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El rostro de la escuela primaria suiza está cambiando rápidamente. El día a día se caracteriza por nuevas formas de enseñanza. El concepto mismo de la escuela se transforma: en lugar de conocimientos, se transmiten cada vez más “competencias”. Y cada vez con mayor frecuencia, quienes imparten la enseñanza son mujeres.
En esta soleada mañana, las ventanas del aula están abiertas de par en par. El aire matinal todavía es fresco y los ánimos están relajados. Aquí, en el aula 204 de la escuela primaria Spitalacker de Berna, las maestras Danielle Baumann y Marie-Theres Moser están haciendo los últimos preparativos antes de que lleguen sus alumnos de seis a ocho años. Un total de 700 niños asisten a la escuela primaria Spitalacker, de los cuales 24 —de primero y segundo curso— conforman la clase de Danielle Baumann y Marie-Theres Moser. La pequeña y ordenada aula resulta muy acogedora. Sin embargo, aquí también pueden observarse los grandes cambios que se están gestando en el sistema de enseñanza suizo.
Esta mañana, las dos maestras imparten clase juntas. “Valoramos la enseñanza en equipo: nos permite prestar mayor atención a cada niño”, asevera Marie-Theres Moser; el resto del tiempo, trabajan de forma alterna. Ambas laboran a tiempo parcial: un perfil típico, ya que el 75 % de los docentes que enseñan en las escuelas primarias de Suiza son mujeres; y alrededor del 70 % de los docentes de primaria trabajan a tiempo parcial.
Los hombres que todavía enseñan en las escuelas primarias lo hacen en los cursos de 7º a 9º, o bien son directores. Atrás han quedado los tiempos en que la profesión docente era exclusivamente masculina. En 1964, la proporción de hombres en las escuelas primarias cayó por primera vez por debajo del 50 %. Desde entonces, la proporción de mujeres no ha dejado de aumentar. La profesión docente es cada vez más femenina.
Una tendencia que preocupa a Beat Zemp, Presidente de la Asociación Suiza de Docentes, quien considera que los “equipos mixtos” serían preferibles: “La escuela no sólo consiste en asignaturas, sino que debe educar a las alumnas y los alumnos intelectual, física y mentalmente. Estoy convencido de que los equipos mixtos serían más apropiados para lograr este objetivo”. Al mismo tiempo, Zemp se muestra muy satisfecho por la gran cantidad de mujeres que enseñan: “Sin las mujeres, el sistema educativo suizo se paralizaría”. La escasez de docentes es aguda y empeorará, porque muchos están a punto de jubilarse, mientras que el número de alumnos no deja de aumentar.
Martin Schäfer, Rector de la Universidad Pedagógica de Berna, teme que la escasez de maestros se vuelva aún más crítica: “Es probable que en Suiza tengamos que preguntarnos cómo podremos encontrar suficientes docentes con la formación adecuada”. A Schäfer no le molesta el hecho de que sean mayormente mujeres las que enseñan en la escuela primaria: en términos de competencia profesional, no son en absoluto inferiores a los hombres.
Ron Halbright, Presidente del proyecto“Por una escuela primaria con más hombres”, opina que esta profesión atrae principalmente a las mujeres, debido a que les permite compaginar fácilmente el trabajo y la familia. “En Suiza, afirma Halbright, es frecuente que los hombres y las mujeres se repartan el trabajo profesional y el familiar de forma ‘tradicional’: el padre suele ser el principal sostén económico de la familia, mientras que la madre trabaja a tiempo parcial”. Pero la feminización de la profesión docente está dañando su reputación, argumenta Halbright: los salarios han disminuido, lo que ha impedido que los hombres ejerzan la profesión. La imagen actual hace que muchos hombres piensen que trabajar con niños es básicamente cosa de mujeres: “Se dan cuenta demasiado tarde de que también sería algo para ellos”. A pesar de las dificultades, la asociación de Halbright se ha fijado el objetivo de trabajar en favor de una cuota masculina en las escuelas primarias que sea, al menos, del 30 % –en todo el territorio suizo–.
Totalmente ajenos a este debate, Emanuel y Yael asisten a clase, en laescuela Spitalacker de Berna. Les gusta ir a la escuela y les gustan sus dos maestras: no sólo por su forma de ser como personas, sino también por su forma de enseñar. Yael está tumbado en el sofá del aula y lee. Mientras tanto, Emanuel está trabajando con un triángulo que contiene números. A ambos les parece estupendo poder elegir por su cuenta entre una serie de actividades, sin necesidad de que los dos tengan que hacer lo mismo al mismo tiempo. La enseñanza ya no se centra en la pizarra. En cambio, su aula se ha transformado en un “entorno de aprendizaje” con distintos centros de actividades.
Modelo de Coira: así se llama el modelo de enseñanza que Danielle Baumann y Marie-Theres Moser aplican en sus clases. Es un modelo de enseñanza que está causando furor en Suiza. En Coira, donde se desarrolló, ya hay más de 40 clases trabajando con él. Reto Thöny, ex Director de escuela y padre del modelo, lleva unos cinco años viajando por la Suiza de lengua alemana con su programa de formación continua. Entretanto, en las escuelas de la Suiza francófona también se está trabajando según sus planteamientos. “Sólo falta que el modelo se afiance en el Tesino”, afirma Thöny.
En el modelo de Coira, las lecciones suelen comenzar —al igual que en el jardín de infancia— con una breve presentación: estando los niños sentados en círculo, se introducen nuevos temas en la clase y se presentan tareas de aprendizaje. Pero esta presentación se mantiene breve deliberadamente: no debe reducir el tiempo del que los alumnos disponen para aprender, un tiempo que se les permite utilizar de una manera muy autónoma.
Peter Lienhard, Profesor de la Escuela Superior de Pedagogía Terapéutica de Zúrich, no se siente sorprendido por el éxito del modelo de Coira. El modelo es la base de muchos avances fundamentales en la escuela actual. Es esencial, por ejemplo, “motivar a las alumnas y a los alumnos de forma individual, según sus habilidades y destrezas”. Al mismo tiempo, la escuela actual también tiene que integrar a aquellos niños que tengan dificultades de aprendizaje o discapacidades: “El modelo de Coira permite reaccionar ante estos desafíos de una manera más hábil y relajada”.
El éxito del modelo de Coira también tiene que ver con el hecho de que la concepción misma de la enseñanza y del aprendizaje están cambiando en Suiza. El Lehrplan 21, el nuevo plan de estudios vigente en la Suiza de lengua alemana, y el Plan d’études romand de la Suiza occidental, no sólo especifican los contenidos de aprendizaje que deben enseñarse; también dan gran importancia a las competencias que las alumnas y los alumnos deben adquirir. Las estrategias de aprendizaje y de resolución de problemas ocupan un lugar mucho más relevante en la enseñanza.
Según Matthias Gubler, los nuevos planes de estudios permitirán a la escuela reaccionar ante los rápidos cambios que se están produciendo en el mundo. Gubler es psicólogo y Director del Instituto Unterstrass de Zúrich, que forma a personal docente de preescolar y primaria. “Para la mera adquisición de conocimientos”, afirma Gubler, “hoy en día ya no es necesario ir a la escuela; para ello existen suficientes herramientas de aprendizaje en Internet. En el futuro, la gente irá a la escuela para adquirir habilidades que más tarde puedan aplicarse a la vida profesional, para trabajar en equipo sobre determinados temas”. El objetivo es preparar a las alumnas y los alumnos de hoy para enfrentar las tareas de la sociedad del mañana, que todavía son desconocidas. “Seguimos teniendo una escuela que se concibió para la sociedad industrializada del siglo pasado”, dice Gubler. Pero la escuela seguirá transformándose. El plan de estudios 21 y la difusión de nuevos modelos de enseñanza son los primeros pasos hacia esa transformación.
En los próximos años, también cambiarán muchas cosas en el aula número 204 de la escuela Spitalacker de Berna. El siguiente gran avance se producirá dentro de dos años: para entonces, todos los niños de entre cuatro y ocho años de edad que asistan al jardín de infancia y a la escuela primaria recibirán clase juntos en los llamados cursos de nivel básico: los niños y las niñas de los dos grados del jardín de infancia, así como de primer y segundo grado de primaria, convivirán en un mismo salón, donde se fusionarán el carácter lúdico del jardín de infancia y el carácter más escolar de los primeros años de la enseñanza primaria. “Aunque será todo un reto, lo aguardamos con ilusión”, dice la maestra Danielle Baumann. El cambio no afectará a Yael ni a Emanuel; para entonces, ya no estarán en la clase. Por lo pronto todavía están aquí... !aguardando el recreo!
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Die in Deutschland stattfindenen Diskussion um "Schreiben nach Gehör" ist so ein Versuch Grundschulkinder als Testobjekte für irrwitzige Ideen zu benutzen.
Die Realität zeigt, dass der "Frontalunterricht" für nachhaltige Wissensvermittlung der einzige richtige ud bewährte Weg ist den Schweizer Kindern auch ein Zukunftspersspektive zu ermöglichen.
Helmut Plieth, Trubschachen