Naturaleza y medioambiente
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El Instituto Ornitológico de Sempach, en el cantón de Lucerna, celebra su centenario. Esta institución sin ánimo de lucro es un renombrado centro especializado en Suiza, que goza de gran popularidad. Pero da la voz de alarma: la diversidad de la avifauna local está amenazada.
Este invierno pudo observarse un maravilloso espectáculo en el cielo crepuscular de Langenthal (BE): cientos de miles de pinzones reales se posaron sobre los abetos para pasar la noche. Estos visitantes invernales llegan todos los años a Suiza, procedentes de Escandinavia, explica Livio Rey, de 33 años, biólogo del Instituto Ornitológico de Sempach: “Pero no todos los años ocurre una llegada masiva como esta, porque tienen que darse ciertas condiciones”. Los pinzones necesitan suficientes hayucos como alimento y que no haya nieve; al mismo tiempo, las condiciones deben ser peores más al norte. Entonces se desplazan hacia el sur.
El Instituto Ornitológico de Sempach se considera una autoridad en todo lo relacionado con las aves. Fundado en abril de 1924 por la Sociedad Suiza de Ornitología y Conservación de las Aves, cuenta con una larga tradición en Suiza. Sus casi 160 empleados asesoran a las autoridades y grupos profesionales, y brindan información al público en general sobre temas relacionados con las aves. El hecho de que tres cuartas partes de su financiación procedan de donaciones y legados demuestra la confianza y simpatía de las que goza. Aunque no está financiado por el sector público, realiza trabajos contractuales para la Confederación y los cantones.
Sus fundadores, entre ellos el primer Director del Instituto Ornitológico, Alfred Schifferli, contable y ornitólogo de Sempach, anhelaban apoyar el campo de la investigación ornitológica, que en ese entonces se encontraba en pleno auge. Schifferli y sus ayudantes anillaron numerosas aves para estudiar su migración. La estación se dio a la tarea de centralizar las notificaciones de anillamiento y proporcionar especímenes y huevos para la investigación. Su fundación también está vinculada a los primeros movimientos de protección de la naturaleza en Suiza, a finales del siglo XIX y principios del XX. Desde el principio, ha puesto sus conocimientos sobre las aves al servicio de su protección.
“Para proteger las aves y preservar su diversidad para las futuras generaciones, necesitamos entenderlas”, afirma Livio Rey en la sede principal del Instituto Ornitológico. Esta está situada a orillas del lago Sempach, a cierta distancia de la ciudad. Cuenta con un puesto de atención a aves heridas y un centro de visitantes. Si tiene la suerte de encontrarse en este edificio de adobe en un día de invierno y se asoma en el momento adecuado, podrá vislumbrar un colorido martín pescador. Comprender, proteger y conservar siguen siendo los principios rectores de la Estación. Estos principios son más necesarios que nunca”, afirma el biólogo.
Aunque las aves nos fascinan con su canto, su proximidad y su habilidad para volar, a menudo no somos conscientes de la precariedad de sus condiciones de vida: actualmente están amenazadas 40 % de las cerca de 200 especies de aves que anidan en Suiza. Según Rey, la lista roja de especies de aves amenazadas es una de las más largas de Europa. Y la situación no ha mejorado en los últimos diez años; al contrario, el número de aves “potencialmente amenazadas” no ha hecho sino crecer. “Contrariamente a lo que suele creerse, Suiza no es un país modelo en lo que se refiere a la protección de aves”, subraya el biólogo.
Sin embargo, a algunas especies les va mejor que a otras, aclara Livio Rey; así, la situación de las aves que viven en los bosques es relativamente buena en Suiza, gracias a unas normas de protección bastante estrictas. También ha habido avances positivos para las garzas y las aves de presa: desde que se prohibió su caza, sus poblaciones han podido recuperarse. Tal es el caso del águila real, del quebrantahuesos, que ha reaparecido en Suiza, y del milano real. Este último estaba al borde de la extinción, comenta Rey; pero “hoy por hoy, el diez por ciento de su población mundial anida en Suiza”.
Muchas especies de aves tienen dificultades para vivir en áreas de cultivo intensivo, donde las frecuentes siegas destruyen sus nidadas y el uso abundante de fertilizantes y pesticidas mata a los insectos de los que se alimentan. Además, en muchos lugares faltan pequeñas estructuras como setos o montones de piedras. Como consecuencia, numerosas especies han desaparecido. Algunas, antaño muy comunes en la Meseta suiza, ahora se han extinguido, desde la perdiz pardilla hasta el hortelano, una especie de escribano. Solo en muy contadas ocasiones puede escucharse aún el jubiloso canto de la alondra.
También sufren las aves que viven en humedales, es decir, cerca de cuerpos de agua o en pantanos; entre otras cosas, les están afectando nuestras actividades recreativas. “Las aves son un reflejo del medio ambiente”, resume el experto, “son un buen indicador de cómo lo tratamos”. Los conocimientos que hemos acumulado sobre estos cambios se basan también en los innumerables datos recabados por el Instituto Ornitológico Suizo. El seguimiento, es decir, el recuento del número de aves, es una de sus prioridades desde hace décadas. Más de dos mil voluntarios contribuyen a esta labor en toda Suiza, desde científicos jubilados hasta constructores de vías férreas.
Investigar las migraciones de aves también sigue siendo una tarea sustancial del Instituto Ornitológico. Sin embargo, la tecnología ha evolucionado. Hoy en día, las aves migratorias ya no van equipadas solo con anillas; también llevan dispositivos de almacenamiento de datos tan ligeros como una pluma: los llamados geolocalizadores, que se sujetan a su cuerpo como si se tratara de una mochila. Proporcionan una “información impresionante”, afirma Rey. Por ejemplo, el vencejo real permanece doscientos días ininterrumpidamente en el aire. El carricero tordal, cuando emigra, puede ascender a 6 000 metros de altitud. Aunque desde hace unos cincuenta años el Instituto Ornitológico se preocupa cada vez más por las condiciones de vida de las aves, siempre se ha mantenido en lo posible al margen de la política, contentándose con proporcionar información técnica, explica el biólogo. Con una excepción: el Instituto apoya la iniciativa popular que se someterá a votación en 2024, para reclamar más tierras y recursos a favor de la biodiversidad. Sin embargo, para mejorar los hábitats de las aves, el Instituto trabaja ante todo sobre el terreno. Para ello, colabora con aquellos agricultores que producen respetando la naturaleza.
Por ejemplo, el Instituto ha contribuido a la creación de zonas de compensación ecológica premiadas en terrenos agrícolas de las regiones de Champagne (cantón de Ginebra) y Klettgau (cantón de Schaffhausen). En estas zonas, el número de alondras ha vuelto a aumentar y la liebre parda ha regresado”, declara Livio Rey. Este biólogo bernés lleva ocho años trabajando en el centro ornitológico. Su ave favorita es el halcón peregrino, que ostenta el récord de velocidad del reino animal: puede alcanzar los 200 kilómetros por hora en picado. Se encuentra en casi todo el mundo: “Eso es un factor de unificación”.
El halcón peregrino también ejemplifica el éxito de la protección de especies. En los años sesenta estuvo al borde de la extinción debido al uso a gran escala del DDT. Un grupo ecologista internacional luchó contra este insecticida y consiguió prohibirlo, también en Suiza, en 1972. Desde entonces, el número de halcones peregrinos ha vuelto a aumentar. “Esta ave de presa es la prueba viviente de que nuestra lucha está dando sus frutos”, concluye Livio Rey.
Comentarios
Comentarios :
Bravo pour tous ces combats difficiles à gagner avec les cultures et consommations intensives. J'adhère complètement à ce que la faune et la flore sont les premières touchées, c'est en revenant vers plus de respect de notre environnement qu'il nous protégera à son tour. Il serait nécessaire que dans chaque pays, on instaure ce respect par l'ouverture des écoles à toutes ces merveilleuses associations qui agissent avec courage et ténacité.......