal.
Ganar tiempo antes de firmar un acuerdo marco institucional no ha tenido hasta ahora grandes desventajas para Suiza. Si bien la UE denegó a Suiza desde el 1.o de julio la prolongación de su equivalencia bursátil, las medidas de protección adoptadas por el Consejo Federal a favor de la negociación de títulos valores en la bolsa suiza parecen funcionar.
Para la economía, resulta más preocupante la amenaza de erosión de los acuerdos bilaterales existentes. Mientras no haya avances en el acuerdo marco, la UE no actualizará necesariamente los acuerdos vigentes. Así, el Acuerdo sobre los Obstáculos Técnicos al Comercio debería adaptarse antes de mayo de 2020: en caso contrario, las empresas suizas de tecnología médica podrían perder el acceso directo al mercado interior europeo. Concretamente, podrían surgir más obstáculos burocráticos, con un correspondiente aumento de los costes. Para la economía hay mucho en juego con los acuerdos bilaterales: cada tercer franco que gana Suiza proviene de sus relaciones con la UE. En base a los acuerdos bilaterales se intercambian diariamente mercancías por valor de mil millones de francos. Por eso, un acceso abierto al mercado europeo es esencial para la economía suiza.
El Brexit no favorece a Suiza. Ante la salida de Gran Bretaña de la UE, Bruselas hace todo lo necesario para que el hecho de no pertenecer a la Unión Europea sea lo menos atractivo posible: éste es el mensaje que le envía también Suiza, acusada de querer sólo lo que le favorece. Según los observadores, Bruselas podría ser más flexible frente a Suiza si no tuviera que demostrar dureza por el Brexit.
El presente artículo refleja la información disponible al cierre de redacción, a principios de agosto. Artículo anterior sobre este tema
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Comentarios :
Nur einfach egozentrisch seine Bedürfnisse anmelden, ohne Gegenleistung geht auch im allgemeinen Leben nicht. Verständlich, dass die EU hier einfach mal hart bleibt. Wohlverstanden, ich bin ein Schweizer und beachte die Interessen des Heimatlandes schon. Aber dazu gehört halt auch das Verstehen der "Gegenseite".