Política
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Quien reflexiona sobre la “política” tiene que deliberar si lo debe hacer sobre cuestiones fundamentales, estrategias específicas o actividades del trabajo político cotidiano. Los politólogos anglosajones diferencian estos campos con diversas denominaciones. Así pues, para referirse al primer campo se habla de Polity, de Policy cuando se trata del segundo, y de Politics cuando se examina la tercera categoría.
La interacción entre el dinero (=poder) y el comportamiento electoral democrático es interesante en los tres sentidos.
En los largometrajes abundan sobre todo las observaciones de sombrías intrigas de poder en el laberinto de tramas personales políticas, si bien naturalmente nosotros partimos de la base de que tales confabulaciones siempre suceden sólo en inglés, francés o italiano. En todo caso yo no recuerdo ninguna película reciente en dialecto sobre el tema de la “política comprada”.
Obviamente, también aquí se rumorea sobre alguna decisión o cambio de rumbo que quizá, para decirlo con elegancia, podría explicarse por “constelaciones mercúricas”. Pero, sin hechos probatorios, este tipo de afirmaciones resultan suicidas.
Pero cambiemos al nivel de la Polity y la legislación. El Consejo Federal escribió en un comunicado del pasado noviembre que es justamente propio de Suiza no disponer de ningún ordenamiento jurídico que inste a implantar transparencia en lo relativo al financiamiento de los partidos. Opinan que ello es incompatible con las “particularidades del sistema suizo”. Y añaden que, en nuestro país, la población considera que tanto “la vida política como el financiamiento de los partidos es, en gran medida, una cuestión privada y no estatal”.
El comunicado respondía a una reprobación del gremio del Consejo de Europa Greco, el Grupo de Estados contra la Corrupción, al que le había llamado la atención la indulgencia reinante en Suiza sobre la relación entre el dinero y el poder político.
No hace falta tener una actitud hostil para no encontrar convincente la réplica del Consejo Federal. Y es que, en primer lugar, incluso en nuestro caso es evidente que disponer de más medios financieros constituye una clara diferencia: cuanto menos fuertes sean los vínculos con los círculos tradicionales de los partidos, cuanto más fluidas sean las opiniones de la gente que reacciona a tensiones bien orquestadas, tanto más importante es disponer de una economía de atención de máxima cobertura. Pero esto cuesta, se necesita dinero. Y aquí, como en todas partes, algunos tienen muchísimo más que otros.
En segundo lugar, la lucha por ganarse las simpatías del público políticamente movilizable también se ha convertido en algo permanente en Suiza. Y quien quiera salir victorioso de ella necesita campañas gestionadas permanentemente de forma profesional y abundantes fondos. Así que la pregunta del Consejo de Europa sobre la necesidad de garantizar la transparencia no parece superflua.
El objetivo de la gestión de opiniones es lograr la aprobación y la disposición de seguimiento. En este sentido, una Policy, que no apuesta más por los sentimientos que por el racionalismo no obtendrá la mayoría mediática hoy en día tan “sensacionalista”. Los estados de ánimo son más importantes que los argumentos y la reflexión. Quien no sepa traducir argumentos en una historia tan simple como cargada de emociones nunca logrará hacer llegar su mensaje con la suficiente claridad como para ganar en nuestra sociedad actual.
Pero eso no sería tan grave si la forma de narración más eficaz no fuera el dispositivo de diferenciación entre amigos y enemigos. Comprender la política desde esta perspectiva requiere encajonarla en un esquema de contrastes intransmisibles – y convertirla así en un estado que destruiría las antiguas virtudes suizas de la búsqueda de un compromiso y la disposición a integrarse.
Es de esperar que el vínculo entre el dinero compatible con la “policy” y la democracia mediática federal, que el Consejo Federal considera un problema secundario, no descomponga justamente aquello de lo que él y nosotros estamos orgullosos: “las particularidades del sistema suizo”.
Comentarios
Comentarios :
Wissen Sie wirklich wovon Sie reden? Mir scheint, Sie reden in erster Linie von/ueber sich selbst; und das ist bei weitem nicht genug zur Behandlung eines so ernsthaften Themas das das gesamte politische Spektrum einbezieht.
Natürlich weiss ich von was ich rede.
Glücklicherweise bin ich nicht der Narzist für, den Sie mich halten. Weit gefehlt. Ich bin mir nur gewöhnt, alles Wwas sich meinem Blickfeld bietet nach wissenschaftlichen Kriterien zu analysieren und entsprechend zu kommentieren.
- Wenn in Zürich der SVP-Staatsanwalt im Fall des SVP-Mörgeli
strafbare Handlungen begeht und dafür nicht geahndet wird entspricht das dem Niveau einer Bananenrepuplik.
- Wenn in einem Land die Partei, die, die Leute am meisten anlügt
den meisten Zulauf hat. Ist das Bananenrepuplik. Dort wähle
ich den Politiker, der mir den grössten Warenkorb, Ventilator
oder was auch immer schenkt.
- In einem Land, das für seine Agrarpolitik mehr aufwendet als
für Bildung und Forschung stimmt etwas nicht.
- Die Schweiz, die zulässt, das Glenncor in Sambia kleinen Kin-
dern die Lunge verätzt. Dass die Nestlé in Nordindien einem
ganzen Volk die Lebensgrundlage entzieht. Das Darf doch nicht
das Volk eines human und tolerant erzogenen Homo sapiens sein
Mein guter Freund und Kupferstecher meine diesbezügliche Munitionskiste ist bei weitem noch nicht leer.
Bitte geben Sie mir Ihre el. Anschrift, die ich sofort wieder vergessen werde. So kann ich Ihnen ein wenig mehr Beweise liefern.
mfGErwin Balli
Haben Sie besten Dank für Ihre fundierten Ausführungen.
Wie ich zwischen Ihren Zeilen lesen kann ist eine Offenlegung der Parteispenden in der Schweiz unerwünscht. Sollte jedoch Vorschrift sein.
Nun wird es wieder die SVP sein, die am meisten Parteispenden auf sich vereinigt und so Ihre Propagandamaschinerie auf Hochtouren laufen lassen kann.
Ausgerechnet diese Partei, deren Parteiprogramm zu mehr als 80% wissenschaftlich jeglicher Grundlage entbehrt. Das heisst, polemisch vorgetragenen rechtspopulistischen Lug und Trug.
Ausgerechnet diese Partei, deren Parteikader und Ehrenvorsitzender die einfachen Leute schamlos und bewusst anlügen. Und die sich einer direkten Stellungnahme aus Parteiräson oder Feigheit entziehen.
Die Partei die verantwortlich ist, dass in der Schweiz heute schon griechische Zustände herrschen.
Der die Schweiz auch ein langsames Abrutschen uaf das Niveau einer
Bananenrepublik verdankt.
Liebe Eidgenossen, bevor Ihr nun verzweifeilt aufschreit, Euch die Haare rauft und Asche auf Ihre Häupter streut. Für alle meine Thesen habe ich wissenschaftlich lupenreine Beweise und juristisch unanfechtbares Beweismaterial, die Ihr Euch unter
balli_1943@yahoo.es anfordern könnt.
Und ich habe auch 13(dreizehn) Jahre in südamerikanischen Bananen-
republiken gearbeitet und gelebt. Das heisst, ich weiss auch aus Erfahrung wovon ich hier rede.