Editorial
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Mi apellido revela que tengo raíces extranjeras: Lehtinen es un apellido finlandés, allí tan común como aquí en Suiza Müller o Meier. Nací en Finlandia, mis dos padres proceden de la parte sur de ese país nórdico.
En ocasiones lo percibo en los detalles de la vida cotidiana. Me refiero por ejemplo a las innumerables veces que he tenido que deletrear mi apellido: cuando me preguntan, digo siempre que lo correcto sería pronunciar Lehtinen con una “h” aspirada, y no con una “ch” como en alemán.
En mi infancia no sólo era mi apellido lo que me recordaba que yo no era un “auténtico suizo”. Me acuerdo muy bien cómo participé en el carnaval de Basilea disfrazado de cowboy: era yo el único con ese disfraz y a los basilienses les pareció una verdadera barbaridad. También de pequeño era el peor esquiador de todo mi círculo de amigos. Y alguna que otra vez oía en el patio del recreo: “Die spinnen, die Finnen” (“¡Están locos esos finlandeses!”).
Mis padres me dijeron una vez que al salir de su país habían perdido su lengua y parte de su identidad, que se habían quedado mudos en el más estricto sentido de la palabra. Con el paso de los años su finlandés se fue “oxidando”, sin que por ello llegaran a dominar perfectamente el alemán. Ése no es mi caso: llegué a Suiza cuando era tan pequeño que nadie nota que soy de origen finlandés. Hablo perfectamente el alemán, lo mismo que el finlandés.
Sin embargo, comprendo muy bien esa sensación de desarraigo y confusión que se experimenta al vivir entre dos culturas: ser extranjero, tanto en el país de origen, como en el de adopción. También yo, pese a estar plenamente integrado y tener un pasaporte suizo, sigo siendo “el finlandés”: “Sois gente de pocas palabras, ¿no?” “¡Seguro que bebes mucho!”. Y en mi antigua patria siempre soy “el suizo”. ¡Por supuesto! Tengo un montón de dinero en mi cuenta bancaria y no lo digo a nadie.
De jovencito me sentía apátrida. Hoy veo las cosas de forma distinta: tengo dos patrias; y eso, lejos de ser una carga, constituye una gran riqueza. Mis dos identidades han ampliado mi horizonte, haciéndome más abierto y flexible. Así que hoy no tengo ningún problema para ver las cosas desde dos perspectivas diferentes y sentirme igualmente vinculado a dos países.
Comentarios
Comentarios :
Italienerin durch meinen Vater, Schweizerin durch Geburt und Prägung, Deutsche auf eigenen Antrag.
Meine Mutter war Schweizerin (mit legendärem ungarischem Urahn), mein Vater Italiener, mein Ehemann ist Deutscher, unsere Kinder sind Doppelbürger. Ich spreche sechs europäische Sprachen - fünf davon fließend - habe Verwandte in England, Freunde in Frankreich, Bekannte in Lettland...
Ich glaube fest daran, dass wir lernen müssen, als Europäer zu denken, zu leben und zu handeln - ohne die Werte und Grundsätze unseres jeweiligen Ursprungslandes zu übergehen oder zu vergessen. Wir können einander so viel geben und so viel von einander profitieren, wenn wir - zwar auch! - aber nicht nur immer auf unser eigenes Gärtchen schauen!
Europa ist eine Schatzkammer voller großartiger kultureller und menschlicher Errungenschaften, voller wunderbarer Traditionen und Gegensätze, kostbarer Hand- und Kunstfertigkeiten und von überwältigender landschaftlicher Schönheit und Vielfalt. Mich begeistert die Fülle der unterschiedlichen Lebens- und Umgangsformen und Denkweisen, der musikalischen und kulinarischen Ausprägungen, der verschiedenen Staatsformen mit ihren jeweiligen Vor- und Nachteilen.
Zugegeben; Vielfalt ist meist mühsam, braucht Einfühlungsvermögen und Geduld, braucht überzeugende Argumente, langen Atem und Kompromissbereitschaft. Nichts kann einfach durchgepaukt oder ein für alle Mal erledigt werden! Aber Vielfalt ist Reichtum und Potential und damit Voraussetzung für gesunde Entwicklung.
Lasst uns miteinander und nicht gegeneinander leben und arbeiten!
Claudia Stockburger-Maridati
Je maîtrise bien évidemment parfaitement l'espagnol et paviens même à différencier les divers accens locaux.
On me demande souvent si je désirerais devenir colombien et, franchement, je n'en vois que peu d'avantages sinon pour obtenir le droit de vote dans un pays où la politique est rongée par une corruption endémique... non merci.
D'autant plus que mon passeport suisse m'offre de multiples avantages notamment pour mes déplacements à l'étranger. Je remarque que les citoyens suisses sont plutôt bien vus un peu partout et que de ce fait, je ne ressens pas la nécessité d'adopter une autre nationalité même si j'apprécie beaucoup mon pays d'adoption : la Colombie.
Bien à vous ! Ralf
Janos Szava
And English as well as Swahili.
I was born in East Africa and did English eduction, married an Englishman and moved to Seychelles. I feel comfortable in Africa, Seychelles, England and Switzerland and am very loyal to my fatherland although I have never worked in CH.
Vive la difference!
Mia