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Esta primavera, el consorcio BKW presentó su proyecto de desmantelamiento: dentro de tres años y medio, el 20 de diciembre de 2019, se cerrará la central nuclear de Mühleberg, cerca de Berna. Es una novedad, ya que por primera vez se clausurará una central nuclear en Suiza. En este país la experiencia se limita hasta ahora al desmantelamiento de reactores de investigación.
Para la primera clausura de una central nuclear en Suiza, el consorcio energético BKW quiere aprovechar la experiencia de Alemania. En el vecino país del norte se desconectaron tras la reunificación las centrales nucleares de la antigua RDA. Después de Fukushima siguió una segunda oleada de cierres. El desmantelamiento de las centrales nucleares significó para Alemania cuantiosos gastos, pero también un importante cúmulo de experiencias. En el caso de los seis reactores de Greifswald (ex RDA), el desmantelamiento empezó hace más de dos décadas y no se sabe cuándo terminará. BKW quiere que las cosas se hagan mejor en Mühleberg. En primer lugar, una cuidadosa planificación cronológica ayudará a mantener los costes a un nivel bajo, lo que constituye un gran desafío, ya que una central nuclear sigue siendo una instalación nuclear aunque se desconecte. Las barras combustibles deben permanecer otros cinco años en el agua del depósito para poderse transportar en recipientes especiales: las barricas secas. No obstante, para poder empezar rápidamente con el desmantelamiento posterior a la desconexión, BKW instalará un sistema de enfriamiento independiente para el depósito de barras combustibles después de la desconexión.
Se prevé que en el año 2024 todas las barras combustibles se hayan transportado al almacén temporal de residuos radiactivos en Würenlingen, en el cantón de Aargau. A partir de este momento, ya no se podrá producir ningún accidente nuclear en Mühleberg. No obstante, la central contendrá aún mucho hormigón y acero radiactivos. Este material será parcialmente desarmado y se transportará también a almacenes temporales. Se limpiará en parte para quitarle la radiactividad de manera que se pueda utilizar de nuevo. La central nuclear se desmantelará de dentro hacia afuera. La parte más difícil, la retirada del material contaminado radiactivamente, se hará primero.
En el año 2031 la central de Mühleberg debería estar libre de sustancias radiactivas. Lo demás será igual a la demolición de un edificio cualquiera. Esta fase concluirá en 2034, y en Mühleberg no debería quedar ya ningún rastro de la central nuclear. No se ha decidido aún si este sitio a orillas del río Aare volverá a convertirse en un área verde. También es posible que siga siendo una zona industrial.
Incluso si todo marcha según lo previsto, el desmantelamiento de la central nuclear de Mühleberg tardará quince años, tres veces más que su construcción. BKW prevé para ello un coste de 800 millones de francos suizos. Se prevén otros 1 300 millones de francos para la eliminación de los residuos atómicos. A partir de 2040, los residuos nucleares se almacenarán en el almacén definitivo, donde permanecerán durante milenios. Todavía no se ha decidido dónde estarán ubicados los almacenes definitivos en Suiza.
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