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En vísperas de Navidad, miles de niñas y niños suizos escriben una carta a Papá Noel o al Niño Jesús. Y reciben respuesta, remitida siempre desde el Tesino.
El destinatario del sobre ricamente adornado no tiene una dirección fija. Pero no hace falta: independientemente de si las cartas van dirigidas a “Papá Noel en el Polo Norte” o al “Niño Jesús en el Cielo”, todas aterrizan en el Tesino. Cada año, en Cadenazzo, un equipo especial conformado por ocho “duendes postales” se encarga de dar seguimiento a las cartas que envían los niños en vísperas de las fiestas. Moritz Succetti, cartero de 55 años originario de Camorino, es uno de ellos. Lo que más le gusta es “poder dispensar alegría a tantos niños”. Cuando no está haciendo de duende, Succetti se encarga, en la oficina de Correos de Cadenazzo, de los paquetes procedentes de toda Suiza que no pudieron entregarse.
También este diciembre volverán a llegar a Cadenazzo decenas de miles de cartas infantiles. El año pasado se contaron unas 33 000. El año anterior fueron casi 36 000, todo un récord. Las cartas suelen incluir dibujos, listas de deseos o, incluso, algún que otro chupete de bebé del que los niños prometen desprenderse para siempre. “También recibimos muchas cartas muy emotivas”, cuenta Succetti. Por ejemplo, los niños lamentan la pérdida de su padre o madre o hablan de algún familiar enfermo. “Recuerdo haber leído la carta de una niña cuya hermana estaba gravemente enferma. Casi me saltaron las lágrimas”. Los remitentes también se preocupan por temas de actualidad, como la guerra o el coronavirus: “Durante la pandemia, muchos niños se preocupaban por la salud de Papá Noel y le deseaban que no se contagiara”.
Los “duendes postales” se encargan de que todos los remitentes reciban una respuesta firmada por Papá Noel en francés, alemán o italiano, junto con un pequeño obsequio como un cuaderno para colorear. Si el remitente no ha facilitado su dirección, “hacemos todo lo posible por encontrarla”. Para ello, los empleados recurren al directorio de Correos y obtienen indicios geográficos a través del matasellos de la localidad de envío. Sus pesquisas dan fruto en un 90 % de los casos. Lamentablemente siempre hay algún que otro caso en el que todos los esfuerzos caen en saco roto. “Por eso es importante que los niños proporcionen siempre su dirección completa”.
En los últimos diez años los envíos prácticamente se han duplicado. Hasta ahora, casi tres cuartas partes de las cartas provienen de Suiza occidental y del Tesino. En torno a un 20 % proviene de la Suiza de habla alemana; un 5 % más se redacta en inglés, y estas cartas también reciben respuesta de Papá Noel. Se observan diferencias culturales en relación con el destinatario: mientras que los niños de la Suiza de habla alemana siguen la tradición de escribir al Niño Jesús, los de la Suiza de habla francesa y del Tesino más bien suelen dirigirse a Papá Noel. Pero lo que todos tienen en común es la esperanza de que sus sueños se hagan realidad.
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