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Suiza prevé construir un monumento a las víctimas del nacionalsocialismo. El proyecto, elaborado por distintas organizaciones, ha recibido buena acogida por parte del sector político. Sus promotores se proponen contrarrestar también los prejuicios y la discriminación actuales.
A fines de mayo, cinco organizaciones, entre ellas la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE), presentaron al Consejo Federal un proyecto para erigir un monumento en la ciudad de Berna. Según los promotores de la iniciativa, este monumento está destinado a conmemorar a los suizos y suizas que el gobierno nazi “privó de sus derechos y asesinó por ser judíos, opositores políticos o por otros motivos”. También está dedicado a quienes se opusieron a los nazis o dieron refugio y ayuda a los perseguidos. Además, se propone conmemorar a las mujeres, hombres y niños a quienes las autoridades suizas se negaron a salvar de la persecución nacionalsocialista.
El proyecto cuenta con el apoyo inicial de 30 organizaciones y 150 firmantes, entre ellos muchos personajes conocidos. Es verdad que en Suiza existen ya varias placas conmemorativas y proyectos similares financiados por iniciativas privadas. Por ejemplo, desde finales del año pasado las llamadas “piedras de tropiezo” conmemoran a varias víctimas suizas del nacionalsocialismo. Estos adoquines, que ya existen desde algún tiempo en Alemania y Francia, se colocaron en el suelo frente a la antigua residencia de las víctimas, en la ciudad de Zúrich. “Pero ya es hora de que la Confederación promueva oficialmente la erección de un monumento”, subraya el Presidente de la OSE, Remo Gysin.
También en Suiza, y especialmente para las jóvenes generaciones, es importante “mantener vivo el recuerdo del inimaginable horror del Holocausto y del régimen nazi”, asevera Ralph Lewin, Presidente de la Federación Suiza de Comunidades Israelitas (FSCI). Además de una intervención artística en el espacio público, el monumento incluirá ofertas educativas e informativas, accesibles en línea. Porque hasta hace poco el público ignoraba ampliamente que entre los suizos hubo también víctimas de los nazis. Recientes investigaciones han demostrado que casi mil personas vinculadas a Suiza sufrieron los horrores de los campos de concentración, donde perecieron más de 200 de ellas.
El socialdemócrata zuriqués Albert Mülli (1916–1997) sobrevivió a su internamiento en el campo de concentración de Dachau. En 1938 había llevado clandestinamente unos panfletos a Viena. Tras su liberación, las autoridades suizas le recriminaron que “en gran parte era culpa suya”. Este episodio le dejó cicatrices que se volvieron a abrir en la vejez, recuerda su hija Ursula Zellweger:
“Desde hace mucho tiempo estamos a la espera de un gesto por parte de la Suiza oficial”.
Hija de Albert Mülli
También la que fuera Jueza Federal, Vera Rottenberg, de 77 años, está a favor del monumento. En 1944, cuando Vera era apenas un bebé de pecho, su familia, por ser judía, tuvo que huir de Budapest. Pero dado que la madre de Vera había perdido la ciudadanía suiza al casarse con un húngaro, inicialmente se les denegó el derecho a la repatriación. Sólo lograron escapar gracias a la firme intervención de un secretario de la embajada: “Se llamaba Harald Feller”, dice Vera Rottenberg. Los nombres de esos valerosos suizos deberían ser más conocidos.
Para los promotores de la iniciativa, es importante vincular el pasado con el presente. “Nos preocupa el aumento masivo del antisemitismo en las redes sociales”, reconoció el Presidente de la FSCI, Ralph Lewin. Es preciso contrarrestar la incitación al odio, a la discriminación y al racismo, pues, como nos lo ha enseñado la historia, “los pensamientos se convirtieron en palabras, y las palabras, en actos”. El monumento debe sensibilizarnos sobre los valores fundamentales: el Estado de derecho, la democracia, los derechos humanos.
El Palacio Federal respalda los planes para erigir un monumento oficial. Antes de las vacaciones de verano, el Consejo de los Estados aprobó en ese sentido una moción de Daniel Jositsch (PSS), sin voto alguno en contra. Una propuesta de igual contenido, de Alfred Heer (UDC), fue suscrita en el Consejo Nacional por muchos parlamentarios, tanto de izquierda como de derecha. El Consejo Federal también se muestra abierto: desea contribuir activamente a la creación de un monumento, afirmó el Ministro de Asuntos Exteriores Ignazio Cassis (PLR) en el Parlamento. Una iniciativa como ésta no puede venir impuesta por el Estado; debe impulsarla la sociedad civil. Tal es el caso del proyecto presentado, reconoció Ignazio Cassis.
Las olvidadas víctimas suizas
En un libro publicado a fines de 2019, tres periodistas de la Suiza alemana dieron a conocer por primera vez la suerte de algunos prisioneros suizos en los campos de concentración nazis, la mayoría de ellos residentes en el extranjero (véase “Panorama Suizo” 1/2020). Ahora, este libro ha sido objeto de una publicación actualizada en francés. “Tras su publicación, muchos lectores nos han contactado para enviarnos información sobre otros casos de víctimas suizas”, dice Benno Tuchschmid, uno de los autores. Éstos recopilaron y verificaron las fuentes. En su nueva versión, el libro presenta a 749 víctimas de los nazis vinculadas a Suiza. Un nuevo caso es el de Henryka Sigmann, judía que fue arrestada junto con su esposo y dos de sus cinco hijos en los Países Bajos, y deportada a Auschwitz, donde fue asesinada en 1943. En 1945, Eugène Edouard Scheuch murió en el campo de Gusen; había sido arrestado dos años antes en Francia por tenencia ilícita de armas.
Les Victimes oubliées du 3e Reich
Comentarios
Comentarios :
Wir sind ja mitten drin in dieser Wiederholung!
ENDLICH !! Ein begrüssenswertes Vorhaben !!
Die Schweiz ist als Nation für Fehler, Verfolgungen und Ungerechtigkeiten, die in Deutschland während der Zeit von 1933 - 1945 stattfanden, grundsätzlich nicht zuständig oder gar verantwortlich zu machen. Im Gegenteil hat die Schweiz in diesen Jahren - unter nicht geringen eigenen Opfern - sehr vielen Menschen geholfen und ihnen Schutz gewährt. Im Verhältnis wenige Fehlentscheidungen und auch Missgriffe sind dabei im situationsbedingten historischen Rückblick als schicksalshaft zu werten. Einer Privatinitiative für einen diesbezüglichen Gedenkort sollte nichts im Wege stehen. Eine nationale Aufgabe der Schweiz ist es sicher jedoch nicht.
Je ne serais pas aussi catégorique… la Suisse a beaucoup à se reprocher! Dans sa politique des réfugiés (mon propre grand père, officier dans l'armée Suisse à cette époque, gérait le tri des réfugiés venant notamment de Pologne selon leur portefeuille), le business avec les allemands (vente d’armes, achats d'or, etc.), même le CICR a des choses à se reprocher et le dit ouvertement (et je fais partie du CICR). Pour que ça ne se reproduise plus jamais, la Suisse se doit de regarder les choses en face et parler des erreurs du passé.