Literatura
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En su novela “Junge Kräfte grünen” (1941), el escritor Rudolf Kuhn, oriundo del cantón de Glaris, imaginó una explosión nuclear en la parte superior del lago de Zúrich.
“La industria contra el campesinado, la máquina contra el hombre, la obra de un poeta y demiurgo”: así rezaba, en 1934, la reseña colocada al principio del libro Die Jostensippe. Roman aus der Gegenwart [“El clan Josten. Una novela del presente”]. Jörg Jost, descendiente de una antigua estirpe de Glaris, se debate entre las fuerzas antagónicas de la herencia paterna y materna, se enfrenta apasionadamente a la era de las máquinas y decide volver al modo de vida campesino de sus antepasados, fiel a su linaje y a su terruño. Esta decisión fue acogida con beneplácito por el Tercer Reich recién fundado. En 1935, la Oficina del Reich para el Fomento de la Literatura Alemana homenajeó a su autor, Rudolf Kuhn, arquitecto y escritor nacido el 16 de octubre de 1885 en Netstal y fallecido el 23 de febrero de 1958 en Zúrich, calificando su novela de “destacable”. Y ello a pesar de que su “ambiente erótico” le pareciera “no siempre del todo sano, sino en algunos aspectos enfermizo”. Eduard Korrodi, por su parte, describió la obra en el NZZ como “un grandioso fresco de la Suiza contemporánea, de poderosa factura”.
En 1937, Kuhn se incorporó al equipo de arquitectos de la Exposición Nacional de 1939 y, tras su inauguración, se refugió en las montañas del Entlebuch para escribir su segunda y última novela: Junge Kräfte grünen [“Las fuerzas vivas de la juventud”], publicada en 1941 por Eugen Rentsch, de Erlenbach (ZH) (al igual que su primera novela). Los censores nazis, cuyo veredicto se desconoce, debieron de darse un festín: amor en el granero y en plena naturaleza, mozas de “anchas caderas” cabalgando desnudas por espacios salvajes, mujeres que entienden el parto como un rito religioso… si algún libro suizo de aquellos años encaja a la perfección con el ideal de sangre y tierra del Tercer Reich por su misticismo de la naturaleza, su culto a la fertilidad y a los héroes, es este, ¡un libro que fue subvencionado con fondos federales suizos!
Sin embargo, esta novela de ambiente denso, que no es en modo alguno obra de un diletante, es muy reveladora de la extraña fascinación que puede ejercer este tipo de romanticismo de la fertilidad, revestido de misticismo y llevado hasta lo sublime. A esta fascinación sucumbe también el lector de hoy, a pesar de lo incómodo que de buen seguro le resulta este libro. Porque Kuhn sabe contrastar hábilmente las fuerzas maternales de la tierra y de la naturaleza, que al final de la novela acaban imponiéndose, con la civilización técnica moderna en la más terrible de sus consecuencias.
“Cuidado”, predicaba Simón, “no sea que el silencio de vuestros campos se rompa por el ruido del mundo y se os eche encima la inquietud de la guerra, junto con la codicia de dinero y poder. ¡Cuidaos de que el traqueteo de las máquinas no ahogue el canto de las alondras en el campo y el magnetismo de la lujuria no acalle la alegre llamada de la juventud!”
Traducción libre de: Rudolf Kuhn, «Junge Kräfte grünen». Novela. Editorial Eugen Rentsch, Erlenbach 1941. Agotada.
La explosión de una bomba atómica en la llanura del Linth —tres años después de que Otto Hahn realizara la primera fisión de uranio y cinco antes de Hiroshima—, descrita con poder visionario y con magistral conocimiento técnico, es el aspecto más sorprendente de esta novela suiza altamente polémica, y a la vez peligrosamente fascinante, de la época más oscura de la Segunda Guerra Mundial.
“Por las ventanas entró un tremendo torrente de luz, el suelo tembló como en un terremoto y luego un trueno estalló sobre ellos como si se partiera la tierra”. Los aterrorizados supervivientes contemplan el “árbol de la muerte”, que se eleva muy por encima del valle y pronto caerá sobre ellos en una lluvia de cenizas. La explosión parece proceder de la misteriosa fábrica de armas del ingeniero Christian Unger. El propio ingeniero sobrevive milagrosamente al infierno en una galería subterránea. Su esposa Gertrud, verdadera encarnación del poder curativo de las fuerzas vegetativas de la naturaleza, antes de sucumbir a los efectos de la explosión y a sus secuelas radiactivas, consigue curar a su marido y convencerlo de que en el futuro solo utilice la energía nuclear para fines pacíficos.
Bibliografía: Las novelas de Rudolf Kuhn solo pueden obtenerse en anticuarios o bibliotecas.
Extracto de la novela “Junge Kräfte grünen” de Rudolf Kuhn, publicada en 1941 por la editorial Eugen Rentsch, de Erlenbach. Edición agotada.
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