El Consejo Federal se esforzó por encontrar una vía suiza para gestionar la pandemia. ¿No es eso legítimo?
Hay muchas vías suizas que me gustan, aunque a fin de cuentas no me satisface el desenlace político. Gracias al sistema actual, las decisiones cuentan al menos con amplio respaldo. En una pandemia, no todo es asunto de emergencia absoluta: también intervienen cuestiones políticas. Pero... ¿creer que se pueda encontrar una vía específicamente suiza para negociar con un virus? Siento decirlo, pero Suiza no puede negociar con el virus.
¿Se han priorizado los intereses económicos en detrimento de la protección a la vida humana, como afirman algunos? ¿Ha venido la pandemia a poner al descubierto un conflicto de valores?
Yo no entiendo cómo se pueden contraponer la economía y la vida humana. ¿Acaso florece la economía cuando se enferma tanta gente y se dispara el número de muertes? En una pandemia, la economía no es un universo paralelo, en el que regirían leyes distintas. Ya volvemos a escuchar voces que reclaman que a la brevedad posible todo se abra de nuevo. Estoy cansado de esos mismos argumentos que niegan las pruebas empíricas. Esto es lo que me fastidia del coronavirus.
Me parece como si una parte del país y algunos políticos se hubieran convertido en adolescentes llorones a los que, noche tras noche, hay que repetir: “No, no puedes llevarte mi automóvil para irte de fiesta”. Hay momentos en los que dan ganas de decir: “Está bien, bebe todo lo que quieras, aquí están las llaves, haz lo que te dé la gana”.
La gente no solo está fastidiada por las numerosas restricciones, sino también por la falta de orientación”.
Peter Schneider
Durante mucho tiempo no se habló del elevado número de muertes por covid. ¿Usted, cómo lo explica?
Solo poco a poco salió a la luz que las residencias de ancianos eran trampas mortales. Me pareció alarmante el cinismo de las declaraciones que escuchamos a posteriori. Nos enteramos, a través de los doctos filósofos que aparecieron en los medios de comunicación, de que todos somos mortales. Se exhortó a los ancianos a que redactaran sus voluntades anticipadas, para evitar que llegaran al triaje de las unidades de cuidados intensivos, donde las camas se habían vuelto escasas. Se les preguntaba: “¿Quién desea someterse voluntariamente a la tortura de la intubación? Más vale morir de covid en paz”. Por mi parte, debo confesar que me dejé llevar por la presión y que llené el formulario de voluntades anticipadas.
¿Puedo preguntarle cuál era su contenido?
Lo que digo en ese documento, es que quiero seguir con vida, pase lo que pase, y que no deseo que me atienda personal infectado de covid. Nunca está de más pensar de vez en cuando en la eventualidad de la propia muerte. Sin embargo, en el presente caso solo era una forma de desviar la atención del escándalo que suponía no haber tomado a tiempo las medidas adecuadas contra una segunda ola. Se decía que la población no aceptaría un segundo confinamiento, aunque el primero no había socavado precisamente la solidaridad. Pues nadie decía: “La covid solo afecta a los ancianos o a los fumadores. A mí, ¿qué me importa?”. Pero en Navidad, el debate sobre la mortalidad sufrió un cambio radical. De repente, todos querían abrazar de nuevo a sus abuelos y no podían hacerlo. Los periódicos no hablaban de otra cosa. Una cursilería increíble.
Suiza no hizo tan buen papel combatiendo la pandemia como muchos pensaban. ¿Cómo afecta eso a la imagen que tenemos de un país en el que todo funciona siempre?
No mucho. A los que tengan una apreciación excesiva de su propio ego no les importará demasiado; más bien creerán que los compromisos nos desviaron de la vía suiza correcta. Y los demás probablemente no tengan una imagen tan idealizada de su identidad suiza como para estar sorprendidos. Lo que sí puede ocurrir es que no resulte fácil recuperar la confianza perdida cuando se presenten nuevas crisis. Porque hay más pandemias en puertas.
¿Cambiará esta crisis del siglo la convivencia en Suiza?
No. La pandemia y temas afines son cuestiones tan amplias que todo el mundo lleva el agua a su molino y ve reforzada su opinión. Espero que al menos a nivel institucional se aprenda algo, por ejemplo para desarrollar una app de seguimiento más eficiente. No obstante, la decepción de no haber encontrado la gloriosa vía suiza tampoco debe llevarnos al otro extremo. A veces existe una tendencia a enorgullecerse de los pecados. Es cierto que Suiza no se lució en absoluto en la pandemia, pero aparte de eso muchas cosas funcionan muy bien. Y otros países que tuvieron más éxito durante un tiempo sufrieron también una segunda o tercera ola. Justo es mencionarlo también.
Comentarios
Comentarios :
What an insightful and honest comment from a Swiss colleague. Living in New Zealand, we have been successful in eliminating the virus from our population, but it has come despite the clamour of some nay-sayers who took up the views of many Swiss and their leaders. The authorities held their nerve and followed scientific advice. Viruses need to be treated as infectious agents and do not make exceptions for commerce or personal preferences. As said by Dr Schneider you cannot have a healthy workforce if they play second fiddle to business interests. Refreshing to read!
Es interesante pensar lo que acontece en el mundo cuando TODOS están sumergidos en el mismo mal y surge cómo imposible de evitar reveer la posibilidad de la finitud del otro reflejada en uno mismo. Pensar eventualmente y cada tanto en la muerte podría llevar a un mundo más conciente de las otras muertes, de aquellas pérdidas inevitables diarias que simbolizan los límites de los unos y los otros en una pandemia.
Je suis étonnée de lire cet article, moi qui pensait que la Suisse était au dessus de tout soupçon ..il y a du laisser aller, ça ne lui ressemble pas. Mais aujourd'hui il faut s' attendre à tout hélas. Mais après tout, nous sommes tous faillibles, l' important c'est de reconnaitre ses erreurs et de faire mieux au prochain pépin . Maüs.
Enfin un point de vue aussi objectif que possible ! MERCI. Vivant en France, j'ai suivi les mesures prises en Suisse contre l'épidémie en parallèle des restrictions imposées en France. A de moult occasions, je me suis dit "ils ne prennent pas sérieusement ce virus, ils veulent protéger l'économie, le gouvernement fédéral tergiverse, alors que l'épidémie avance , ce pays si riche n'en fait pas assez pour aider les restaurateurs et commerçants,... Etc .." Encore aujourd'hui, je suis sidérée de voir que les gens se déplacent, vont manger dans un restaurant du canton voisin, vont dans les commerces, et peuvent se retrouver à 10 personnes, voire plus dorénavant sur les terrasses, dans les musées, au cinéma ! C'est pas sérieux !
Merci pour cet article, cet homme est d'une grande lucidité. Je n'ai pas a jugé du choix de chaque pays dans la gestion de ce virus, la vie de chacun doit rester la primauté.
Ich fand den Artikel interessant und stellte fest, dass was mir hier in Mexiko z.T. zu übertrieben vorsichtig vorkommt während der ganzen Pandemie in der Schweiz ev. nicht genug Vorsicht geboten wird. Einmal mehr erlebte ich das Gefühl, dass es keinen "richtigen Weg" gibt, doch am Ende der Wert eines Menschenlebens eigentlich an erster Stelle stehen sollte. Alle anderen Herausforderungen, nicht um sie herunterzuspielen, sind am Ende eben einfach Hürden die zum Leben dazu gehören.
The review was not treating the subject (the virus) with a profound understanding. It seems lacking human understanding, the pain, the uncertainties and not knowing what a new future will bring to the generations to come. It has changed the life of most of us, and this is a reality. I wished I had a better understanding of how the country feels. Thank you.
Ich hatte eher erwartet zu lesen, was mit der Aggression passiert, wie wir es aus anderen Ländern kennen: die ganze Zeit zusammen zu Hause zu sein, der Verlust des Kontakts zu Familienmitgliedern wie Grosseltern und Freunden, die Schwierigkeiten beim Lernen durch Zoom, sowie die Sorgen um die unbekannte Zukunft.