Selección
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“Tschou zäme, es isch schön gsy!” [“¡Adiós a todos, ha estado bien!”]. Con esta frase en dialecto bernés Polo Hofer se despidió del mundo: una frase muy acertada para una esquela, sea o no de su autoría. A pesar de toda su pasión y seriedad, este cantante siempre enfrentó la vida con gran serenidad. Y así también, sin miedo alguno, aborda ahora la vida después de la muerte, venga lo que venga. “No tengo miedo a la muerte”, declaró en una de sus últimas entrevistas. “Tengo curiosidad”.
Fue en los años 60 cuando este bernés comenzó su carrera como batería y cantante en una banda de soul; pero fue hasta la siguiente década cuando llegó el éxito: con la banda Rumpelstilz y el clásico “Kiosk”, Polo Hofer allanó el camino al Mundartrock o rock en dialecto, demostrando por primera vez que se puede escalar por la lista de éxitos musicales con canciones en suizo alemán: lo que hoy se da por supuesto, en los años 70 era toda una novedad.
Polo Hofer siguió siendo durante toda su vida la autoridad indiscutida del rock en dialecto. Fundó el conjunto Schmetterband y después Polo’s Schmetterding. Y con “Alperose” escribió un himno inmortal en suizo alemán. En 2006 los televidentes eligieron esta canción como “el mayor éxito suizo de todos los tiempos”.
Polo Hofer fue una roca en medio del oleaje. Su presencia también parecía eterna. Sin embargo, el 22 de junio el cantante de 72 años sucumbió a un cáncer de muchos años. Suiza ahora llora a su héroe nacional y con gran pesar se percata de que tendrá que resignarse y arreglárselas sin este precursor. Sí, estuvo realmente bien, ¡tschou Polo!
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