Poco después tuvo la oportunidad de poner en práctica sus ideales: realizó frecuentes viajes a Europa Oriental para entregar paquetes de ayuda humanitaria. Allí conoció también a su futura esposa, Zofia Pawliszewska, que había salvado a un gran número de judíos de ser capturados por los nazis tras el Levantamiento de Varsovia. Hasta la fecha no se ha esclarecido cómo Häsler pudo ser encarcelado en 1948, acusado de ocultar donaciones, convirtiéndose en víctima de la caza de comunistas, en un juicio de tintes claramente políticos. Fue gracias al redactor jefe de Tat, Erwin Jaeckle, que Häsler no quedó en el olvido y pudo empezar su carrera como entrevistador para este periódico.
Aprender de la historia
Lo que Häsler escribió, lo que pensó, todo aquello por lo que luchó, se sustentaba en la exigencia moral a la que se comprometió a sujetarse en 1946 ante los horrores del nacionalsocialismo. “En Auschwitz me hice a mí mismo la promesa”, diría Häsler en 1997, “de hacer todo lo que estuviese a mi alcance como escritor y como orador para que nunca más se repitiera lo que ocurrió en la Europa cristiana del siglo XX, porque demasiados dirigentes y pueblos, incluidos nosotros los suizos, apartamos la mirada de lo que estaba sucediendo. Nunca nos libraremos de esa culpa”.
A pesar de que este hombre, que solo tenía estudios de primaria, hablaba de igual a igual con los más destacados intelectuales y pensadores de su época, permaneció fiel a su lema hasta el final: “Nunca tuve la intención de redactar biografías científicas o artículos de crítica cultural; solo me propuse esbozar a grandes rasgos el retrato de personas de nuestro tiempo y, de ser posible, comunicar su armonía interior”.
“En cualquier caso, el recuerdo —y la historia no significa sino eso— debe estar siempre presente y formar parte de nuestra vida. Esto nos obliga a preguntarnos: ¿cómo afecta mi presente?, a sabiendas de que hechos como el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, con sus monstruosas devastaciones, dependen hasta cierto punto de mi propio comportamiento, de si digo “no” o digo “sí”, y de si no dejo que sean las fuerzas destructivas, sino las fuerzas creativas, las que dominen mi vida y mi comportamiento”.
Alfred A. Häsler,
en una entrevista con el periódico “Der Bund” del 6 de mayo de 1995
Como periodista y filólogo especialista en literatura, Charles Linsmayer presentó durante varios años en “Panorama” a autores suizos que vivieron en el extranjero. A partir de ahora presentará también a escritores cuya vida se desarrolló esencialmente en Suiza.
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