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Ginebra bajo otro ángulo

04.02.2021 – Stéphane Herzog

¿Qué guía lleva al turista a buscar un texto oculto en una estatua ginebrina? Publicada por la editorial alemana Emons, la obra “111 lugares en Ginebra que no puede perderse” es una de esas guías. Propone una mezcla de consejos prácticos y datos culturales. La estatua citada al principio aparece en la entrada número 90, bajo el título: “Glorieta de Plainpalais. Un auténtico centro”. Se trata de una obra de arte, la estatua de una mujer caminando con libros bajo el brazo. Un hecho notable es que los tres autores de esta guía, una italiana adoptiva, un alemán y un ginebrino de abolengo, son al mismo tiempo los iniciadores de la obra. Llamaron a la casa editora a finales de 2018 para proponerle la redacción de un “111” sobre Ginebra. La obra se basa en un gran número de recomendaciones personales de amigos locales. Cada entrada instruye al lector y lo invita a visitar un lugar. Es el caso de la ficha 37, que recuerda que Ginebra era uno de los faros de la Europa ilustrada. Nos desplazamos al no. 38 de la calle Étienne-Dumont —antes calle de Belles-Filles—, en el corazón del casco antiguo. “Aunque la imponente puerta parece poner trabas a su curiosidad, no vacile y empújela”, invitan los autores. Aquí se encuentra un edificio que une la Plaza de Bourg-de-Four con el Paseo de Saint-Antoine. Fue en este sitio donde se imprimió la “Enciclopedia” de Alembert y Diderot, mientras que Voltaire acudía periódicamente al lugar para supervisar la impresión de su obra. Los mismísimos ginebrinos se quedan pasmados ante tan sorprendente dato.

“111 lugares en Ginebra” dibuja también un panorama de los lugares de culto de Ginebra, más palpitantes quizás que el reloj floral. Nos invita a los Bains des Pâquis, establecimiento encumbrado por los ginebrinos, por su vista a la ciudad y al lago. Nos lleva al Salève, la más suiza de las montañas francesas. Se descubre, asimismo, que el monasterio budista erigido no muy lejos del teleférico espera al visitante incluso de noche. También se deja espacio para lugares sin mayor pretensión. Tal es el caso de un pasaje situado bajo un inmueble del barrio de la Servette. Según los autores, el pasaje Luserna sería “el centro comercial más melancólico del mundo”. “En la galería del Ris Sol se habla griego, portugués, árabe o serbio, y las familias se sientan en las mesas cuadradas para intercambiar sus historias”, se lee. Más de un lector acudirá al lugar para comprobarlo. ¿Y qué papel juega Ginebra en todo esto? Como ciudad-Estado aislada, Ginebra es, según los autores, tanto un lugar de nostalgia como de integración para todos los exiliados del mundo.

AMBROISE TIÈCHE, KATHARINA HOHMANN, FRITZ VON KLINGGRÄFF

“111 Lieux à Genève à ne pas manquer”
“111 Orte in Genf, die man gesehen haben muss”

[111 lugares en Ginebra que no puede perderse], Editorial Emons, 240 páginas, CHF 20

La editorial Emons ha publicado guías similares (en alemán) de las siguientes ciudades, regiones y cantones suizos: Argovia, Basilea, Basilea-Campiña, Berna, Oberland Bernés, Biena, Engadina, Glaris, Los Grisones, Lucerna, Nidwalden, Säntis, Schwyz, Soleura, Winterthur, Zúrich, Zúrich para niños.

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