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La retirada del Ministro de Asuntos Exteriores Didier Burkhalter resultó sorprendente incluso para su partido, el PLR. Hasta la fecha no está claro si su dimisión obedece a motivos personales o políticos.
El 31 de octubre, justo el día de su 8.º aniversario de acceso al cargo, Didier Burkhalter entregará el Departamento Federal de Asuntos Exteriores (DFAE) a su sucesor. Sigue sin estar claro si se retirará por completo a la vida privada o si asumirá posteriormente un cargo en algún organismo internacional. Al anunciar su retirada, Burkhalter expresó su anhelo de recuperar un poco de libertad después de casi 30 años en política. El cargo en el Consejo Federal es muy exigente, es como si uno tuviera una segunda piel, declaró este hombre de 57 años.
No obstante, la mayoría de los parlamentarios, incluso los del PLR de Burkhalter, interpretan de forma diferente su retirada. Opinan que el Consejero Federal no ha conseguido avanzar con su expediente de Europa: desde hace años Burkhalter persigue tenazmente el objetivo de alcanzar un acuerdo marco con la Unión Europea. Sin embargo, este acuerdo marco, impulsado por la oposición de la UDC, ha perdido apoyo en el PLR y el PDC. Se alzaron cada vez más voces para reprocharle a Burkhalter su falta de realismo y que un acuerdo de este tipo fracasaría en una votación popular. “A Didier Burkhalter se le ha permitido proseguir sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo marco, aunque desde hace tiempo este objetivo ya no puede obtener la mayoría”, declaró el jefe de la fracción del PLR Ignazio Cassis, posible sucesor de Burkhalter en el Consejo Federal, el día en que éste anunció su retirada. Para Cassis, el error residía ante todo en el Consejo Federal; en su opinión, la retirada de Burkhalter revela “su talla como estadista”.
Por su parte, Burkhalter desmintió categóricamente que su retirada haya obedecido a alguna falta de respaldo a su política. Sin duda fue para él toda una satisfacción ver que poco después del anuncio de su dimisión, el Consejo Federal en pleno conservó las grandes líneas de su política europea: ésta era la expresión de la política a la que Burkhalter se mantuvo fiel durante toda la duración de su cargo. El Consejo Federal debería actuar como autoridad colegiada: todos deben esforzarse por buscar el consenso en el gremio, en vez de frenar a sus miembros en sus proyectos individuales. Sin embargo, muchos de sus compañeros del partido suizo-alemán hubieran deseado que Burkhalter se comprometiera más a menudo a favor de una política más “burguesa-conservadora”. A Burkhalter se le reprocha haber favorecido con frecuencia a las mayorías del centro-izquierda, junto con Doris Leuthard (PDC) y con ambos representantes del PSS.
También los representantes de PSS y de los Verdes reaccionaron con gran pesar ante la retirada de Burkhalter, a quien alabaron por representar a una Suiza abierta al mundo. En su opinión, los culpables de su retirada son el PDC y el PLR, que lo habrían dejado en la estacada en materia de política europea.
La retirada de Burkhalter es la de un Consejero Federal que se sentía incluso más cómodo en la escena internacional que en la política interior. En 2014 obtuvo el reconocimiento internacional como Presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Como intermediario en el conflicto de Ucrania y Crimea logró más respeto y forzó a los partidos en conflicto a concesiones. A veces, a Burkhalter se le trataba incluso como futuro Secretario General de la ONU.
Burkhalter actuó con menos destreza e ímpetu durante los dos primeros años de su cargo como responsable del Departamento Federal del Interior (DFI): cuatro meses después de acceder al cargo sufrió un fracaso electoral. Con el 73 % a favor del “No”, el pueblo suizo rechazó la reducción del tipo de conversión en el segundo pilar. Burkhalter poco podía hacer por este proyecto que había heredado de su predecesor Pascal Couchepin.
Al cabo de dos años en el DFI, tras la retirada de la Ministra de Asuntos Exteriores Micheline Calmy-Rey, aprovechó la primera ocasión para cambiarse al DFAE, lo cual se le llegó incluso a reprochar como una deserción. Sin embargo, no cabe duda de que a este liberal abierto al mundo le venía mucho mejor el Departamento de Asuntos Exteriores que las duras pugnas de política interior en torno a las reformas de política sanitaria y de pensiones.
Imagen Como en casa en la escena internacional: el Consejero Federal Didier Burkhalter con el Ministro de Asuntos Exteriores chino en diciembre 2016, en Neuchâtel. Fotografía Keystone
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Comentarios :
J'habite en Tchéquie et on a un peu de la peine à se sentir Romand vis-à-vis de l'ambassade. Les publications n'ont de français que ce qui revient tout le temps, les images et le chiffres.
Les appels d'offres pour des employés d'ambassade ne sont qu'en Allemand, il n'y a aucun consulat pour toute la Tchéquie contre 8 en Autriche. Certes on peut penser rationalisation, mais pourquoi tout concentrer en Autriche?