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Meses después de una infección de coronavirus, algunas personas siguen padeciendo secuelas: agotamiento, dificultad para respirar, problemas de memoria… La Oficina Federal de Salud Pública se refiere a esto como enfermedad post-Covid-19; otros hablan de Covid largo o persistente. El hecho de que algunos de los infectados no se recuperen es un misterio para la medicina. El cuadro clínico consta de síntomas diversos, difíciles de identificar; no hay diagnóstico seguro ni terapias convalidadas. Una cosa es cierta: estos pacientes suelen causar baja laboral durante largo tiempo; el seguro suizo de invalidez ha registrado más de 5 000 casos hasta la fecha. “Es dramático para los afectados”, subraya Onur Boyman, catedrático de Inmunología Clínica en la Universidad de Zúrich. A los pacientes también les afecta que se minimicen sus síntomas achacándolos a problemas psicológicos. Ahora, un equipo dirigido por Boyman ha hecho un descubrimiento sobre el mecanismo de la enfermedad, en un estudio reconocido internacionalmente y publicado en la revista Science: un componente del sistema inmunitario humano, el llamado “sistema del complemento”, es en parte responsable del Covid largo. “Este ya no vuelve a su estado de reposo en los pacientes aquejados por Covid largo”, explica el inmunólogo. Este componente del sistema de defensa que se ha desbocado provoca daños, cuyos signos pudieron detectar los investigadores en la sangre. Eso significa que el Covid largo podría diagnosticarse algún día mediante un análisis de sangre. Según Boyman, esto abre nuevas posibilidades para desarrollar terapias más específicas, aunque para ello hará falta tiempo y más investigación. No obstante, los científicos de Zúrich ya han dado un importante paso en contra de la estigmatización de estos pacientes.
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