Tema Clave
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Tradicionalmente, la energía hidráulica ha sido la piedra angular del sector eléctrico en Suiza. En el actual contexto de transición energética, urge que recupere su prestigio de antaño.
¿Es la angosta pasarela la que se tambalea bajo el efecto del viento, o son las montañas que nos rodean las que se están moviendo? Cuando uno cruza el puente colgante de Trift, expuesto a los vientos a unos vertiginosos 100 metros de altura sobre el nivel del lago, nunca sabe a ciencia cierta qué es lo que se mueve.
Situado a unos 1 700 metros sobre el nivel del mar, más allá de Innertkirchen, en el Oberland bernés, el puente de Trift se encuentra en uno de los entornos montañosos más apacibles del país. Si uno se atreve a detenerse en medio de este puente colgante de 170 metros de largo, se ve rodeado de un paisaje agreste y montañoso donde abunda el agua, dominado por los restos del antaño imponente glaciar de Trift. Este anfiteatro natural nos invita a reflexionar sobre el drama que actualmente envuelve el tema de la energía hidráulica en Suiza.
Debido al calentamiento climático se derritió a pasos agigantados el glaciar de Trift, que en su día ocupaba toda la hondonada. El desfiladero así originado ponía en peligro el ascenso al refugio del Club Alpino Suizo, por lo que en 2005 se construyó el puente colgante. Pero el retroceso del glaciar también dejó al descubierto un paraje alpino virgen, de excepcional belleza y valor paisajístico.
Pero esta nueva cuenca glaciar no tardó en despertar la codicia: ahora, la hidroeléctrica local Kraftwerke Oberhasli (KWO) pretende aprovechar las nuevas condiciones naturales y construir un muro de contención de 177 metros de alto para formar un embalse que suministre electricidad a unos 30?000 hogares.
He aquí el dilema: KWO ofrece electricidad exenta de emisiones de CO2 para reducir los gases de efecto invernadero, a cambio de lo cual pretende sacrificar un paraje virgen. Tal es el motivo por el que una pequeña pero muy decidida asociación de defensores de la naturaleza interpone recursos a fin de bloquear la construcción del embalse, a sabiendas de que ante una posible escasez de energía eléctrica Suiza se decantaría por centrales de gas, que emiten grandes cantidades de CO2; a su vez, esto pone en riesgo el objetivo de frenar el calentamiento climático.
Resolver este dilema no será tarea fácil. ¿Cómo es posible que la energía hidráulica, antaño ícono de pureza de la gran “arca de agua de Europa”, como gusta de llamarse a sí mismo nuestro país, tenga ahora que recuperar su prestigio como fuente de energía ecológica?
Debido a que en Suiza el carbón brilla por su ausencia, el agua siempre ha sido la principal fuente de energía, aunque la energía hidráulica no llegó a formar parte del patrimonio nacional sino hasta la época de bonanza posterior a la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando, a ritmo frenético, los valles alpinos se tapizaron con imponentes muros de contención y el suministro eléctrico, muy estable, que generaban los embalses se convirtió en piedra angular del auge económico.
Gracias a sus audaces construcciones en parajes montañosos de difícil acceso, nuestro pequeño país alpino logró una envidiable tasa de independencia energética: en 1970, antes de que las primeras centrales nucleares entraran en servicio, un 90% de la energía eléctrica provenía del agua.
Para muchas familias suizas, una excursión clásica en los años 70 consistía en ir en automóvil rumbo al Valais, por ejemplo a Sion, y después subir al valle de Hérémence, para admirar la impresionante presa de Grande Dixence. Esta increíble cortina de hormigón, de 285 metros de alto, sigue siendo hasta la fecha la construcción más elevada de Suiza. Sus 15 millones de toneladas –más que la pirámide de Keops– contienen un lago que se extiende por varios kilómetros. ¿Y si se llegara a romper?
A la gloria de la energía hidroeléctrica han contribuido ilustres ingenieros, como Giovanni Lombardi: padre de Filippo Lombardi –político del Centro que, entre otros cargos, es actualmente Presidente de la Organización de los Suizos en el Extranjero–, Giovanni Lombardi cobró fama en 1965 con la presa de Verzasca, de elegante curvatura, que fue todo un referente por su esbelto diseño. El muro se convirtió en ícono de las películas de acción cuando, en la escena inicial de Goldeneye, estrenada en 1995, James Bond saltó desde lo alto de la presa con una cuerda elástica. Lombardi, que más tarde construiría el túnel carretero de San Gotardo, continuó siendo un referente en la concepción de obras espectaculares hasta su muerte, en 2017.
Además de reforzar el mito patriótico, la energía hidráulica contribuyó a fomentar la cohesión nacional: porque el agua de las presas aporta riqueza a las montañas. Los municipios en cuyo territorio están implantadas centrales hidroeléctricas perciben en total, por el uso de sus recursos, una anualidad de 500 millones de francos.
Estas regalías son una especie de transferencia monetaria desde el próspero centro del país hasta las áreas montañosas, permitiéndoles invertir en infraestructuras y contrarrestar el éxodo rural. Ejemplar a este respecto es el Val Bregaglia, donde la compañía eléctrica de Zúrich, que en los años cincuenta construyó la presa de Albigna, sigue siendo uno de los principales empleadores del valle.
Pero no hay que exaltar demasiado estos méritos, porque podría olvidarse que las presas empezaron siendo muy criticadas: baste recordar la suerte del pueblo grisón de Marmorera, situado junto al Puerto de Julier: en 1954, tras varias expropiaciones, el pueblo quedó sumergido en el embalse que lleva su nombre. Asimismo, el proyecto de convertir en embalse el valle de Urseren, que se presentó en 1920 y se retomó tras la Segunda Guerra Mundial, suscitó violentas protestas populares en Andermatt, hasta que quedara enterrado el proyecto.
1968 es el año clave para entender por qué la energía hidráulica perdió su aura mística: tras años de forcejeo, la hidroeléctrica Nordwestschweiz abandonó su proyecto de inundar la meseta de Greina, entre los Grisones y el Tesino. Con el respaldo de la oposición local, una alianza de defensores de la naturaleza procedentes de toda Suiza llevó la recóndita meseta alpina al primer plano de la política nacional.
Greina se convirtió en símbolo de las críticas ecológicas al círculo de las ganancias procedentes de la explotación de la energía hidráulica, en contubernio con la polémica energía atómica. Así funciona el “juego de manos”: la energía atómica barata que no se usa en horas valle sirve para bombear agua a los embalses, con lo que los operadores de las centrales hidroeléctricas pueden generar electricidad que venden a un alto precio durante los picos de demanda, maximizando así sus ganancias. ¿Acaso justifica el afán de lucro de estas “sucursales alpinas de las centrales nucleares” (como las llaman sus opositores) que Suiza renuncie a sus últimos espacios vírgenes?
Desde hace más de 30 años, esta pregunta existencial es motivo de roce entre partidarios y opositores de la ampliación de las instalaciones hidráulicas. El debate puede incluso llegar al Tribunal Federal, como ha sucedido con el intento (de momento, fallido) de incrementar la altura de la cortina del embalse de Grimsel.
Según la organización conservacionista WWF, Suiza explota ya el 95% de su potencial hidráulico aprovechable. A pesar de que la Confederación ha endurecido las normas ecológicas aplicables a los caudales residuales, WWF estima que los límites ya se han “rebasado con creces”: 60% de las especies autóctonas de peces y crustáceos han desaparecido o están en peligro de extinción. Aun así, se prevé crear o ampliar cientos de plantas hidroeléctricas, a menudo de reducidas dimensiones. La mayor y por ende más cuestionada se construiría en el espacio antes ocupado por el glaciar de Trift.
En comparación con la época de Greina, el conflicto se ha agudizado. Han surgido dos nuevos desafíos: por un lado, debido al calentamiento global y al deshielo de los glaciares, los mayores caudales se han adelantado del verano a la primavera. Por otro, a raíz de la catástrofe de Fukushima Suiza decidió renunciar poco a poco a la energía nuclear a favor de energías renovables, según el objetivo de cero emisiones de gases de efecto invernadero, lo que incrementa la presión sobre la energía hidráulica.
¿Es posible sacar más provecho de la energía hidráulica, que actualmente apenas cubre el 60% de la producción nacional, sin incumplir los requisitos mínimos en materia ecológica? “En principio, sí”, afirma Rolf Weingartner, Profesor emérito de Hidrología de la Universidad de Berna, quien analiza el problema por partes para afrontar con objetividad tan sensible debate.
“En los Alpes deberemos sustituir los depósitos naturales por otros artificiales.”
Profesor emérito de Hidrología de la Universidad de Berna
Debido a que produce electricidad sin apenas generar CO2, la energía hidráulica sigue siendo imprescindible para asegurar el abastecimiento, sobre todo en invierno, cuando los equipos solares son menos eficientes. Además, el calentamiento global nos da otro motivo para apreciar la importancia de los embalses, afirma Weingartner. Porque en un futuro, con el deshielo de los glaciares, dejarán de existir estos almacenes de agua que hasta ahora han garantizado caudales elevados, sobre todo en periodo estival: en verano habrá escasez de agua.
En términos globales y para todo un año, los caudales se mantendrán en niveles similares a los actuales. Pero debido a la desaparición de los glaciares como depósitos de agua y a que se derretirá menor cantidad de nieve, la distribución de estos caudales a lo largo del año será menos favorable. “Por tanto”, deduce Weingartner, “en los Alpes deberemos sustituir los depósitos naturales por otros artificiales”. En otras palabras, los embalses existentes deberán asumir una función suplementaria en los tiempos del cambio climático: permitir la gestión sostenible del agua, por ejemplo, para regar los cultivos durante los meses cálidos y secos.
Entretanto, en presas como la de Muttsee, en Glaris, se instalan grandes paneles fotovoltaicos que producen electricidad todo el año, ya que están por encima de la cota de niebla. En vista de esta multifuncionalidad, Weingartner considera que la energía hidráulica debe ser “un servicio público para la producción de energía, pero también para la satisfacción sostenible de la demanda de agua, incluyendo el uso responsable de los caudales residuales”. Visto así, tiene poco sentido oponer los intereses ecológicos a los económicos, como ocurre ahora con cada nuevo proyecto.
De ahí que este especialista abogue por un nuevo enfoque global: debido al calentamiento climático, el deshielo de los glaciares provocará la formación en los Alpes de más de mil nuevos lagos con potencial económico. “Deberíamos ponernos de acuerdo para definir áreas prioritarias”, afirma Weingartner. Es decir, dividir el territorio alpino, bajo la dirección de las autoridades federales, en áreas en las que se priorice ya sea la producción energética, la ecología, el turismo o la agricultura. Esto permitiría repartir los intereses en el espacio y evitar o, por lo menos, reducir posibles conflictos.
Rolf Weingartner es consciente de que su visión pacificadora de la gestión del agua no lo tiene fácil en la Realpolitik helvética, al menos de momento. Pero si Suiza sigue incrementando su consumo de electricidad, tarde o temprano deberá tomar cartas en el asunto.
En un futuro ¿contará el país con suficiente energía eléctrica? Este es un interrogante que, hoy por hoy, preocupa a la opinión pública suiza. Parece inevitable que la demanda de energía eléctrica siga aumentando. La empresa energética Axpo estima que se registrará un incremento del 30 por ciento de aquí al 2050.
Es posible que la “transición energética” (que implica el abandono, tanto de la energía nuclear, como de las energías fósiles) contribuya a incrementar la demanda: al sustituir las calderas de gasóleo por bombas de calor y los vehículos de gasolina por coches eléctricos, se reducirán las emisiones de CO2, pero a la vez se incrementará el consumo eléctrico. Es difícil prever hasta qué punto los progresos en materia de eficiencia o los cambios de comportamiento contribuirán a frenar la demanda.
Un nuevo estudio de la Oficina Federal de Energía revela que, a partir de 2025, sufriremos escasez de suministro eléctrico en invierno, debido a que la demanda superará la oferta. La decisión del Consejo Federal de romper las negociaciones sobre un acuerdo marco con la UE no ha hecho sino agravar la situación, ya que a raíz de ello la UE desconoce el acuerdo que ya se había pactado en materia de electricidad: en caso de emergencia, Suiza no podrá cubrir su déficit gracias al mercado energético europeo.
Comentarios
Comentarios :
Merci pour l’article très intéressant sur nos vieux monuments hydrauliques. Que, perso, j’aime beaucoup. Ils ne retiennent que de l’eau, une ressource gratuite et naturelle. Sans infrason! Pour mémoire, pour ceux, qui veulent les remplacer par les éoliennes, que chaque éolienne a besoin de 1’000 tonnes de béton pour fixer au sol ses 150 mètres de hauteur. Donc le petit Spitallamm de 114 m de haut équivaut à 84 éoliennes. Tandis que notre Grande Dixance plutôt 15’000 éoliennes. Les éoliennes, des fois, n’ont pas bonne presse parmi le grand public font trop de bruit, tuent les oiseaux, gâchent le paysage. Tandis que nos monuments vivent et travaillent cachés. Sauf si on fait le trajet pour les visiter et admirer leur genie.
Merci pour votre excellent journal.
Vielen Dank für diesen - für mich in dreierlei Hinsicht - sehr interessanten Artikel (bin Eidgenosse mit beruflichem Bezug zum Thema und wohne in Paraguay, wo Elektrizität ausschliesslich aus Wasserkraft gewonnen wird). Wasserkraft wird auch in Zukunft eine wichtige Rolle in der nachhaltigen Energiegewinnung spielen, allerdings wird ihr Anteil am Gesamtmix sinken. Anders die Photovoltaik. Gebäude- und energietechnisch sinnvoll sind insbesondere In-Dach-Photovoltaikanlagen; sie kombinieren Solaranlage und Dacheindeckung und es müssen keine weiteren Flächen verbaut werden. Gebäudeinhaber sollten sofern Selbstnutzung nicht gewünscht ist ihre Dachfläche gegen eine Art “Solarzins” in Anlehnung an den Wasserzins Dritten zur Verfügung stellen dürfen, was im Gesetz vorzusehen wäre.
Wir werden jedoch u.a. auf Grund des ungelösten Problems um die sichere Endlagerung hochradioaktiven Abfälle nicht auf Kernkraft vierter Generation verzichten können. Die hochradioaktiven Abfälle würden dann nochmals als “Treibstoff” benutzt und transmutiert werden, wodurch Abfallmenge, Strahlungsintensität und -dauer massgeblich und lagerfreundlich reduziert werden könnten.
Leider wird das Thema hin zu 100% erneuerbaren Energien derzeit weder politisch noch gesellschaftlich breit diskutiert. Strom ist meist nur dann ein Thema, wenn er ausfällt.
Excelente articulo, el calentamiento global es muy grave así que debemos estar permanentemente hablando de estos temas.
Vor allem sollte man darueber reden was man nicht tut, namentlich das Naheliegende, das technisch einfache - wobei wir wieder beim WASSER angelangt sind; genauer gesagt beim Wasserstoff Verbrennungsmotor, der erwiesener massen besonders fuer Grossanlagen geeignet ist wie z.B. eben fuer Grosstransformatoren mit festem Standort. Aber auch fuer Grosslastwagen, Lokomotiven, Schiffe und dergleichen. Technisch einfach, passend zu jedem heutigen Standart Verbrennungsmotor als dem Benzin gleichwertiger Brennstoff. Der Haken dabei? Das dazu benoetigte Leitungswasser ist einfach zu billig um die Welt weit aufgeblasene Energiewirtschaft mit ihren weit verknuepften Industrie und Boersenanteile noch rentabel zu erhalten, also sucht man krampfhaft nach teuren, preisgebundenen Alternativenergien.
climate change isn't just causing a change in which season the "run-off" happens.
and that glaciers are melting into lakes.
whether or not the supply of water is natural or artificial doesn't matter, insofar that the amounts are substantially less...
this not only affects the views; the species that are already endangered and others that would become so (like us for lack of water to drink and for agriculture to feed us); but the very futile wish of producing electricity in this manner!!!
ty for seeing that it's true. But I am disturbed these points needed to be made, as they went well beyond what's in the article...
Einst produzierte der "Millionenbach" Energie für eine ganze Industriegegend, bevor er in den Greifensee mündete.
Der sauberste Kraftspender als Naturfeind. Eine wirklich ironisch Situation. Ja, sogar doppelt ironisch wenn man bedenkt, dass die chemische Zusammensetzung des Wassers, über seine äussere Form strömender Kraft hinaus, uns ein dem Benzin ebenbürtiger, sauberer Brennstoff anbietet.
Le même problème de destruction des paysages naturels se pose avec le plan du conseil fédéral de sacrifier les crêtes du Jura à l'énergie éolienne.
Je suis président d'une association franco-suisse luttant contre les éoliennes du Bel Coster à 50 m de la frontière française.
Sehr gut, Herr Steiner und Herr Weingartner. Diese Überfälligen Querverbauungen sollten fast so groß sein, wie das einstige Gletschervolumen. Ein geregelter Abfluss würde auch dem Hochwasserschutz dienen. Die Schweiz hat es in der Hand, Deutschland und anderen Ländern den Wasserhahn zuzudrehen. Nur Warten, bis die Gletscher ganz abgeschmolzen sind, und der Rhein Trockenfällt.
Hier ist es ähnlich, nur keine Staumauer als Hochwasserschutz aus ökologischen Gründen, lieber Längsverbauungen nach Starkregen, schlecht für die Unterlieger. In Trockenzeiten ist dann das Wasser weg.
Das Rahmenabkommen mit der EU sollte auch unter diesen Gesichtspunkten wieder aufgenommen werden
Danke, Hans Schütz, Für "Die logische Antwort"!
Nous voilà au pied du mur (non pas du barrage mais du changement climatique!). Où l'on s'aperçoit que chaque solution a sa zone d'ombre et d'inconvénients. Seul (?) le dialogue pourra nous amener à des solutions consenties en connaissance de cause.
Es scheint, dass der Verbrauch viel zu wenig in Betracht gezogen wird. Strom Verschwendung sollte seinen Preis haben. Ineffiziente Maschinen resp. Apparaturen und Beleuchtungskoerper etc. sollten eine "Straf"Steuer erhalten. Der Strompreis sollte gestaffelt je nach Volumenverbrauch teurer werden. Heute verschwenden wir viel Energie weil es einfach da ist und guenstig ist. Wieviele elek. Apparate haben Sie in ihrem Haushalt?
Die einzige Lösung ist ein Gegenteil, also eine drastische Einschränkung des Stromverbrauchs, da die aktuellen Preissteigerungen in anderen Ländern den Einsatz moderner industrieller Prozesse mit hohem Energieverbrauch bewirken. Es gibt keinen anderen Weg, um das Problem zu umgehen, als erneut in die Kernenergie zu investieren, wobei der Schwerpunkt eindeutig auf der erneuten Erforschung und Wiederverwendung des hochaktiven Abfalls liegt.
Mit den derzeit erhöhten Schutzstandards ist Kernenergie im Vergleich zur produzierten Megawatt-Menge sicherer.
Niemand möchte, dass Windenergie in großem Umfang gebaut wird, da sie als Immobilienentwertung sowie als Vogel- und Landschaftszerstörer angesehen wird. Auch glaubt niemand dem Gerücht dass diejenigen die es akzeptieren billigen Strom bekommen. Mythos. Aktuelle Windkraftfahrzeuge haben sich amortisiert und sind angesichts der Vorschriften denen sie ausgesetzt sind, weitaus teurer geworden. Jeder muss einfach materialisieren.
Rich Walters’ Kommentar deuted auf die einzige langfristige Loesung.
radioacivity from obtaining, processing, using, and disposing of waste is far, far more dangerous than the effets of co2 on the climate.
never mind of the high risk of accidents in such a high-tech process as nuclear energy production
Leser Walters plädiert für Atomkraft als Lösung des Energieproblems. Gegen die herkömmliche Atomkraft sprechen die Unfallgefahr, die Zerstörung der Umwelt indigener Völker durch den Uranabbau und der Riesenberg an Strahlenmüll, dessen Verbleib ungeklärt ist. Eine "neue" Atomkraft unter "Wieder"verwendung des hochaktiven Mülls, die Walters vorschwebt, liegt in weiter Ferne und ist alles andere als sicher. Von Wiederverwendung kann sowieso keine Rede sein, da im Reaktor ganz neue Spaltprodukte sowie das hochgiftige Plutonium entstehen. Für einen wirksamen Beitrag zum Klimaschutz käme all das ohnehin zu spät.
Niemand möchte Windkraft, behauptet er. Doch, ich möchte Windkraft und zwar auch in meiner Nähe, so wie viele andere Menschen, die sie z.T. selbst organisieren. Der äußerste Süden Deutschlands ist ja noch fast windkraftfreie Zone, besonders in Bayern mit seiner einzigartigen und absurden Abstandsregel. Die Anlagen würden "als Immobilienentwertung sowie Vogel- und Landschaftszertörer angesehen". Ja, von manchen wird sie so angesehen, aber in den meisten Fällen zu Unrecht. Nur bei einer sehr starken Massierung der Anlagen werden das Landschaftsbild wirklich beeinträchtigt und das Wohnen und damit die Immobilien unattraktiv. Es handelt auch nicht um eine nachhaltige "Zerstörung", da das reversibel ist, falls man mal auf eine wirklich bessere Idee käme. Umfangreiche Untersuchungen als Genehmigungsvoraussetzung verhindern, dass Vogelarten durch Windkraft in ihrem Bestand gefährdet werden.
Ja, gerade im Süden Deutschlands mit den Schwerpunkten des Stromverbrauchs brauchen wir deutlich mehr Windkraft - neben anderen erneuerbaren Energien, Lastmanagement und Speichern. Ein Ausbau der Wasserkraft, der die letzten Auenreste zerstören würde, ist dafür unnötig.