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Los electores suizos aprobaron por amplia mayoría el “matrimonio para todos”. Ahora se alzan voces para reclamar otras reformas sociopolíticas: legalizar la donación de óvulos y mejorar la situación de las parejas que viven en concubinato, así como de los solteros y solteras.
Suiza está cambiando: en adelante, las parejas homosexuales podrán casarse y adoptar hijos; tendrán los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales, lo que representará un indiscutible avance, por ejemplo, en materia de herencia o naturalización. A los matrimonios de lesbianas también se les permitirá tener hijos mediante donación de esperma; ambas serán reconocidas como madres en el momento del nacimiento; el hijo podrá conocer la identidad del donante de semen tras cumplir los 18 años de edad.
El “matrimonio para todos” cuenta con el apoyo de gran parte de la población: el 26 de septiembre, un 64,1 % de los electores se mostró favorable a la propuesta. Llama la atención que la totalidad de los cantones hayan dado su aprobación. Incluso los cantones conservadores se pronunciaron mayoritariamente a favor. Más rotundo incluso fue el apoyo de los residentes en el extranjero: casi un 72%.
La Consejera Federal Karin Keller-Sutter se mostró satisfecha con este “reconocimiento por parte de la sociedad”. “Al Estado no le corresponde imponer a las personas la manera en que deben vivir su vida privada”, declaró. El Código Civil se modificará el 1.o de julio de 2022. A partir de esa fecha, las parejas homosexuales podrán casarse y las parejas de hecho que estén registradas, convertirse en matrimonios.
La Iglesia Reformada también oficiará bodas a partir de esa fecha. Sin embargo, algunos cantones deberán para ello adaptar su reglamento eclesiástico, lo que podría ocasionar algún retraso. En la Iglesia Católica, el resultado del escrutinio popular tendrá pocas consecuencias: aunque probablemente aumente el número de solicitudes de bendición, una ceremonia que ya se celebra en algunos lugares, es altamente improbable que el sacramento del matrimonio se vuelva accesible para todos.
En adelante, las parejas homosexuales serán bienvenidas en los registros civiles. Una activista compartió en Twitter su anhelo de que se celebren numerosas bodas de este tipo. El movimiento LGBTQ habla de un “importante hito hacia la igualdad de derechos”. En comparación con otros países, en Suiza es tardía la introducción del “matrimonio para todos”, pues este país es tan solo el vigésimo noveno en hacerlo. Sin embargo, se basa para ello en una decisión popular, e incluso va más allá que otros países al conceder a las parejas de mujeres el acceso a la donación de semen.
No obstante, la donación de óvulos y la gestación subrogada siguen prohibidas. En este punto, los partidos de derecha y del centro se muestran inflexibles; justifican su postura con las complejas cuestiones éticas y legales que plantean tales procesos. Y si bien el Partido Socialista Suizo comparte esta reserva, exige que se permita también la donación privada de esperma, más económica y de más fácil acceso, según afirma su Copresidenta, Mattea Meyer.
Los Verdes Liberales se proponen legalizar la donación de óvulos. Consideran discriminatoria la legislación actual, que trata semen y óvulos de forma distinta. “A los padres no se les exige una relación genética, por lo que no hay ningún motivo lógico para exigírsela a las madres”, escribió la Consejera Nacional Katja Christ en una moción. Por su parte, “Operación Libero” quiere que también las mujeres sin pareja o las parejas no casadas se beneficien de la medicina reproductiva y puedan adoptar hijos. La ley, alega este movimiento político, debe adaptarse a la realidad de la vida social. “El matrimonio debe dejar de considerarse la forma de vida estándar”.
“Quienes no tenemos pareja indirectamente lo financiamos todo, sin obtener ningún beneficio a cambio”.
Presidenta de Pro Single
“En Suiza, los que no tienen pareja suelen salir perjudicados”, declara Sylvia Locher, Presidenta de Pro Single. La sociedad y la política siempre han hecho concesiones a las parejas y familias. “Quienes no tenemos pareja indirectamente lo financiamos todo, sin obtener ningún beneficio a cambio”. En algunos ámbitos, es realmente así: por ejemplo, los solteros pagan más impuestos que los casados, y cuando fallecen, no pueden legar a nadie el saldo de su caja de pensiones; hasta un 50% de su patrimonio pasa entonces a engrosar las arcas públicas. “Hace mucho que se necesitan mejoras”, afirma Sylvia Locher. Lamentablemente, los solteros cuentan con poco apoyo en Berna.
Andrea Caroni confirma esta impresión: a quienes se presta oído, es ante todo a las familias, dice el Consejero de los Estados por el PLR. “Junto con la ‘clase media’ y las ‘pymes’, son las vacas sagradas de la política”. La situación de las familias y las parejas es objeto de constante preocupación. En cambio, no hay ningún informe sobre las condiciones de vida de los solteros. Caroni desea que esto cambie. También defiende a las parejas de hecho y propone crear un pacte civil de solidarité como el que existe en Francia. “Es una posibilidad sencilla para que las parejas se registren sin tener que sujetarse a todos los imperativos del matrimonio”.
También es motivo de debate la “penalización del matrimonio”. De acuerdo con la legislación vigente, los cónyuges tributan conjuntamente, lo que perjudica a las parejas con doble ingreso: debido a la naturaleza progresiva del impuesto, con frecuencia el ingreso más bajo llega casi a esfumarse. Por tal motivo, un comité de iniciativa aboga por una tributación individual, independiente del estado civil. También es objeto de debate el trato dado a las minorías sexuales. Las personas transexuales y no binarias exigen mayor protección contra la discriminación. El Parlamento nacional ya ha dado su anuencia para que en un futuro se facilite el cambio de sexo ante el registro civil. Próximamente abordará la posible introducción de un tercer sexo.
El 26 de septiembre, los electores rechazaron rotundamente la Iniciativa del 99 por ciento, de las Juventudes Socialistas (JUSO). El 65 por ciento se opuso a incrementar los impuestos sobre los rendimientos de capital. Todos los cantones se pronunciaron en contra. La “Quinta Suiza” también rechazó la iniciativa, aunque por escasa mayoría (51%).
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