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El 9 de junio de 2024, los electores suizos rechazaron dos iniciativas populares encaminadas a combatir los elevados costes sanitarios. Surge así un problema sin resolver, que obliga a los políticos a tomar cartas en el asunto.
Tres meses después del sorprendente veredicto popular a favor de una 13.a pensión del SVS, otro gran proyecto sociopolítico ha fracasado en las urnas. A pesar de que muchos hogares se quejan de las elevadas primas del seguro médico (véase Panorama Suizo 3/2024), la mayoría de los electores rechazó tajantemente la propuesta de limitarlas. La iniciativa para poner un tope a las cuotas, promovida por el PSS, hubiera beneficiado especialmente a las personas de bajos ingresos, que hoy por hoy dedican más del 10 % de sus ingresos al pago de un seguro médico. La iniciativa tuvo buena acogida en la Suiza francófona y el Tesino, donde las primas son más elevadas que en otras regiones. Sin embargo, los cantones de lengua alemana (véase el mapa) y, por ende, la mayoría de los electores (55,5 %), vetaron la propuesta. Durante la campaña, sus opositores habían advertido sobre los millonarios costes que supondría su aceptación. Por su parte, los suizos residentes en el extranjero apoyaron en vano al bando del “sí”, al aprobar el proyecto por un estrecho margen.
La segunda propuesta, titulada “Freno a los costes del sistema de salud”, sufrió una derrota aún más estrepitosa, con un 62,8 % de votos en contra; la “Quinta Suiza” también la rechazó. Solo cinco cantones respaldaron esta iniciativa. Su promotor, el Partido del Centro, esperaba que el instrumento del freno de costes sirviera para intensificar la presión en este sentido. Sin embargo, la mayoría de los votantes temió que una solución de este tipo condujera a una medicina de dos niveles.
El rechazo de ambas iniciativas no está exento de consecuencias. En ambos casos entrarán en vigor las contrapropuestas indirectas aprobadas por el Parlamento. Así, los cantones que hasta ahora han invertido poco en la reducción de primas tendrán que gastar más en este concepto, aunque bastante menos de lo que planteaba la iniciativa. Y en lugar de frenar los costes, el Consejo Federal tendrá que fijar cada cuatro años objetivos de costes y calidad para el sector sanitario. Esta medida pretende, entre otras cosas, lograr una mayor transparencia a la hora de determinar cuáles costes se justifican desde el punto de vista médico. Los economistas de la salud opinan que se trata de un paso en la dirección correcta, aunque la evolución demográfica plantea nuevos retos: la generación del baby boom ha alcanzado la edad de jubilación y, a medida que envejezca, ocasionará más gastos por consultas médicas y estancias hospitalarias.
El elevado coste de la atención médica sigue siendo una de las mayores preocupaciones económicas de la población suiza. Desde hace veinte años, las primas de las compañías de seguros se han más que duplicado, y se avecina un nuevo aumento en 2025. Hasta ahora, los distintos actores involucrados en este sector no han logrado ponerse de acuerdo sobre las reformas necesarias para frenar esta tendencia. Se está estudiando un nuevo modelo de financiación que, al incentivar el tratamiento ambulatorio y evitar de este modo las costosas estancias hospitalarias, debería suponer un alivio financiero. Los ciudadanos tendrán pronto la última palabra al respecto.
Los partidos políticos, por su parte, apuestan por distintas fórmulas: el PSS vuelve a proponer la idea de una caja pública única de seguro médico; con ello pretende poner fin a la “pseudocompetencia” entre las 45 compañías privadas de seguros de enfermedad y garantizar así el ahorro. El Partido del Centro quiere obligar a los cantones a coordinar mejor su planificación hospitalaria. Por su parte, el PLR y la UDC abogan por reducir el abanico de los tratamientos cubiertos por el seguro médico. Hasta ahora, sin embargo, el electorado ha rechazado cualquier propuesta que pudiera limitar la cobertura del seguro. En caso necesario, todo el mundo quiere recibir la mejor atención posible, para sí mismo y para sus seres queridos.
El 9 de junio, otras dos propuestas se sometieron a votación. Con un claro “sí” (68,7 %) a la Ley de Suministro Eléctrico, los suizos allanaron el camino para impulsar la producción nacional de energía a partir de fuentes renovables como el agua, el sol y el viento. En cambio, la iniciativa contra la “vacunación obligatoria” no tuvo tanta suerte: los detractores de las medidas contra el coronavirus querían incluir en la Constitución la prohibición de tales medidas. El 73,7 % de los votantes lo consideró innecesario: hoy en día, ya nadie puede ser vacunado contra su voluntad.
Iniciativa a favor de la biodiversidad
Las organizaciones de defensa de la naturaleza y el medioambiente consideran que Suiza no hace lo suficiente para preservar los hábitats que albergan una importante biodiversidad. Un tercio de todas las especies animales y vegetales de Suiza se consideran amenazadas o, incluso, extinguidas. La iniciativa a favor de la biodiversidad pretende consagrar en la Constitución la obligación de brindar mayor protección a los hábitats naturales. El Estado debería destinar más tierras y más recursos a este fin. En un principio, el Consejo Federal quiso modificar la ley para que tuviera en cuenta las preocupaciones de los promotores. Sin embargo, su contrapropuesta indirecta fracasó en el Consejo de los Estados, debido, entre otros motivos, a la oposición del sector agrario (más información sobre el lobby de los agricultores en el dosier “Tema clave”, “Poderosos lobbies vs. agricultores impotentes” – VERLINKEN). Los opositores consideran excesivas las exigencias que plantea la iniciativa a favor de la biodiversidad. Temen que restrinja demasiado el uso de las zonas rurales para la agricultura, la producción de electricidad o el turismo.
Enlace a la iniciativa: www.biodiversitaetsinitiative.ch
Comité del “no”: www.biodiversitaetsinitiative-nein.ch
Reforma de la previsión profesional
Las pensiones de los fondos para la jubilación (el segundo pilar de la previsión para la vejez, junto con el SVS) están sometidas a presión desde hace algún tiempo. La razón principal es el aumento de la esperanza de vida de la población. La reforma de la previsión profesional (LPP), aprobada por el Parlamento, tiene por objeto garantizar la financiación de la LPP mediante la reducción del tipo de conversión del 6,8 % al 6,0 %, entre otras medidas. Esto conllevaría una reducción de las prestaciones, que se compensaría mediante el otorgamiento de complementos de pensión a una generación de transición. La Unión Sindical Suiza ha promovido un referendo contra este proyecto de ley. Considera insuficiente la compensación por los recortes a las pensiones; además, los trabajadores sufrirían un aumento de su retención salarial. Sin embargo, los partidos del centro-derecha consideran que la reforma permitiría un equilibrio justo entre jóvenes y mayores. Asimismo, subrayan que los empleados a tiempo parcial con bajos ingresos estarían asegurados en el segundo pilar.
Enlace al referendo: www.rentenabbau.ch
Comité del “sí”: www.ja-bvg.ch
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