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Todos los ojos puestos en Eveline Widmer-Schlumpf

17.08.2015 – Jürg Müller

La UDC tiene muchas posibilidades de lograr un segundo escaño en las próximas elecciones para el Consejo Federal.

Cuando algo falla en el país, “el culpable es el Gobierno”. Esta fórmula simplista rige en Suiza y en la mayoría de los países. Y sin embargo, de los sondeos se desprende que, casi siempre, el Consejo Federal goza de una gran confianza entre la población. A ello pueden haber contribuido la estabilidad personal de los últimos años y el hecho de que el Consejo Federal volvió a presentarse mucho más al unísono de cara al exterior. Pero la impresión de estabilidad es engañosa: ya no existe una fórmula mágica de aceptación general.

¿Seguiremos como hasta ahora?

La composición del Gobierno, con sus siete miembros – dos del PLR, dos del PS, uno de la UDC, uno del PDC y otro del PBD – será objeto de debate tras las elecciones parlamentarias del 18 de octubre de 2015 (véase también el sondeo en las páginas 14–16). Luego, a principios de diciembre, tendrán lugar las votaciones para la renovación completa del Consejo Federal para los próximos cuatro años. Y no se puede descartar que no cambie nada en absoluto, pese a los épicos debates y las especulaciones preliminares que proliferan. Desde la perspectiva actual pero poco probable, es posible que se forme un Consejo Federal “con la composición antigua”, si ningún consejero federal dimite y no cambian fundamentalmente los puntos fuertes de los partidos en las elecciones parlamentarias. A la hora de no reelegir a un consejero federal, el Parlamento muestra una y otra vez ciertos reparos para actuar con determinación, incluso cuando en 2003 Ruth Metzler (del PDC) fue sacrificada en favor de Christoph Blocher (de la UDC), y cuando en 2007 el mismo Blocher fue apartado del Consejo Federal con la elección de su entonces compañera de partido Eveline Widmer-Schlumpf.

Tras las elecciones federales, la disputa volverá a girar exactamente en torno a esta persona. Widmer-Schlumpf es, hoy en día, el personaje insignia del Partido Burgués Democrático (PBD), que se escindió de la UDC. Desde el punto de vista de la concordancia política es una anomalía el hecho de que la UDC, con un 26,6% de los votos en las elecciones al Consejo Nacional en 2011, el partido con mayor número de electores, sólo esté representado en el Gobierno Central por un miembro. La expulsión de Widmer-Schlumpf de la UDC condujo a la escisión del PBD, que desde entonces, con un cupo electoral de sólo el 5,4%, puede presentar asimismo a un miembro del Consejo Federal. Y dado que el PBD no está precisamente en forma y puede considerarse afortunado si en otoño logra mantener su pequeño cupo electoral, ya de por sí reducido, la consejera federal Eveline Widmer-Schlumpf y su partido tendrán que plantearse algunas cuestiones fundamentales tras las elecciones.

La búsqueda de la fórmula correcta

Si la consejera federal del PBD y Ministra de Finanzas dimite voluntariamente o si vuelve a presentarse aunque su partido retroceda – todo girará en torno a su escaño en el Consejo Federal. La UDC lo reclama para sí misma desde el principio. Los partidarios de la concordancia aritmética – sobre todo los estrategas de la UDC y el PLR – quieren de todas formas volver a la distribución de escaños que rigió durante mucho tiempo: a cada uno de los tres partidos mayores le corresponden dos escaños, a la cuarta agrupación más grande, sólo uno. La meta soñada de los conservadores sería dos escaños para la UDC, dos para el PLR, dos para el PS y uno para el PDC. La fórmula se pondrá sobre todo de relieve si el PLR gana claramente terreno en las elecciones. Y las previsiones suelen indicar claramente esta tendencia. El debate sobre si el PLR puede reclamar dos escaños o si la UDC logra el segundo a costa del PLR habría concluido. El PLR, el PDC y los Verdes Liberales (PVL) están en principio abiertos a una doble representación de la UDC como partido más fuerte. Así pues, la UDC tiene buenas cartas. En principio, sólo el PS y los Verdes se oponen a un segundo escaño para la UDC, les gusta hablar de una “concordancia de contenidos” y estiman que la UDC no es favorable a un consenso.

Estos argumentos también son tomados en serio, en vista del rumbo de la UDC, a menudo polarizante, por sectores de los partidos de centro (PBD, PEV, PVL) y del PDC. Y estos podrían, con los Verdes de izquierdas, intentar salvar el escaño de Widmer-Schlumpf. Pero esta opción sólo se podría justificar si los pequeños partidos de centro ganaran electores en las elecciones – según los sondeos es poco probable. Y si los pequeños del centro pierden votos, sería difícil justificar esta jugada de ajedrez por el ambiente político de fondo.

El PS puede estar tranquilo en las elecciones al Consejo Federal: si en ellas no sucede algo totalmente imprevisto, tendrá asegurados sus dos escaños. Es poco probable que se ataque con éxito uno de sus escaños, si bien la UDC ha pensado en algo así. Pero no olvidemos que las elecciones para el Consejo Federal han deparado ya grandes sorpresas para algunos.

Jürg Müller Es Redactor De “Panorama Suizo”

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