Literatura
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Kurt Mettler falleció en 1930 a los 25 años, dejando un extraordinario diario que sólo se publicaría 90 años más tarde.
“A los estadounidenses les gusta estar bajo las órdenes de alguien. Se podría abusar de ellos. Son bonachones y carecen de sentido crítico. Se dejan mangonear fácilmente”. Quien no supiera que esto lo escribió un suizo de 22 años en su diario de 1927, podría pensar que lo dijo un astuto conocedor del presidente estadounidense actual y de sus seguidores.
Este joven suizo se llamaba Kurt Mettler y provenía de una adinerada familia de industriales de San Galo; tenía una formación de músico violoncelista, un título de doctor en leyes y le gustaba manejar automóviles veloces, esquiar y viajar a bordo de las primeras líneas aéreas de su tiempo. Descubrió desde temprano el diario como la forma literaria que convenía a su personalidad y lo consideraba “el soporte o, incluso, el centro de su vida”. En 1927 quiso publicar ya su “Diario de un solitario”. Pero sólo logró enriquecer su vida interior cuando, ese mismo año, empezó a recorrer el mundo en compañía de su hermano.
A partir de ese momento, Mettler se consideró un cronista de su época y tan pronto como escribía pensaba ya en publicar sus obras. Sobre todo en EE. UU. cubrió un amplio abanico de la vida social, retrató a grandes personajes, describió conciertos dirigidos por Furtwängler y Toscanini. Asimismo, se dedicó al arte antiguo y contemporáneo, pues pensaba inaugurar posteriormente una galería de arte en Europa. Particularmente notables son sus anotaciones sobre el comportamiento de los jóvenes, con quienes se identificaba por completo. “Somos la nueva generación y está en nosotros pensar de manera diferente”, escribió, proclamando que Platón, Spinoza y Schopenhauer eran diletantes, pues ¿acaso habían sido capaces de crear algo absoluto, que fuera digno de seguir?
Después de pasar por Japón, Corea y Rusia, Mettler regresó a Suiza en 1928; pero en el trayecto contrajo una infección de amebas, de la que difícilmente se recuperaría. Su diario de EE. UU. ya estaba listo para ser publicado cuando viajó a París, en marzo de 1929, para inaugurar su galería. En la Ciudad Luz también hizo anotaciones en su diario, y no sólo sobre su vano intento de hacer prosperar su galería de arte, sino también sobre su crisis personal por su homosexualidad nunca declarada públicamente. Su relación con un fascinante joven constituye uno de los pasajes más emotivos de su diario de París, que quedó inconcluso porque Mettler murió repentinamente de septicemia, el 12 de septiembre de 1930, a los 25 años, dejando acumulada una impresionante cantidad de deudas.
Los diarios de Mettler nunca se habrían publicado si un pariente lejano suyo, David Streiff, antiguo director de la Oficina Federal de Cultura, no los hubiese encontrado y hubiese convencido al historiador André Weibel para que realizara una edición, acompañada de brillantes comentarios. Para sorpresa de muchos, este olvidado joven reapareció noventa años después de su muerte con un libro que describe a los EE. UU. de su tiempo con tanta vida como al mundillo del arte parisino y que de muchas formas tiene rasgos visionarios. El autor reconoció ya entonces la relatividad del progreso técnico, sobre todo de la aviación, y frases como “No puedes ser feliz y, al mismo tiempo, saber que lo eres” dejan ver la profundidad de su pensamiento, admirable para un joven de 25 años.
BibliografÍa:
Kurt Mettler: “Tagebücher 1927–1930” [“Diarios de 1927 a 1930”], publicado y comentado por André Weibel. Limmat Verlag, Zúrich 2019, 1 040 páginas, 59 CHF.
Comentarios
Comentarios :
As a result of the tone of your introductory remarks, the rest of your article was of no worth.
Die selbstgefällige Art, einfach nur den Rahmen des Schriftorgans zu Kritisieren, wenn da was geschrieben steht, was nicht der eigenen Meinung entspricht, ist zwar populär, aber keine Bereicherung für den Leser.