Hasta el doble de desempleados
La situación es precaria para los trabajadores independientes, que no tienen derecho a la jornada reducida. Si bien es cierto que pudieron solicitar una indemnización si no obtuvieron ningún (o casi ningún) ingreso durante el confinamiento, para muchos esta indemnización apenas les alcanzó para vivir. Tuvieron que utilizar sus ahorros para no recurrir a la asistencia social.
En el caso de las empresas, la jornada reducida evitó despidos en masa, por lo menos en los primeros meses. Hasta fines de mayo, el número de desempleados aumentó a más de 155 000, es decir, casi 50 000 más que el año anterior. A principios de junio, los expertos se mostraban moderadamente optimistas y albergaban la esperanza de que no se hiciera realidad el escenario catastrófico de unos 200 000 desempleados: esa cifra sería el doble de la de 2019, cuando la tasa de desempleo rondaba el 2,1 %.
Polémica en torno a los dividendos
Despertó gran disgusto en la población y en el Parlamento el hecho de que algunas empresas repartieran dividendos a sus accionistas por el ejercicio 2019, a pesar de que ya recibían dinero del Seguro de Desempleo por la jornada reducida. Una iniciativa del Parlamento para prohibir los dividendos en caso de jornada reducida obtuvo inicialmente la mayoría en el Consejo Nacional. Pero posteriormente, el Consejo de los Estados la bloqueó por considerarla un atentado inadmisible a la libertad económica.
Ni lejanamente sueña Namgyal Studer con dividendos. Tras seis semanas de confinamiento pudo abrir de nuevo su peluquería a fines de abril, con las debidas medidas de protección. Las primeras dos semanas, su agenda estuvo llena; sin embargo, por su ubicación en la calle Länggasse, en el barrio universitario de Berna, gran parte de su clientela es una clientela de paso. Todavía tardará hasta que los estudiantes y empleados de la universidad vuelvan a frecuentar su salón como antes. Sin embargo, dice resignada: “Hay que tomar las cosas como vienen”.
Se prevé una fuerte recesión
Las consecuencias de la pandemia golpearán duramente a la economía suiza. El Centro de Investigación de la Coyuntura (KOF) de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) prevé para el año en curso una reducción del producto interno bruto del 5,5 por ciento. A diferencia de recesiones anteriores que afectaron principalmente a las exportaciones, esta vez también se verá afectado el sector de los servicios como, por ejemplo, la rama hotelera y el turismo. Los investigadores esperan una lenta recuperación a partir de este verano.
Debido a la evolución negativa de la economía, la Confederación, los cantones y los municipios contarán con ingresos fiscales sensiblemente menores: según el KOF, este déficit podría ascender a unos 25 000 millones de francos. La superación de la crisis del coronavirus costará mucho dinero al erario público. En algunos cantones, como el de Berna, se teme que sean necesarios nuevos paquetes de austeridad en vista del déficit que amenaza las finanzas estatales.
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