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El año pasado, el turismo estaba en pleno auge en Suiza, donde se llegó incluso a hablar de “sobreturismo”. En cambio, este verano muchas habitaciones de hotel permanecerán desocupadas. Por eso, el sector hotelero anhela la llegada de los visitantes nacionales, aunque éstos difícilmente podrán salvar la temporada perdida.
Desde el Jungfraujoch, la espectacular vista hacia los glaciares alpinos lo deja a uno sin aliento –también porque a esta altitud (casi 3 500 metros) escasea el aire–. La estación de tren más alta de Europa, que la compañía de ferrocarriles Jungfraubahn publicita como la “cumbre de Europa”, atrajo el año pasado a más de un millón de visitantes, el 70 por ciento de ellos procedentes de Asia. Pero a mediados de marzo de este año vino el confinamiento, que durante casi tres meses dejó el turismo paralizado. “Es la primera vez desde la Primera Guerra Mundial que los ferrocarriles de la Jungfraubahn se detienen por más tiempo de lo que dura una tormenta de foehn”, lamenta su Director, Urs Kessler.
Oriundo del Oberland Bernés, Urs Kessler, de 58 años, conoce el negocio desde hace 30 y ha vivido ya varias turbulencias: “El 9/11, el SARS, la gripe porcina y la crisis financiera de 2008 no pueden equipararse con la epidemia del coronavirus”. Kessler interrumpió a mediados de febrero un viaje promocional por Asia para regresar a tiempo a Suiza. Dos semanas más tarde, todo estaba parado. “2020 será el año de la pandemia”, asevera Kessler.
Las consecuencias del virus afectan a todo el sector turístico. Si bien las autoridades no ordenaron el cierre de los hoteles suizos, sin la gastronomía y la infraestructura para promover las excursiones, toda la cadena de creación de valor se viene abajo. “La situación nunca había sido tan dramática”, confirma Martin Nydegger, Director de Schweiz Tourismus. Esta organización de marketing espera para este año una caída de las ventas del sector turístico de hasta un 35 %: ante tal situación, muchos hoteles y agencias de excursiones no podrán sobrevivir. Nydegger teme que cada cuarta empresa quiebre.
Por su parte, el Centro de Investigación de la Coyuntura (KOF), de la ETH Zúrich, prevé que las reservas de hotel disminuirán en un 30 %. Especialmente dramática es la falta de visitantes procedentes de países lejanos. El año pasado, más de la mitad de los 40 millones de reservas fueron de huéspedes extranjeros. Los nacionales podrán compensar esta pérdida sólo parcialmente, si bien los expertos del KOF prevén un 10 a 15 % más de reservas de turistas nacionales para julio y agosto. Sin embargo, esto favorecerá principalmente a las regiones de montaña y al Tesino, mas no al turismo urbano.
El Parlamento Federal ha decidido apoyar al castigado sector turístico con un crédito de 40 millones de francos, para financiar campañas destinadas a alentar la demanda nacional. Por su parte, el Consejo Federal no había previsto ningún apoyo financiero especial para el turismo; pero instó al pueblo suizo a mostrarse solidario. “¡A disfrutar las vacaciones en Suiza! ¡Gastemos el dinero aquí!”, exhortó el Ministro de Finanzas Ueli Maurer (UDC).
En los próximos meses se verá si este llamamiento tiene éxito. Y es que también los demás países europeos luchan por captar turistas. Desde el 15 de junio, con la reapertura de las fronteras entre los países del espacio Schengen, algunos suizos piensan de nuevo en pasar sus vacaciones a orillas del mar. Inversamente, los hoteleros suizos esperan recibir más turistas extranjeros.
Para ganarse la confianza de los visitantes nacionales y foráneos, Schweiz Tourismus enfatiza las tradicionales virtudes suizas de “limpieza y seguridad”. Para ello, lanzó la denominación “Clean & Safe”, a través de la cual los hoteles y el sector turístico pretenden señalar a sus clientes que Suiza no sólo ofrece naturaleza, sino también seguridad y un buen sistema de salud pública. Esta etiqueta de calidad sólo se aplicará a aquellos establecimientos que hayan implementado un sistema de protección acorde con las especificaciones de la Oficina Federal de Salud Pública.
Además de la confianza, también son importantes los precios, por lo que muchos destinos proponen ofertas especiales. Así, los ferrocarriles de la Jungfraubahn desean atraer a los excursionistas nacionales con un “Pase Corona” especial. A pesar de las inevitables pérdidas, Urs Kessler cree que “saldremos fortalecidos de la crisis” y que 2021 será un año de transición, antes de volver a la normalidad en 2022. Los expertos en turismo de la Universidad de San Galo opinan que deberán pasar casi tres años antes de que se recupere el turismo internacional.
La suspensión de los vuelos ha ocasionado serios problemas financieros a numerosas aerolíneas, incluidas Swiss y Edelweiss, cuyas unidades permanecieron clavadas al suelo durante meses. Suiza ha decidido apoyar la aviación nacional mediante fianzas por un valor total de 1 875 millones de francos: 1 200 se concederán a Swiss y Edelweiss en forma de créditos bancarios, mientras que 600 estarán destinados a empresas que proveen sus servicios al sector de la aviación (manipulación de cargas y equipajes, mantenimiento y catering). A las empresas beneficiarias de esta ayuda estatal no se les permitirá pagar dividendos; asimismo, deberán cumplir con los objetivos vigentes en materia climática. Este apoyo financiero apunta a ayudar a las aerolíneas suizas a superar la crisis del coronavirus y a garantizar la reactivación del servicio. Swiss es una filial del consorcio Lufthansa. Por su parte, el gobierno alemán apoyará a Lufthansa con un paquete de ayuda de 9 000 millones de euros.
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Comentarios :
Wir haben hier wunderschönes Wetter und Ferien sind zu empfehlen, nur würde ich persönlich Menschenansammlungen vermeiden, wie Dancings, Bars und ausschliesslich Maske FFP2 tragen, welche in der Farmacía gekauft werden sollte... Wenn Sie dann auch noch die Früchte und Gemüse waschen (zb. mit Desinfektionstabletten) und Lebensmittel direkt umpacken in ein Gefäss/Beutel, dann sind Sie gut geschützt.