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La pandemia estuvo a punto de paralizar los viajes; pero ahora se están batiendo nuevos récords: Suiza registra una creciente demanda de viajes en avión y tren.
Tras la crisis del coronavirus, los suizos vuelven a tener ganas de volar. En el primer semestre de 2024, más de 14,5 millones de personas transitaron por el aeropuerto de Zúrich, el mayor del país por delante de Ginebra y Basilea-Mulhouse. Esto representa un 11 % más de viajeros que en el mismo periodo del año pasado y casi tantos como en el primer semestre de 2019, antes de que estallara la pandemia. Para finales de 2024, Zúrich espera 31 millones de viajeros, y la empresa que administra el aeropuerto ya anunció ganancias récord a finales de agosto.
La compañía aérea Swiss también bate récords, con un aumento de la demanda de vuelos del 12 % en el primer semestre (8,5 millones de pasajeros). ¿Estarán los suizos recuperando el tiempo perdido durante la pandemia? Para Markus Flick, portavoz de la agencia de viajes suiza Kuoni, se trata más bien de una “vuelta a la normalidad”, ya que la pandemia ya se remonta a varios años atrás.
Al igual que antes, el destino favorito de los viajeros suizos es Europa. Así lo demuestran las últimas cifras de la Oficina Federal de Estadística. En diciembre y en torno al cambio de año, sin embargo, son más frecuentes los destinos lejanos: los suizos se sienten atraídos por los países cálidos. Según Markus Flick, sus destinos favoritos son Phuket, las Maldivas y Mauricio. Muy populares también son la República Dominicana, Sudáfrica y, un poco más cerca de casa, Gran Canaria. Afortunadamente para los operadores turísticos, las compañías aéreas han vuelto a aumentar la oferta que habían reducido en tiempos de pandemia, afirma Flick. La temporada de invierno de 2024 podría ser aún mejor para Kuoni que la de 2023.
Este fenómeno no es privativo de Suiza; se observa en todo el mundo. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el año pasado el tráfico aéreo alcanzó el 94 % de su nivel anterior al coronavirus, y en julio de 2024 se estableció un récord histórico. Y ello, a pesar de que volar se ha vuelto más caro, también en Suiza: no por algún impuesto sobre los billetes de avión (ya que esta medida fue rechazada por el electorado suizo en el verano de 2021, junto con el resto de la Ley del CO2), sino porque las aerolíneas aumentaron sus tarifas debido a la reducción de la oferta. Y como el queroseno se encareció durante el mismo periodo, viajar en avión llegó a costar un 30 % más en 2023. En 2024, los precios han descendido ligeramente, pero siguen siendo más elevados que en los años anteriores a la pandemia.
No solo el avión va viento en popa; viajar en tren también está muy de moda. Sin embargo, los trenes nocturnos no gozan de la promoción suficiente.
Esto no impide que muchos suizos estén dispuestos a pagar estos precios. Así lo demuestra la tendencia a viajar en solitario, como señala la empresa de viajes Hotelplan. Sus clientes buscan algo especial, ya sean unas vacaciones en la playa o una escapada urbana. Asimismo, los paquetes turísticos se adaptan cada vez más a las distintas necesidades de sus clientes, afirma la portavoz de la empresa, Muriel Wolf. No puede decirse lo mismo de las familias, cuyos presupuestos vacacionales se vieron perjudicados en 2024 por el aumento del coste de los hoteles y de las actividades turísticas. Por ello, las familias optan a menudo por ofertas con un tope presupuestario máximo o por destinos que no subieron sus precios tras la pandemia: en Túnez, por ejemplo, Hotelplan Suisse registró un “aumento de dos dígitos en las reservas”.
No solo el avión va viento en popa; viajar en tren también está muy de moda. El año pasado se volvió a alcanzar el nivel récord de 2019. Los Ferrocarriles Federales Suizos (SBB) transportaron a 1,32 millones de viajeros... ¡cada día! En 2023, se batió otro récord: 12,3 millones de personas (vs. 10,7 millones en 2022) tomaron el tren para viajar al extranjero; 600 000 usuarios tomaron trenes nocturnos. Junto con sus socios europeos, SBB apenas puede hacer frente a tan elevada demanda. Pero ahora, irónicamente, el Ministro de Transportes Albert Rösti (UDC) le ha puesto freno: bloqueó los treinta millones de francos destinados originalmente a subvencionar los trenes nocturnos a partir de 2025. Esta medida forma parte del paquete de ahorro anunciado por el Consejo Federal para reestructurar el presupuesto (véase Panorama, octubre de 2024). Diputados de izquierda, verdes y de centro han denunciado enérgicamente este “debilitamiento del transporte ferroviario como alternativa sostenible”, y una moción cuestiona la legalidad de tal decisión. No en vano, el Parlamento aprobó la nueva Ley de CO2, que incluye la subvención a los trenes nocturnos. Entrará en vigor en enero y regulará la política climática hasta 2030. Pero de mantenerse la decisión del Consejo Federal, los nuevos enlaces ferroviarios nocturnos previstos entre Suiza y Roma y Suiza y Barcelona seguirán siendo una mera ilusión.
Suiza también es un destino turístico muy apreciado. Con casi 42 millones de pernoctaciones hoteleras en 2023, la organización “Suiza Turismo” habla de un “récord histórico” y constata con alivio que el turismo suizo se ha recuperado de la pandemia.
Un vistazo a los países de procedencia revela que, además de los visitantes del sudeste asiático, fueron sobre todo los de Estados Unidos quienes contribuyeron a este récord, pues pasaron más de tres millones de noches en hoteles suizos, esto es, un 33 % más que el año anterior. Los británicos también regresaron en gran número (+ 23,6 %), y el turismo procedente de los Estados del Golfo lleva años creciendo. Los viajes desde China también se han disparado, con un aumento de más del 300 % de 2022 a 2023.
En Suiza, el aumento del número de visitantes reaviva el debate en torno al “sobreturismo”. Un estudio publicado en el verano de 2024 por “Suiza Turismo” y la Conferencia de Directores Regionales de Turismo de Suiza pone en evidencia las consecuencias negativas del turismo (de masas) en los centros turísticos: basura, deterioro de la naturaleza y del medio ambiente, escasez de alojamientos, perturbaciones del tráfico y una cierta falta de respeto por parte de los turistas. Sin embargo, según Suiza Turismo, los operadores turísticos internacionales ya prevén una desaceleración: al parecer, las reservas financieras que los viajeros estadounidenses pudieron acumular durante la pandemia para viajar al otro lado del Atlántico se están agotando poco a poco.
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