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Moneda entera y juegos de azar; uno no, otro sí: por una parte, los electores no quieren que el Banco Nacional sea el único que pueda crear dinero; por otra, aprobaron la nueva ley sobre los juegos de azar.
Los debates en todo el país y en los medios de comunicación fueron muy emocionantes y estimulantes, aunque también de alto nivel. Hubo quien aprendió a entender mejor cómo funciona nuestro sistema monetario, pero las consideraciones de política monetaria y financiera no acabaron de convencer a la mayoría para cambiar al sistema de moneda entera. Así, la iniciativa “Moneda entera” fue rechazada el pasado 10 de junio, con un 75,7 % de los votos en contra y en todos los cantones. Sus promotores querían que el Banco Nacional no sólo emitiera billetes y monedas (la menor parte del dinero), sino la totalidad de los recursos financieros. En la actualidad, el dinero electrónico y escritural lo crean los bancos comerciales mediante préstamos: esto es lo que pretendían impedir los promotores de la iniciativa.
Su objetivo era volver al sistema financiero más seguro gracias a la moneda entera, ya que ésta habría quedado al margen del ciclo de crédito. Los bancos dejarían de incluir en su balance el dinero de los clientes y se limitarían a administrarlo, de modo que sería “dinero real” y no se vería afectado en caso de una crisis bancaria. Los préstamos sólo se podrían otorgar con dinero facilitado por los ahorradores, otros bancos y el Banco Nacional.
Los opositores objetaban que éste sería un experimento único a nivel mundial, peligroso para el mercado financiero y con repercusiones impredecibles. Actualmente, la creación de dinero por parte de los bancos tiene límites: está sujeta a normas estrictas y existen claros requisitos en cuanto a capital propio y reservas mínimas. Además, el dinero de los clientes está protegido hasta un monto de 100 000 francos suizos. El Consejo Federal, el Parlamento, la industria, los bancos y los principales partidos rechazaron esta iniciativa. Los promotores (algunos economistas y activistas) no eran liderados por personalidades destacadas y no tenían un perfil político claramente definido. Si bien algunos representantes de la izquierda simpatizaban con la propuesta, la propia Consejera Nacional del Partido Socialista y especialista en política económica Susanne Leutenegger Oberholzer se alegró del “No”. La iniciativa “Moneda entera” era la respuesta errónea a una preocupación real: ¿cómo reforzar la seguridad del sistema financiero?
Los debates en torno a la nueva ley sobre los juegos de azar han dado lugar a una dinámica curiosa: el objetivo central de esta ley era la legalización de los juegos de casino en línea, debiendo las licencias otorgarse exclusivamente a proveedores suizos, con exclusión de los extranjeros. Los partidos jóvenes de todo el espectro político habían promovido el referendo en contra de este proyecto de ley y entablado un intenso debate político en torno al bloqueo de Internet. Estos jóvenes partidos obtuvieron el respaldo del PLR, los Verdes, los Verdes Liberales y el PBD, que también se habían unido al rechazo.
En su opinión, esta ley equivalía a censurar Internet; por ello, advirtieron sobre el riesgo de más bloqueos en otros ámbitos de la Red, que pondrían en peligro el futuro digital de Suiza. Los defensores argumentaron que éste era un caso específico, que no sentaba las bases para nuevas restricciones de Internet. De lo que se trataba, era de garantizar que los seguros de vejez y supervivientes, así como los clubes culturales y deportivos pudieran seguir sacando provecho de los juegos de azar de los casinos. Abrir la red a los oferentes no suizos en Internet habría implicado la fuga de parte de los capitales hacia el extranjero. Este razonamiento fue decisivo para la mayoría de los electores. A muchos tampoco le sentó bien que los operadores de juegos de azar extranjeros apoyaran el referendo con cerca de medio millón de francos suizos.
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