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Suiza se vuelve más salvaje: depredadores autóctonos antes extintos regresan, lo que entusiasma a los habitantes de las ciudades sin mucha relación con la naturaleza y aterroriza a los criadores de ovinos y a los agricultores de montaña. Sobre todo en el caso del lobo, la sociedad oscila entre la representación idílica y los miedos atávicos.
Remontémonos a tiempos lejanos. El 4 de septiembre de 1904 dos cazadores grisones, Padruot Fried y Jon Sarott Bischoff, acechan gamuzas en las faldas del Piz Pisoc. De repente surge un oso. Bischoff, el más experimentado de los dos, apunta. Pero le falla la escopeta y aparte de un “click” metálico no se oye nada. Ahora le toca a Fried: aprieta el gatillo y el animal, de unos escasos 120 kg, se desploma. Con ello Fried se convierte en un héroe, en el vitoreado cazador que ha matado al oso, al último oso de Suiza. El animal es despedazado, conservado en salmuera y servido a los huéspedes del sanatorio de Tarasp.
Las imágenes de entonces pertenecen a la memoria visual suiza – y constituyen también un recordatorio, una advertencia, ya que ese mismo año no sólo se extinguió el oso, sino que se divisó al último lince en el Puerto del Simplón. En la lista de las especies destinadas a la extinción gracias a las primas estatales generosamente concedidas por el Estado suizo, figuraba también la nutria, ese huidizo ladrón de peces que entonces poblaba todos los ríos del país. El lobo autóctono ya se había extinguido desde hacía mucho tiempo. El cazador de gamuzas, Fried, sólo lo conocía de oídas.
En 2015 volvió a escucharse un “click”, pero esa vez sólo era la abertura de una trampa fotográfica. En realidad, el biólogo especializado en fauna silvestre, Christof Angst, sólo quería suministrar la prueba fotográfica de que los castores, antes extintos, estaban ahora jugueteando placenteramente en el río Aare. Pero ante la lente apareció toda una familia de nutrias. Los expertos estaban encantados, ya que el descubrimiento marcaba un hito: más de un siglo tras el certero tiro en Piz Pisoc, todos los depredadores locales que forman el cuarteto – el oso, el lince, el lobo y la nutria – están de regreso.
Primero fue el lince, el cual por cierto no vino por su cuenta, sino que fue reintroducido en 1971 y desde entonces se ha establecido en las zonas boscosas del Jura, en los Alpes centrales y los Alpes del oeste. En 1995 el lobo se infiltró en Suiza, procedente de Italia. Hoy sus descendientes forman manadas en los Grisones, en la Calanda y en el Tesino. Y desde 2005 vagabundea una y otra vez por las montañas grisonas uno que otro oso procedente de Trentino. La nutria, a la que hasta bien entrado el siglo XX se le arrancaba la piel hasta las orejas, fue la última del cuarteto en regresar a nuestro país. “La verdadera sorpresa”, dice Christof Angst, “es que la calidad de nuestras aguas sea tan buena que la nutria vuelve a reproducirse aquí.”
La nutria vuelve a su hogar y demuestra cuánto ha mejorado la calidad de las aguas. El lobo está otra vez aquí y demuestra hasta qué punto se han recuperado los bosques destruidos en el siglo XIX por la producción de carbón. Pero el regreso del lobo divide a la sociedad: mientras que se alegran los biólogos especializados en fauna salvaje y los amantes de la naturaleza que viven en las zonas urbanas, los agricultores de montaña y los criadores de ovinos ponen el grito en el cielo. Entre quienes se alegran de la situación está sin duda el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que observa desde hace años el regreso del lobo: “Los lobos representan una ganancia para Suiza”, afirma Martina Lippuner, del WWF. Su creciente número modifica positivamente el equilibrio de la fauna local. Allá donde se ha establecido el lobo, los bosques de montaña están en mejores condiciones. Estos bosques, que protegen a los valles de los aludes, con frecuencia se ven afectados por las consecuencias del gran número de ciervos que ahí viven. Los ciervos son grandes consumidores de brotes de árboles jóvenes, lo que perjudica la vitalidad de los bosques. “Con la presencia del lobo los ciervos se vuelven más esquivos y tienen un comportamiento más acorde con el de su especie, lo que redunda en beneficio del bosque joven”, afirma Lippuner. Un papel similar al del lobo lo tuvo el lince veinte años atrás en el Oberland bernés.
Por cierto el lince, ese discreto cazador con delicadas patas, está prosperando en Suiza. Su población, que ya se ha incrementado a unos 200 animales adultos, es controlada regularmente por las autoridades correspondientes: algunos animales son capturados y posteriormente liberados en otra parte – por ejemplo, en Alemania o Eslovenia, sin que esto salte a los titulares. Muy distinto es el caso del lobo: desde hace años es el centro de los más acalorados debates sobre cuántos depredadores pueden vivir en nuestro pequeño país. Sobre todo en Valais, donde los rebaños de ovejas pasaban el verano sin pastores ni protección, se han suscitado enérgicas protestas. Y no cambia nada el hecho de que la Confederación invierta cada año tres millones de francos para proteger los rebaños, si bien los daños producidos por los lobos – unas 300 ovejas descuartizadas al año – no superan por término medio los 150.000 francos.
Los detractores del lobo pretenden ahora obligar a Suiza a retirarse de la “Convención de Berna”, el convenio para la conservación de las especies firmado por 42 Estados europeos. Con ello el lobo perdería su estatus de especie protegida y podría ser cazado de nuevo. La asociación “Suiza, un espacio de vida libre de grandes depredadores” apoya resueltamente esta exigencia, pues opina que el lobo “sencillamente ya no encaja”, como lo afirma su Presidente Georges Schnydrig, quien rechaza asimismo la utilización de perros guardianes para proteger a los rebaños de los ataques de lobos. Estos rebaños protegidos por perros guardianes ya no corresponderían al “concepto tradicional” y acarrearían nuevos problemas en las regiones turísticas. No puede ser que “robustos perros con las fauces abiertas” impidan el paso a los turistas. Tampoco es posible quitar al miedo a los atemorizados: “Nuestros hijos se crían con el ordenador y no pueden de repente aprender a reaccionar frente a animales salvajes.” De ahí que en su opinión el regreso del lobo sea “imposible”. En las zonas montañosas, el lobo significa un retroceso de la civilización, mientras que los amantes de la naturaleza de las zonas urbanas quieren ver en él un recordatorio mítico contra los peligros de un exceso de civilización.
El inspector federal de caza Reinhard Schnidrig (véase la entrevista) aconseja no levantar barreras entre las poblaciones urbanas y rurales: “El regreso del lobo tendrá consecuencias para todos”. Aunque el reto es hoy especialmente obvio para los criadores de ovinos, el lobo no se quedará en las montañas, sino que “deambulará también por las mesetas centrales”, advierte Schnidrig. Sobre todo la Suiza urbana, que hace un uso intensivo del espacio alpino para sus actividades de ocio, pronto se verá confrontada a estos cambios, : “Quien venga de la ciudad para practicar el senderismo o el ciclismo y tenga poco contacto directo con la naturaleza, se encontrará de pronto con un animal de carne y hueso – problablemente un perro guardián que le enseñará los dientes para defender a sus ovejas.” Hace dos años, el inspector de caza dijo que su misión más difícil era lograr que la discusión sobre el lobo en su cantón de origen, el Valais, se mantuviera objetiva. Hoy tiene un problema suplementario: “las dificultades con ciudades que no están dispuestas a afrontar las consecuencias del regreso del lobo.”
Actualmente unos 30 lobos deambulan por los Alpes suizos. A la pregunta de cuántos pueden llegar a ser, Schnidrig responde: Si dejamos de lado al hombre y sus ambiciones, nuestro país ofrece un hábitat para 300 lobos o unas 50 ó 60 manadas. “Esto es lo ecológicamente posible.” A la pregunta de cuántos lobos se necesitan para asegurar la supervicencia a largo plazo de la población de lobos en los Alpes, la respuesta es: “Unas 125 manadas entre Niza y Viena, de ellas entre 15 y 20 en Suiza.” Lo factible desde el punto de vista de la política social – es decir, la respuesta a la pregunta de cuántos lobos consideran los hombres que sería razonable tener – sería “una cifra comprendida entre estas dos”.
Otra pregunta: ¿demuestra la reaparición del lince, el lobo, el oso y la nutria que la fauna suiza está intacta? Martina Lippuner, del WWF lo niega. La lista roja de los animales y las plantas en peligro de extinción en Suiza es “cada vez más larga”. El tamaño de las poblaciones está “disminuyendo visiblemente” en el caso de muchísimos animales. La biodiversidad no sólo se mide por el número de animales, sino sobre todo por la diversidad de sus hábitats, y en este aspecto tampoco se puede decir que haya pasado el peligro.
Todo lo contrario, dice Reinhard Schnidrig: el hombre roba su hábitat a muchas especies, lo transforma radicalmente – por ejemplo, con la urbanización descontrolada y la intervención sobre los espacios acuáticos. “Esto hace que muchos animales salgan perdiendo.” Llama la atención ver cómo ha cambiado la “Suiza azul” por la rectificación del cauce de los ríos y la explotación intensiva de la energía hidráulica: “En el curso de los últimos cien años Suiza se ha desecado”. Los amplios pantanos y ciénagas, los humedales y las praderas con agua estancada han desaparecido casi en su totalidad.
Las consecuencias son dramáticas. El 40 % de todas las aves que anidan en Suiza están en peligro de extinción, lo mismo que el 80 % de todos los anfibios que viven en la “Suiza desecada”. Sin embargo, el que desata las emociones es el lobo.
Entrevista con el biólogo especializado en fauna salvaje, Reinhard Schnidrig
“¡Abuelita, qué boca más grande tienes!” – “¡Para comerte mejor!” Nada más decir esto, el lobo saltó de la cama y se tragó a la pobre Caperucita. En cuanto el lobo sació su apetito volvió a tumbarse en la cama, se durmió y empezó a roncar muy ruidosamente.
Comentarios
Comentarios :
schweizer nationalpark 172,3 quadratkilometer
yellowstone national park 8983 quadratkilometer
ch nationalpark als teil einer landschaft mit einer durchnittlichen bevölkerungsdichte von ca 200 pers.pro quadratkilometer
bevölkerungsdichte des staates wyoming 2.3 pers pro quadratkilometer.
bejagung aussehalb der parkgrenzen
wyoming, gestattet
ch und der rest des eu raumes strickte verboten
ziel der aussiedelung von wölfen.
wyoming.
schutz des weidelandes .
durch die unkontrolliereten herden von hirschen welche den parkraum verliessen weil dank des schutzstatus innerhalb des parkes eine übergrosse hirschbevölkerung heranwuchs , welche ihren futterbedarf nur noch ausserhalb der parkgrenzen decken konnte
also aussiedelund des wolfes ist hier eine gezielter versuch die hirschpopulation im park aif eine natürliche weise zu reduzieren und unter kontrolle zu halten. eindeutig zweckgesteuert
ch. absolut zweckungesteuertes (ausgenommen das einsammeln von spendegeldern) selbstprofilierungs experiment einiger naturliebhaber welche leider von den zusammenhängen in der natur keine ahnung haben.
172 km2 unberührtes land sind nicht genug fläche um natürliche vorgänge zu erhalten .es wäre eher mit einem wildgatter zu vergleichen wo einfach alles verboten ist.
also an alle diejenigen welche sich hier auf das immer noch teilweise umstrittene "experiment yellowstone" berufen und mit schweizerischen verhältnissen vergleichen wollen. vielleicht wird euch eines tages klar, dass wer türnschuhe mit düsenflugzeugen vergleicht, sich selber qualifiziert
I totally agree with Regula. I live on two acres in the middle of a forest, and I have by now almost no underbrush, because people nearby keep feeding the deer.
In winter, when they don't get fed, the animals eat all my new growth. In the Spring they devour all flowers and anything else green - except grass. We need wolves!
You need more human hunters, not wolves. Humans are far better as top predators because we can reduce the number of killed pray when the number goes down. Wolve however, can never stop eating and they will never go over to a vegeterian diet. Wolves will kill the last deer in your neighbourhood. But perhaps that is what you want?
You need more human hunters, not wolves. Humans are far better as top predators because we can reduce the number of killed pray when the number goes down. Wolve however, can never stop eating and they will never go over to a vegeterian diet. Wolves will kill the last deer in your neighbourhood. But perhaps that is what you want?
Il aura fallu quelques années pour y parvenir mais l'enjeu est de taille. La Suisse peut en faire autant. Et surtout ne jamais suivre la France dans sa folie destructrice de tout le vivant.
On wolves in general, the experiment in Yellowstone national park in USA has had its critics, but in the whole has been very successful, in that the wolves keep the local elk population down (but also in a Darwinian way in which they naturally select the weakest easiest prey, and as a result the elk eat less river reeds, meaning that otters and beavers have since flourished.
Having said that, the alps are so much more populated than the USA that more instances of problems between humans and wolves are likely to be far higher - this is why National Parks will be the way forward. They work very well in Wales, where I live.
der mensch gehört in diese welt genauso wie alle andern lebensformen.
jede lebensform entnimmt der umwelt was zum erhalt dieser form nötig ist. dies bewirkt veränderungen des lebensraumes,siehe nur mal was eine biberkolonie für umweltveränderungen vornimmt oder der borkenkäfer etc.etc.
der mensch hat im zentralen europa eine umwelt geschaffen in welcher grossraubtiere nicht mehr artgerecht überleben können und deshalb weichen sie auf futterbeschaffung aus domestizierten beständen aus.
es ist ein naturgesetz dass ein beutegreifer sich auf die leichtest erhältliche beute spezialisiert ,denn schliesslich muss die energiebilanz zwischen verbrauch und gewinn in den positiven bleiben ansonsten geht das tier an überanstrengung und unterernährung ein.
nach diesem prinzip werden domestizieret tiere innert kürzester frist die hauptbeute werden,wenn jegliche vergrämung und wenn nötig entnahme durch einen unsinnigen artenschutz verboten ist.
die aussage dass der wolf augerottet war ist eine reisserische propagandalüge.
der wolf wurde aus grossen teilen europas verdrängt weil er dem menschen grossen schaden beibrachte. nicht nur durch reissen von nutztieren sondern auch durch verbreitung von krankheiten wie räude tollwut staupe um nur die geläufigsten zu nennen.
ohne die unsinnigen vorschriften durch den artenschutz welche den wolf praktisch in den taboo stand erheben wird sich der wolf da behaupten wo er artgerecht leben kann und nicht mit menschlicher aktivität kollidiert. eine weitere gefahr , welche bis heute noch viel zu wenig beleuchtet wurde ,sind tierunfälle (weder domestiziert oder wild )
welche auf tiere zurückgehen, welche vor jagenden wölfen flohen.
also welchen nutzen bringen uns diese grossen beutegreifer und welchen schaden verursachen sie .
bilanz , lasst den artenschutz weg und lasst die beutegreifer selbst ihren lebensraum wählen genau wie alle andern arten inkl. den menschen
Dieser Artikel ist meines Erachtens viel zu Einseitig , um nicht härtere Worte zu benutzen .
Es gibt bestimmt kein dümmeres Tier als der Mensch , oder kennen Sie ein Tier , das seinen Lebensraum so systematisch zerstört , wie der "intelligente" Mensch ? Kein Tier nützt seinen Lebensraum so "intensiv", sprich profitoptimiert ; dass ausser was ihm passt , auf der Welt leben darf ! Kein Raubtier wird sein Revier leerjagen , bzw. leerfischen !
Übrigens : Wolf , Luchs und Co. meiden die "Spezies" Mensch . Einzelne Unfälle sind natürlich nicht 100%ig auszuschließen !
Der Wolf, Baer, Luchs etc waren zuerst da, vor den Schafen.