Editorial
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Reinaba la indignación, a la que tanto los políticos como los periodistas dieron sonoramente rienda suelta. La razón: según información publicada por el “SonntagsZeitung” a finales de junio, en Berna existe un “grupo secreto de reflexión” que quiere “cambiar el sistema político”.
Tras el grupo no hay elementos subversivos ni de extrema izquierda ni de extrema derecha, sino la Cancillería Federal. Este departamento administrativo es, por así decirlo, el núcleo de las operaciones políticas dentro del Palacio Federal en Berna, y se ocupa forzosamente día tras día del funcionamiento de nuestra democracia. Aun así, la gran mayoría opinaba que la Cancillería Federal no debería reflexionar sobre el sistema.
¿Y por qué no? ¿Acaso no se oye en todas partes que hace tiempo que el sistema político de Suiza no funciona tan “perfectamente” como debería y como lo hizo durante mucho tiempo? En lugar de la supervisión y la crítica necesarias en toda democracia, ahora actúa en todas partes el veneno de la desconfianza. Los políticos desconfían unos de otros, el pueblo desconfía de los políticos, así como de las instituciones, la Administración y los medios, lo cual se pone claramente de relieve en las campañas electorales, donde se cultivan los miedos de los ciudadanos y donde no se apuesta por argumentos objetivos, sino por la polémica y la propaganda. Después se marcan hitos en las urnas y se toman decisiones que finalmente pueden tener consecuencias nefastas – por ejemplo cuando son incompatibles con otras normas constitucionales o con acuerdos internacionales.Reflexionar sobre nuestro sistema, sobre las causas de los miedos que se manifiestan cada vez más a menudo, sobre las amenazas sentidas o reales, así como sobre la responsabilidad del pueblo como Estado soberano y última instancia legisladora y el trato reservado a los perdedores en enfrentamientos políticos es una necesidad en Suiza, no un sacrilegio
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En cuanto al contenido y el futuro de “Panorama Suizo”, en el tema clave de esta edición informamos sobre los yeniches, su difícil historia y las relaciones actuales con esta minoría dentro de Suiza. En la sección cultural hablamos de una gran colección de arte que recibirá el Museo de Arte de Berna, un legado que no sólo despierta alegría, ya que, de nuevo, hay que discutir sobre la cuestión de cómo proceder con los objetos artísticos y bienes culturales cuya procedencia no ha sido totalmente aclarada.La edición de octubre de “Panorama Suizo” tendrá un nuevo diseño, más moderno y legible. No obstante, seguimos apostando por historias plenas de contenido y, por supuesto, seguiremos ofreciéndoles a todo ustedes, los suizos en el extranjero, las informaciones de mayor importancia. El nuevo concepto tendrá también repercusiones sobre todo en las versiones electrónicas para las aplicaciones y en Internet. Ahí hay muchas novedades técnicas que facilitan y hacen más atractiva la lectura de “Panorama Suizo” como “papel electrónico”.
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