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¿Sabía usted que en noviembre de 1918, cuando la guerra estaba llegando a su fin, una huelga general sumió a Suiza en un período casi revolucionario, durante el cual el ejército disparó contra los manifestantes, matando a tres hombres en Grenchen (SO)? ¿Sabía usted que, entre 1942 y 1945, diecisiete suizos fueron fusilados por haber vendido información a Alemania? ¿Ha oído usted hablar alguna vez de Max Léo Keller, un nazi suizo, fundador del Movimiento Nacional Suizo, que partió para Alemania en 1941, para finalmente ser condenado a catorce años de prisión a su retorno al país?
“Le siècle d’Emma” [“El siglo de Emma”], un cómic de 200 páginas publicado en noviembre, repasa la historia oficial. El relato está salpicado de episodios, con frecuencia oscuros, que no son necesariamente muy conocidos. Arranca con la huelga general de 1918 y termina con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989. Esta odisea sigue la vida de una mujer ficticia llamada Emma, nacida en el pequeño pueblo relojero de Grenchen, a los pies del Jura. En 1918 pierde a su prometido en los enfrentamientos de la huelga general. En 1937 se pelea con su hermano convertido en pronazi. En 1956, su sobrino, al que ella adoptó, le hace descubrir la cara oscura de la inmigración italiana. En 1975, su nieta la confronta con la protesta feminista y antinuclear.
Escrito por Éric Burnand, experiodista de la RTS, e ilustrado por Fanny Vaucher, “Le siècle d’Emma” interpela al lector. Se sufre con aquellos que son aplastados por la máquina estatal, incluso cuando son acusados de traición. Algunas viñetas pintan el estado de Suiza en diferentes fases de su evolución. Las de los años 1956 a 1959 son impactantes. En aquel momento, la economía vive un boom extraordinario. Está prohibido el concubinato. También el aborto. Las mujeres no tienen el derecho de voto. “En aquella Suiza que vive encerrada en sí misma, se desconfía de todo”, resume Éric Burnand. En aquella época, los italianos son recibidos en la frontera y examinados como ganado. La novela gráfica da cuerpo a las situaciones. Esta vez, la futura esposa del hijo adoptivo de Emma, una italiana, se verá obligada a hacer entrar a Suiza a su chico a través de la frontera verde, pues los temporeros no tenían derecho a la reagrupación familiar.
Éric Burnand y Fanny Vaucher: “Le siècle d’Emma”, editorial Antipodes, 224 páginas. 30 CHF
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