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  • Reportaje

En Suiza, la madera vuelve con fuerza en la construcción

11.04.2025 – Stéphane Herzog

Al ser capaz de almacenar CO2, la madera tiene cada vez mayor demanda en la industria de la construcción. Sirve incluso para construir rascacielos. Los expertos suizos son muy solicitados. Sin embargo, este auge no está exento de tensiones.

¿Más alto, más­ apartado, más rápido, más bonito? En busca de los récords suizos más originales. Hoy: las construcciones de madera más altas del mundo

La empresa ginebrina de ingeniería y construcción en madera “Charpente Concept” es todo un referente en su especialidad. Fundada en 1991 por el maestro carpintero Thomas Büchi, la empresa diseñó la “Broken Chair” de la Plaza de las Naciones de Ginebra, construyó en madera el Refugio de Goûter en las laderas del Mont Blanc y levantó el “Palais de l’Équilibre”, una enorme esfera de madera que se presentó en la Expo.02 de 2002, antes de su instalación definitiva en el CERN. Otro motivo de orgullo de esta empresa es haber sido contratada tras el incendio de Notre-Dame de París para realizar un análisis técnico de la nave de la catedral con vistas a su reconstrucción. La empresa examinó archivos de 600 años de antigüedad: una verdadera inmersión en la Edad Media, época en la que podían transcurrir veinte años entre la tala del árbol y la colocación de las vigas.

“La madera está recuperando la importancia que había ido perdiendo a lo largo de los siglos por el uso del acero y, más tarde, del hormigón. Se habían olvidado las cualidades de este material”, afirma Rafael Villar, Vicepresidente de la empresa, quien recuerda sus inicios en el sector, cuando los partidarios de la madera aún eran tachados de excéntricos. Acababan de construir en Ginebra una sala de exposiciones de madera de 300 metros de largo, pero la mayoría de los pedidos eran para chalets y algunas cubiertas de pabellones deportivos. Hoy en día, la madera también se utiliza para construir edificios residenciales. “En treinta años, los plazos de entrega de algunos componentes se han más que duplicado”, señala Villar. Esto es señal de una gran demanda. Pueden utilizarse ultrasonidos para determinar la resistencia de las piezas de madera antes de procesarlas. El corte se realiza con máquinas digitales. En las obras, las piezas prefabricadas de madera se montan mucho más rápido que los muros hechos de otros materiales.

Itten Brechbühl AG / Kengo Kuma & Associates

 
 
En 2031, la torre de madera más alta del mundo será suiza

El banco UBS ha puesto el listón muy alto. Prueba de ello es la torre que proyecta construir en el barrio de Altstetten, en Zúrich. Esta torre, cuya finalización está prevista para 2031, tendrá 108 metros de altura, lo que la convertirá en la torre de madera más alta del mundo... a menos que otro proyecto la supere: un rascacielos de madera de 122 metros, previsto en Basilea para ese mismo año, destinado al Banco de Pagos Internacionales. (SH)
 

“La madera es ligera, lo que la hace muy apta para la construcción de edificios sobre pilotes”, subraya Sébastien Droz, portavoz de Lignum, la organización que agrupa a los profesionales de la madera.

Tanto es así que ya ha llegado la hora de los rascacielos de madera. En el barrio de Lokstadt, de Winterthur, la Torre Rocket alcanzará los cien metros de altura. “Este edificio, actualmente en fase de planificación, será uno de los edificios residenciales más altos de madera”, afirma Ina Invest, propietaria del proyecto. La torre necesitará 3 300 metros cúbicos de madera para la estructura portante. “Utilizaremos madera de haya y pícea procedente de Suiza y países vecinos”, explica el portavoz Stephan Meierhofer, quien añade: “La madera es muy resistente y conserva su capacidad de carga durante mucho tiempo, incluso en caso de incendio”. Las obras comenzarán esta primavera. Aún más alta será una torre proyectada por UBS en el barrio zuriqués de Altstetten. Con sus 108 metros, este rascacielos será en 2027 el edificio de madera más alto del mundo. Sus oficinas albergarán a 2 800 empleados.

Con sus 100 metros de altura, la Torre Rocket, en Winterthur (cantón de Zúrich), será el edificio residencial de madera más alto del mundo. Visualización: Ina Invest

La Suiza francófona tampoco se queda atrás. La torre Tilia [en latín: “tilo”], cuya edificación comenzó en 2024, combinará madera y hormigón. Se aprovecharán las cualidades de los árboles caducifolios, como el haya, cuya madera es más resistente que la de las coníferas. Este edificio de 85 metros se construirá en el barrio de Prilly, al este de Lausana. No muy lejos de allí, la torre Malley Phare se erigirá sobre un edificio existente. Para los 2 000 metros cúbicos de madera necesarios para este edificio de viviendas se utilizará el abeto y la pícea de procedencia suiza al 95 %. Se prevé que la torre esté terminada este año.

“Tenemos que preguntarnos cuál es la manera ideal de utilizar la madera, pensando en el medio ambiente y la biodiversidad”, afirma Ernst Zürcher, ingeniero forestal y catedrático emérito de Ciencias de la Madera. Un metro cúbico de hormigón armado genera entre 350 y 400 kilos de CO2, mientras que un metro cúbico de madera fija 1 000 kilos. “En lugar de utilizar la madera en forma de metros cúbicos para estructuras espectaculares, sería más conveniente utilizarla en metros cuadrados” recalca. En otras palabras, la madera podría utilizarse para cubrir superficies en lugar de formar el armazón de estructuras muy grandes. El especialista saca a colación el ejemplo de los muros de piedra de los edificios tradicionales en los Grisones, donde la madera es utilizada para las paredes interiores, lo cual refuerza de manera notable el aislamiento térmico de la casa, al igual que su confort. Este método podría adoptarse para aislar una parte del parque inmobiliario existente: por ejemplo, edificios de gran altura, naves industriales, escuelas, etc. “Construir nuevos rascacielos es cosa del pasado, cuando era una expresión de poder. Sería más urgente renovar los edificios existentes y hacerlos confortables y biocompatibles gracias a ese valioso material que es la madera”, asevera el experto.

Una construcción a la antigua usanza: el “rascacielos” de madera en La Sage (cantón de Valais), uno de los primeros modelos de vivienda multifamiliar. Foto Cortis und Sonderegger, 13Photo

Suiza dispone de una ley forestal única, que se remonta al año 1903. “El bosque se tala para asegurar su mantenimiento”, explica Rafael Villar. Sin embargo, los ingresos procedentes de la venta de madera no cubren los costes de mantenimiento de los bosques. Por lo tanto, la clave está en realizar talas estratégicas, como en el proyecto de un gimnasio en Aigle (VD), en el que participó su empresa. Se seleccionaron árboles infestados por el escarabajo de la corteza en los bosques de Vaud. Este insecto se alimenta de la savia de los árboles, haciendo que se desarrolle en la corteza un hongo que tiñe la madera de azul. “Talando el árbol, se puede salvar la madera y darle un buen uso al árbol”, comenta el ingeniero.

Sin embargo, no toda la madera que se corta en Suiza se aprovecha de forma inteligente, y parte de ella acaba como leña, señala Ernst Zürcher. Una de las principales razones es el aumento del precio de los combustibles fósiles. Sería preferible utilizar la madera por orden de prioridad: primero para edificios, luego para materiales compuestos, después para papel y, en última instancia, como leña. “En Suiza se están cerrando aserraderos por falta de demanda; incluso exportamos madera para reimportarla una vez transformada”, lamenta Ernst Zürcher. En cambio, aprovechar el bosque a nivel local conlleva importantes ventajas: “5 000 personas que trabajan en el bosque dan empleo a más de 50 000 personas en la industria maderera. Quemar leña, en cambio, solo genera muy poco valor añadido”, afirma. En la actualidad, la industria maderera suiza emplea a 85 000 personas.

¿Hay madera suficiente? El crecimiento natural de los bosques suizos genera diez millones de metros cúbicos de madera cada año. Suiza extrae un promedio de cinco millones anuales, de los cuales un 25 % se utiliza como leña para la calefacción. El potencial disponible asciende a unos tres millones de metros cúbicos anuales. Por tanto, existe un importante margen de mejora en el uso de la madera suiza para la construcción.

Y no faltan los proyectos. Sébastien Droz cita como ejemplo el premio Lignum, que se puso en marcha en 2009. “Desde entonces, la calidad, la variedad y el volumen de los proyectos han aumentado considerablemente”, afirma. Otro ejemplo es la pasarela de madera de 500 metros que serpentea entre las copas de los árboles en el distrito de Toggenburgo, cerca de San Galo. Este logro demuestra lo fuerte que es la cultura de la construcción en madera en Suiza.

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  • user
    Yvonne Geiger, Hawthorne, USA 15.04.2025 At 18:37

    Extraordinario artículo sobre las comidas y bebidas oriundas de Suiza.


    Muy buen artículo sobre los rascacielos de madera pero a pesar de la explicación de la producción anual de madera en Suiza me quedo preocupada por el medio ambiente y futura exigencia del mercado.

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  • user
    Daniel Muller, Daix, France 14.04.2025 At 09:50

    Voila un article qui honore les travaux du Prof. Julius Natterer de l’IBOIS/ EPFL!

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