Editorial
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La campaña electoral ha arrancado en Suiza – y uno se frota los ojos sin lograr salir de su asombro, pues los partidos se ocupan sobre todo de sí mismos y de acusar y difamar a enemigos imaginarios. Lo que hasta ahora han anunciado no tiene nada que ver con lo que preocupa a la gente, y es poco apropiado para ganarse la confianza de los electores.
Primer ejemplo: en la plataforma electoral de 10 puntos de los socialdemócratas, aprobada a mediados de febrero por el partido, se habla de la “igualdad salarial”, las “cuotas mínimas para la construcción de viviendas de utilidad pública” y “una zona de ocio sin tráfico en cada municipio de las aglomeraciones urbanas”, pero ni se menciona cómo se imagina el PS la relación de Suiza con el resto del mundo, especialmente con la UE, un tema que preocupa a los suizos como prácticamente ningún otro actualmente. Segundo ejemplo: el Presidente de los liberales radicales, Philipp Müller, se dirige en anuncios que ocupan toda una página de la prensa dominical a los “queridos camaradas” y explica con todo lujo de detalles lo que, a su juicio, es erróneo en la ideología del PS. Sin embargo no se digna a pronunciar una palabra sobre las ideas de los liberales del PLR. “Somos suizos extraordinariamente dinámicos. Nuestro triunfo en común depende de la propia audacia”, es el lema de la estrategia para el futuro que presenta el PLR en Internet. Más claro que el agua. Tercer ejemplo: el Presidente de la UDC, Toni Brunner, quiere recuperar una “mayoría conservadora” en el Palacio Federal, un deseo que también anuncia en la prensa dominical. En realidad, en el Parlamento y en el Gobierno, los representantes de los círculos conservadores son los que actualmente ostentan la mayoría. No existe un cártel de poder de izquierda ni una coalición de centro-izquierda, y es muy probable que nunca la haya: un 70% de los suizos se sitúa en el espectro político derechista. La UDC esgrime argumentos ilusorios en la campaña electoral.
Parece que la solución de problemas, la búsqueda del consenso y las propuestas de compromiso, durante mucho tiempo importantes valores de la política suiza, ya prácticamente no rigen en la campaña electoral. Se trata de ver quién hace más ruido, quién está menos inhibido a la hora de atacar a los demás y quién simplifica de la forma más burda. Reina la demagogia. Las preocupaciones de los electores son totalmente secundarias.
Para escribir un artículo en esta edición, nos hemos documentado sobre dónde encontrar información fiable sobre las elecciones y los candidatos en Internet. Y en nuestro artículo de fondo, Jürg Müller escribe sobre quién representa mejor a los suizos del extranjero en la política y en el Parlamento, y al hacerlo, les da naturalmente la palabra a los dos únicos suizos en el extranjero que, hasta ahora, han sido miembros del Consejo Nacional.
Comentarios
Comentarios :
Es geht nichts über gutes Beobachten, mein Kompliment. Was erwarten Sie denn von einer Bananenrepuplik? Und griechische Zustände gibt es bereits in der Schweiz.
Ich habe über 13 Jahre in diversen südamerikanischen Bananenrepupli- ken gearbeitet und gelebt und sehe beim besten Willen nichts wo der Unterschied zwischen der Schweiz und diesen Staaten liegt. Ich bin mit meinen 72 Jahren zufrieden, damit ich mir das Elend nicht noch lange ansehen muss. Die nächste Genration verdient mein tieftstes
Mitgefühl
sie treffen den Nagel auf den Kopf... genau so sehe ich die politische Landschaft der Schweiz. Dabei gäbe es so viel Wichtiges zu behandeln... aber es ist wie überall auf der Welt: die Politiker denken zuerst mal an sich, dann an die Partei und dann, an die Grosskonzerne, an die Industrie und vielleicht dann.... aber wirklich nur dann... vielleicht an den kleinen Bürger, der tagtäglich seiner Arbeit nachgeht, der die WC`s putzt, der den Müll wegräumt, der die Menschen zur Arbeit fährt etc etc...das ist die Realität im heutigen Alltag. Allerdings spielen die Politiker mit dem Feuer...vielleicht reicht es der Putzfrau, dem Müllmann, dem Fahrer, dem Arbeiter irgendwann... was dann??????
Freundliche Grüsse