Sven Epiney

Un sábado por la tarde en marzo. En la televisión suiza de habla alemana se emite el final del espectáculo de baile “Darf ich bitten?”. Nada demasiado emocionante. Pero de pronto ocurre algo inesperado en este programa en vivo. El conocido moderador de radio y televisión Sven Epiney, que participa como candidato, se arrodilla y le pide a su pareja de baile y de hecho que se case con él. Él le contesta que sí, se abrazan y ambos lloran de alegría. Alguien les lleva rosas rojas. “Piel de gallina”, comentan los medios de comunicación, “Epiney ha hecho historia en la televisión y en la igualdad de derechos”. Esto no era realmente de esperar. El siempre amable moderador de concursos y programas de entretenimiento de 47 años, oriundo del Valais, nunca había hecho nada inusual hasta entonces. Las declaraciones de amor como ésta frente a las cámaras de televisión pueden parecer conmovedoras o extrañas, pero algo es indiscutible: lo privado es, en este caso, político. El Parlamento suizo decidirá dentro de poco sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo. En la actualidad, éstas pueden registrar su convivencia. Es una especie de “matrimonio light”, aunque sin los mismos derechos y obligaciones que el matrimonio tradicional. Es posible que una mayoría vote a favor del cambio de la ley. Eso no es del gusto de todos. Después de la actuación de Epiney, hubo mucha homofobia en las columnas de comentarios. Se presentaron quejas ante la Televisión Suiza, alegando que la estrella de televisión había abusado de un programa financiado por los contribuyentes para promover sus propios fines. Pero también comentando que “va en contra de la naturaleza” que dos hombres se besen. El ombudsman de la televisión rechazó decididamente todas las quejas. Entre tanto, según la prensa de gran tiraje, los novios disfrutan de su vida en pareja. Aún no hay fecha para la boda anunciada públicamente por Epiney, es decir, no se sabe si podrá celebrarse.