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No puede afirmarse que hayan reinventado el género. Todo lo contrario: Burning Witches representa un heavy metal hipertradicional, por no decir anticuado. Pero estas suizas tienen más de un as bajo la manga. Por un lado, en el grupo hay solo mujeres, algo todavía infrecuente en el metal y que, por ello mismo, llama la atención. Además, saben venderse de forma muy inteligente: se presentan como heroínas de fantasía, guerreras o brujas, es decir, mujeres fuertes que, además de ser bellas, también son peligrosas.
Esta esmerada y cuidadosa imagen, combinada con un heavy metal pegadizo, muy bien coreografiado e interpretado con profesionalidad, condujo al grupo, bajo la dirección de la guitarrista Romana Kalkuhl, a la gran discográfica Nuclear Blast —todo un espaldarazo—, luego a los escenarios de los más grandes festivales, como el Wacken Open Air, y ahora, con su cuarto álbum, “The Witch of the North”, a los primeros puestos de las listas musicales de muchos países. El álbum alcanzó el sexto lugar en la lista de éxitos suiza y, lo que es mucho más importante, el muy respetable puesto 16 en Alemania. Y casi como prueba de que su grupo se ha impuesto definitivamente entre los grandes, Romana Kalkuhl aparece incluso en la portada del tabloide más popular de Suiza.
Con su nuevo álbum, el quinteto cumple a todas luces las expectativas de sus numerosos seguidores. “The Witch of the North”, producido por Marcel Schirmer, de Destruction, y V.O. Pulver, de Gurd, se ha convertido en un álbum conceptual sobre la mitología nórdica, en el que las Burning Witches no dudan en hacer abundante uso del pathos y de los clichés, tanto en sus textos como en la estética general. En lo musical, las cinco brujas deambulan nuevamente por el metal tradicional de los ochenta. Las baladas como “Lady of the Woods” alternan con canciones muy animadas, como “Nine Worlds”. El estribillo de “We Stand as One” es tan pegadizo y conciso como el de “Thrall”. Y para que no quepa ninguna duda en cuanto a sus orígenes musicales, las Burning Witches incluyen también una canción del grupo estadounidense de power metal, “Savatage”.“The Witch of the North” no es para nada original; pero eso no puede ser motivo de reproche, porque con su enfoque intencionalmente retro, la obra emana un encanto que, en cierto modo, recuerda el metal decididamente kitsch, simpático e inocente de otros tiempos.
Comentarios
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Hallo Mädels der Burning Witches, zur Zeit des Jülicher Herzoges Wilhelm V. (1516-92) soll es in dessen Landen keine Hexen gegeben haben. Dessen Leibarzt Johann Weyer verfaßte 1566 'De Praestiglis Daemonum', als "Antihexenhammer": Der Grundgedanke war, daß es keine rechtlichen Grundlagen der Hexenprozesse gab, Hexenvertrag (pactum cum diabolo) und Hexenbuhlschaft (coitus cum diabolo) seien illusorisch aus medizinischen, juristischen, theologischen und philosophischen Gründen usw. Er galt der Kirche, ihren Klerikern und Theologen, sowie Juristen und Inquisitoren zunächst als Außenseiter, aber seine Argumente führten schließlich mit dazu, den Hexenverfolgungen die theoretischen Grundlagen zu entziehen. In der juristischen Praxis mußten immer mehr Mediziner zu den Prozessen mit hinzugezogen werden (Aus: einhundertmal, Erinnerungsschätze aus der Sammlung des Museums Jülich/Marcell Perse 2018).