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Con tan sólo once habitantes, el minúsculo pueblo de Corippo, en el Tesino, es el municipio más pequeño de Suiza. Pero no lo será por mucho tiempo más: en algunos meses, la aldea se fusionará con Verzasca, un municipio del valle. Pero ¿qué perspectivas económicas tiene una aldea rodeada de montañas, habitada por gente de edad avanzada?
La carretera no deja de subir. Pasa por la presa de Verzasca, que con sus 220 metros de altura es famosa mundialmente por el salto de James Bond en “GoldenEye”; después pasa junto al embalse, hasta que, a lo lejos, se perfila Corippo. Este pueblecito parece un nido de aves, en la ladera derecha del valle. Sus casitas de piedra con techos de placas de granito parecen fundirse con el entorno de pendientes terraplenadas. La torre de la iglesia se levanta en el centro del pueblo. Un pequeño cementerio recibe a los visitantes, en la entrada del lugar. Las velas de Todos los Santos ya se han consumido y las flores están marchitas.
Un lugar romántico, de verdad. Pero en esta tarde invernal de lluvia y nieve, el pueblo parece triste y poco acogedor. “Chiuso —cerrado desde el 30 de octubre”, reza un cartel en la única taberna del pueblo, la cual es un destino popular en verano entre los turistas que practican senderismo. Según la Oficina Federal de Estadística de Suiza, el municipio tiene tan sólo once habitantes, con una edad media superior a los setenta años. Esto lo convierte en el municipio más pequeño del país. Pero ya no lo será por mucho tiempo, puesto que en abril Corippo pasará a formar parte del municipio de Verzasca.
Hoy, muchas casas en Corippo están vacías o sólo se ocupan durante el verano, como residencias vacacionales. En sus mejores tiempos, hacia 1850, el pueblo tenía casi 300 habitantes. Desde entonces ha ido decayendo. Corippo ha tenido la misma suerte que todo el valle de Verzasca y otras regiones montañosas en el norte del Tesino: la pobreza, aunada a la falta de trabajo y de ingresos, impulsó la emigración. La novela clave para entender la historia del Tesino, “Il fondo del sacco”, de Plinio Martini, que trata sobre emigrantes del valle Maggia, también podría tener como telón de fondo el valle de Verzasca.
Que Corippo sea todavía el municipio más pequeño de Suiza no parece importarles demasiado a sus moradores. Incluso no les gusta hablar sobre ello. Las preguntas de forasteros sobre el estado actual del pueblo permanecen sin respuesta, o sólo se les contesta de mala gana. “Se han ido todos a la planicie”, comenta a regañadientes un hombre mayor, quien acto seguido cierra la puerta de su jardín.
Desde hace años, el pueblo no cuenta con una administración municipal. Claudio Scettrini, trabajador forestal y, con 55 años, el habitante más joven del pueblo, fue el último presidente municipal. El concejo municipal estaba integrado por tres personas: él, su tía y su cuñada. “Pero teníamos que consultarlo todo con el cantón y al final nunca se hacía nada”, dijo Scettrini en 2017, cuando abandonó frustrado su puesto. Desde entonces, el municipio es administrado desde el exterior.
La incapacidad de municipios tan pequeños para garantizar una administración funcional constituye, según Norman Gobbi, Consejero de Estado por el Tesino, la prueba de que es imprescindible una política bien dirigida de fusiones. Sin ayuda externa, los municipios del tamaño de Corippo no pueden brindar los servicios básicos que hoy en día esperan los ciudadanos. Y es que el suministro de agua y la canalización cuestan millones. “Corippo tuvo que aceptarlo, al igual que muchos otros municipios”, afirma Gobbi.
Por eso, desde hace décadas se impulsa la fusión de municipios. En 25 años, el número de municipios del Tesino ha pasado de 245 a 115. “A largo plazo, el plan cantonal de fusiones apunta a reducir este número a 27”, añade Gobbi. Este proceso puede observarse en toda la Confederación, donde entre el año 2000 y la primavera de 2017 el número de municipios se ha reducido de 2 899 a 2 255. Algunos cantones, como Glaris, han sido muy drásticos: en 2011, sus 25 municipios se redujeron a tres. Pero este proceso también ha tenido sus aspectos negativos: hay quienes consideran que, con la creación de estos supermunicipios, se está perdiendo la identidad propia de cada municipio.
Volvamos a Corippo: en la antigua casa parroquial, junto a la iglesia, una habitante deja claro que “la gente ya no quiere hablar con los periodistas, porque éstos distorsionan lo que en realidad decimos nosotros”. Es verdad que en los últimos años muchos periodistas han visitado este pueblecito del valle de Verzasca, tras enterarse de que se convertiría en una aldea-hotel. Se publicaron reportajes incluso en el New York Times y también un equipo de televisión de la BBC pasó por allí.
Pero, ¿qué se tiene planificado en realidad? Algunas antiguas casas de piedra, denominadas “rustici”, se convertirán en habitaciones de hotel. La osteria, la taberna del lugar, funcionará como recepción y restaurante. Este concepto se llama “albergo diffuso”, es decir, un hotel disperso, como los que ya existen en algunas aldeas antiguas de Italia. En Suiza, Corippo sería el primero.
Fabio Giacomazzi es arquitecto, urbanista y Presidente de la Fundación Corippo, promotora del proyecto. Compró hace años una docena de antiguas casas de piedra, con el afán de preservar “el ambiente mágico” del lugar y, al mismo tiempo, dar una nueva vida a la aldea. Giacomazzi ha guiado ya a numerosas personas por el pueblo y por las casas abandonadas, en las que el tiempo parece haberse detenido. En algunas quedan todavía zapatos viejos en los pisos de madera o trastos en las esquinas, y las arañas tejen sus telas en las ventanas. Sin embargo, una de las casas de la Fundación se ha remodelado ya como vivienda vacacional y el molino también ha sido reparado. Se prevé empezar con la renovación de las otras casas a principios de 2020; pero en el pueblo predomina el escepticismo: “Desde hace años nos vienen haciendo promesas”, comenta una mujer.
Giacomazzi comprende el escepticismo, pero señala que sólo se podrá empezar con las obras cuando se disponga de todo el dinero. El presupuesto total es de 3,6 millones de francos. “Actualmente nos faltan casi 600 000 francos”, afirma el arquitecto. Sin embargo, se muestra optimista y piensa que conseguirá el dinero pronto, en particular gracias a donantes particulares.
Claire Amstutz apoya el proyecto. Ella atiende la taberna de Corippo. En el invierno visita pocas veces el pueblo. La encontramos por casualidad, mientras prepara un almuerzo de domingo para sus clientes habituales: una bandeja bernesa con habas secas, papas, col agria, tocino y salchicha. Es originaria de la Suiza alemana y todavía no sabe qué pasará. Está a la espera del nuevo contrato para la temporada del 2020.
Algo curioso es que en esta taberna ya cuelga un certificado del “Hotel Innovations Award”, que la sociedad de créditos para el sector hotelero “Schweizerische Gesellschaft Hotelkredit” y “Gastrosuisse” otorgaron en 2017 al proyecto “Albergo diffuso”. Debido a este premio, muchas personas llaman para reservar una habitación. “Pero esto todavía no es posible”, sonríe Claire Amstutz.
Para Thomas Egger, el proyecto de Corippo es “ejemplar”. Este Consejero Nacional del PDC por el Valais es Presidente del Grupo de Trabajo Suizo por las Zonas Montañosas (SAB). “Un hotel descentralizado es una excelente idea para aprovechar mejor las estructuras existentes”, añade. También hace referencia a una iniciativa similar en Grengiols (VS), denominada “Poort a Poort”, y otra en Albinen (VS), llamada “Albijou”.
Según Egger, no se deberían abandonar municipios o áreas de la zona montañosa. Además, sabe que tiene al Consejo Federal a su favor. El gobierno suizo aprobó, a mediados de noviembre, un informe según el cual se debe garantizar la pervivencia de la zona montañosa y reducir su emigración. El informe considera indispensable ampliar la infraestructura digital, en particular de la red de banda ancha, así como de gran ancho de banda.
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Knapp 3000 Gemeinden auf 42000km² Schweiz verteilt; ein Unding eigentlich. Aber das durfte man damals nicht denken und schon gar nicht schreiben. Und deshalb wurden Gedanken zur "Melioration von Verwaltungseinheiten" auch gleich wieder aus meinen Entwürfen gestrichen. Die "Kritische Masse" von Verwaltungseinheiten war nur im Ausland ein Thema. Die parallele zum Frauenwahlrecht ist unübersehbar. Und beides liess sich zum Glück nicht verhindern.
Aber wir täten gut daran, diese Gebietsreform endlich zum zentralen Thema der Bundesraumordnung zu machen. Mit dem "Bundesgesetz über die Raumordnung", RPG, spielen wir in der Schweiz nämlich in der besten Liga der Welt; -wie mit der ETH.
Aktiv planen statt zuwarten!
Markus Reicher, Raumplaner
Ein Beispiel:
Deutschland / 80'000'000 Einwohner / 16 Bundesländer
Schweiz / 8'000'000 Einwohner / 26 Kantone
Maximal 6 bis 7 Kantone wären genug. Ergo est:
- Einsparung von 30-40% bei der zu teuren Verwaltung.
- mindestens 50% weniger unnütze Gesetze.
Das ist der Wunschtraum eines Ketzers und Querulanten.
Jedoch: "Der Kritiker/Querulant wird nicht als solcher geboren, sondern
ist das Produkt, der in seiner Umgebung obwaltenden Gegebenhei-
ten." (frei nach Lenin)
The heart of the Italian speaking community was the area around the Savoia (Spring Creek) Hotel and the Macaroni Factory. The Savoia is named after the royal family of the unified Italy. An Italian reading library was located at the hotel and pasta was made opposite in Lucini's Macaroni Factory which was also home to the Democratic Club. Lucini's moved from Lonsdale Street, Melbourne in 1865, where they had set up as the first pasta factory in Australia in 1864. Vanzetta's bakery supplied bread and Crippa, Perini and the Gervasonis (Yandoit Creek) produced wine.
A local delicacy is bullboar which is a sausage made from beef, pork, garlic and spices.[9] In 2005 Daylesford Secondary College came second in ABC's Young Gourmets by making bullboars from the Gervasoni and Sartori recipes which gained much media attention over the fate of Charlotte the pig, with little concern for the steer involved! [10] The Bullboar has been named an endangered recipe by the Slow Food Movement.
A book on the Swiss Italians in the region entitled Bullboar Macaroni and Mineral Water by Clare Gervasoni details the influence of the Swiss Italians on Hepburn Springs.
In 2007 the Melbourne Immigration Museum featured a display entitled Wine Water and Stone reflecting the Swiss and Italian heritage of the area.