Todo es más verde bajo la cúpula del Palacio Federal

A lo largo de cuatro décadas, el cobre se fue degradando y la cúpula se cubrió, año tras año, de una pátina verde turquesa. En 2007, para las obras de restauración de la cúpula se utilizó cobre envejecido artificialmente, con el fin de conservar la imagen a la que tanto se habían acostumbrado los suizos.

Muy novedoso, en cambio, resulta lo que acaba de ocurrir bajo esta cúpula: el Parlamento que allí sesiona se ha vuelto más verde que nunca. Y es que los ecologistas cobraron mucha fuerza el 20 de octubre. Aunque los superlativos rara vez convienen para describir la actualidad política suiza, en este momento cabe afirmar que el cambio posee dimensiones históricas: en los últimos cien años, ningún partido aumentó tanto su número de escaños en un solo día como el Partido Ecologista Suizo en las pasadas elecciones, a lo cual se suma el éxito de los Verdes Liberales.

El color verde se impuso con mayor rapidez en la política que la oxidación en la cúpula del Palacio Federal; incluso puede afirmarse que este proceso empezó antes siquiera de que se imprimieran las papeletas electorales. En materia de política medioambiental, el Parlamento ha adoptado posturas que nadie hubiera imaginado al inicio de su mandato. Así, en otoño pasado, el Consejo Nacional votó a favor del impuesto sobre billetes de avión, cuando un año atrás había rechazado tajantemente esta medida a favor del clima: lo cual demuestra que la preocupación por las innegables consecuencias del cambio climático ha llegado hasta la cúpula política. En política, la búsqueda de soluciones ha empezado.

Pero usted quizá no se interese mucho por las elecciones; en este caso podría interesarle la noticia de que el ahorro, esa tradicional virtud suiza, se encuentra cada vez amenazado, debido a que los bancos ya no pagan intereses por el dinero que uno les confía. Ahora, quienes suelen ahorrar se ven obligados a pagar a su banco para que éste vele por su patrimonio. El temor a los intereses negativos está muy extendido en Suiza y nadie sabe cómo actuar ante este problema —y Panorama Suizo no es la excepción—. Como quiera que sea, describimos este fenómeno muy detalladamente en la página 16 de la presente edición, en espera de que esta información le sea de utilidad.