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Desde el 1.o de septiembre de 2024, treinta plantas invasivas tienen prohibido su ingreso en Suiza. Entre ellas figuran especies tan populares como el laurel cerezo, el arbusto de las mariposas y la mimosa. Esta prohibición apunta a proteger la naturaleza y la biodiversidad autóctonas.
¿Está planeando un viaje a Suiza y busca un regalo para sus seres queridos? Permítame darle un consejo: si no quiere tener problemas con la aduana, no meta en la maleta una maceta de bambú dorado, ni semillas de altramuz o lupino (Lupinus polyphyllus). Son dos de las treinta plantas prohibidas en Suiza desde el 1.o de septiembre de 2024, en virtud de la Ordenanza sobre Diseminación Ambiental, que el Consejo Federal modificó en marzo en respuesta a una exigencia parlamentaria y que regula la gestión de especies alóctonas invasivas.
Pero ¿cuál es el motivo de esta prohibición? Algunas especies vegetales invasoras proliferan sin control en la naturaleza y amenazan no solo la biodiversidad, sino también el medio ambiente y la salud. Algunas de ellas se extienden tan rápidamente que desplazan a las plantas autóctonas y pueden incluso causar daños en las infraestructuras. Hasta ahora, todavía estaba permitido vender o importar muchas de estas plantas. Esto ya no es así.
La nueva normativa concierne a treinta especies vegetales, desde plantas ornamentales decorativas como el arbusto de las mariposas hasta plantas exóticas de rápido crecimiento como el kudzu, una trepadora procedente de Asia. Al repasar la lista, llama la atención una planta en particular: el laurel cerezo, una de las plantas favoritas de los jardineros suizos, ya que lo tiene todo para agradarles: poco delicada, frondosa, de hoja perenne y de rápido crecimiento. Además, las bajas temperaturas no le afectan demasiado. La buena noticia para los jardineros es que quien tenga un laurel cerezo en su jardín no estará obligado a retirarlo a pesar de la prohibición: lo que ya está ahí, puede quedarse. Además, en el futuro seguirá habiendo formas de proteger la propiedad privada de miradas indiscretas. Los centros de jardinería y los viveros recomiendan el laurel de Portugal o la photinia, por ejemplo. Y si los setos no tienen por qué ocultar por completo el jardín, también hay numerosos arbustos autóctonos entre los que elegir: por ejemplo, el espino blanco, el viburno lanudo o el agracejo.
En Basilea, la lista de plantas prohibidas fue recibida con gran preocupación. Y es que incluye una plantita tan arraigada en el carnaval como los grupos de Schnitzelbängg: la acacia dealbata o mimosa. Prohibirla sería muy problemático para los Waggis, que reparten cientos de mimöseli durante los desfiles. Pues bien, Basilea puede estar tranquila: aunque está prohibido vender, importar o regalar esta mimosa en macetas o en forma de semillas, sus flores cortadas y sin raíces pueden seguir arrojándose a la multitud. Así que no hay motivo de preocupación: el próximo carnaval de Basilea transcurrirá como de costumbre.
La prohibición en vigor desde el 1.o de septiembre de 2024 incluye: acacia mimosa, añil bastardo, yuyo San Vicente, áster de Escocia, helecho de agua, morera de papel, arbusto de las mariposas, bunia de Oriente, cornejo de sericea, cotoneaster horizontalis, pepino silvestre, erigeron anual, galega, glyceria striata, madreselva ‘Henry I’, madreselva japonesa, lupino (altramuz) de hojas múltiples, apio de agua/perejil japonés, parra virgen/enredadera de Virginia, paulonia imperial, plumero, bambú dorado, laurel cerezo, cerezo criollo, bambú japonés, zarza armeniana, frambuesa japonesa, sagitaria (bayoneta), sedo bastardo, estolón cosecha de piedra y palmera china de abanico (palmito elevado).
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