A título personal
A título personal
A título personal
A título personal
A título personal
A título personal
A título personal
A título personal
En los últimos meses, los suizos y suizas en el extranjero han sido objeto de desinterés, e incluso de duras críticas. ¿Está Suiza menos dispuesta hacia ellos? ¿Se respira desencanto? Para hacer balance de la situación, “Panorama Suizo” ha consultado a algunos políticos ampliamente familiarizados con la Quinta Suiza.
En esa época de Adviento, el orden del día no estaba precisamente en consonancia con el ambiente prenavideño: “Se reducen las prestaciones para los suizos y suizas en el extranjero”. Así rezaba el temario de la reunión del grupo parlamentario “Suizos en el extranjero” en diciembre pasado. En lugar del grato sonido del papel de regalo, este anuncio más bien evocaba las arcas vacías y las dietas para adelgazar del mes de enero. Pero no cabía la menor duda: el Consejo Federal quería y quiere reducir paulatinamente el presupuesto. Para lograr este objetivo se ensaña, entre otros, con la “Quinta Suiza”. ¿Qué pasará con los 19 millones de francos que la Confederación asigna anualmente a los servicios informativos de la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión (SSR) para el extranjero? Cancelados. Esta medida afecta al sitio web en italiano tvsvizzera.it, a la cooperación con los canales de televisión internacionales TV5MONDE y 3sat, pero sobre todo a la plataforma de Internet en diez idiomas swissinfo.ch, financiada a partes iguales por la SSR y la Confederación. Esta plataforma apenas tiene esperanzas de sobrevivir sin la contribución federal.
El plan de ahorro del Consejo Federal también erosiona las subvenciones para las relaciones con la Quinta Suiza, así como el importe asignado a “educationsuisse” que coordina las escuelas suizas en el extranjero, hasta ahora subvencionadas por la Confederación en aproximadamente un tercio de sus gastos. Tras un primer recorte de subvenciones para el año 2025, la Organización de los Suizos en el Extranjero (OSE) debe prepararse también para nuevos recortes sustanciales de los fondos estatales.
Ante este panorama poco alentador, la OSE se apresuró a enviar un oficio al Consejo Federal para protestar contra los planes de ahorro. Sin embargo, la reducción de prestaciones va mucho más allá del plan de austeridad: los mensajes negativos hacia los suizos y suizas en el extranjero se van multiplicando. La Consejera Nacional Elisabeth Schneider-Schneiter (BL, El Centro) no es la única que ha dado la voz de alarma en los últimos meses. La actitud de Suiza hacia sus ciudadanos en el extranjero se ha deteriorado, “y no solo un poco”, advierte. La Consejera dice escuchar cada vez con más frecuencia frases como “Se fueron al extranjero porque así lo quisieron”. Los cantones donde los suizos residentes en el extranjero no tienen derecho a voto en las elecciones al Consejo de los Estados no están dispuestos a cambiar esta situación, denuncia Schneider-Schneiter. Si los expatriados no están conformes, alegan algunos, bien pueden volver a casa.
La Consejera Nacional también se muestra “profundamente consternada” por el rechazo de su moción parlamentaria para mejorar la cobertura sanitaria de los suizos en el extranjero. Para ella, esto es una mala señal: “Porque, además, estoy segura de que esta medida incluso le permitiría a Suiza ahorrar dinero”. Los ejemplos anteriores reflejan la falta de interés por las preocupaciones de los suizos y suizas en el extranjero, que la Consejera Nacional de San Galo, Barbara Gysi (PSS), también ha notado en la población: “En general, diría que a la gente no le importa mucho la Quinta Suiza”.
Esta falta de interés no es nada grata para los afectados. Pero más grave aún es la acusación de parasitismo: durante la campaña del referendo sobre la 13.ª cuota mensual de la pensión del SVS (véase Panorama 3/2024), el diario Neue Zürcher Zeitung habló de “ciudadanos gorrones”, a los que les gustaría recibir más pensión, pero que, a diferencia de los suizos residentes en Suiza, no contribuyen a financiar estos gastos adicionales. A continuación, el periódico se preguntaba si realmente tiene sentido que alguien conserve su derecho al voto, independientemente del tiempo que lleve viviendo fuera de su país.
¿Acaso nuestros compatriotas expatriados, a los que se suele describir como buenos embajadores de Suiza en el extranjero, se han convertido de la noche a la mañana en meros aprovechados? El Consejero Nacional del PLR, Laurent Wehrli (VD), se muestra escandalizado por tales acusaciones. Él también percibe un deterioro en la actitud hacia los suizos y suizas en el extranjero, lo mismo que Nicolas Walder, Consejero Nacional de los Verdes (GE), para quien estas acusaciones son “chocantes y humillantes”: “¡Como si el dinero pagado a los suizos en el extranjero fuera dinero tirado a la basura!”. Lamenta que la UDC tenga una visión excesivamente nacionalista de la ciudadanía, al punto de ver con malos ojos a cualquiera que se traslade al extranjero por un largo periodo de tiempo.
De esta idea discrepa, al menos a título personal, el Consejero Nacional de la UDC Jean-Luc Addor (VS), quien declara: “Los suizos residentes en el extranjero no son malos suizos o suizos a medias. Son suizos”. A diferencia de sus colegas diputados, no percibe un deterioro generalizado de la opinión pública hacia la Quinta Suiza. Sin embargo, debemos evitar que se tensen indebidamente las relaciones entre los suizos residentes en el extranjero y sus compatriotas en el país, advierte el político. Para Addor, este escenario podría darse si se llevaran a cabo los recortes que el Gobierno federal prevé para Swissinfo. Esta postura no deja de sorprender por parte de alguien que participa en el comité “Doscientos francos son suficientes”, cuya iniciativa pretende recortar drásticamente las subvenciones gubernamentales a la SSR. Addor explica su posición: solo pide que la SSR se limite a su mandato básico, del que el mandato internacional es parte integrante: “Por tanto: manos fuera de Swissinfo.”
Las declaraciones completas de los seis políticos interrogados sobre el estado de ánimo que prevalece en los medios políticos respecto a la Quinta Suiza pueden consultarse en ¿Cuál es el sentir actual respecto a la “Quinta Suiza”? Seis respuestas. Los lectores y lectoras también pueden contribuir al debate enviando sus propios comentarios.
Todos los políticos consultados coinciden en un punto: la imagen de aprovechados ha sido alimentada por ciertos reportajes de los medios de comunicación sobre pensionistas adinerados que disfrutan de sus pensiones suizas delante de su piscina, bajo el sol de un país exótico. Barbara Gysi aclara: “A menudo se da por sentado que, gracias a los recursos de los que disponen, los suizos residentes en el extranjero pueden llevar una vida mejor que en Suiza. Por desgracia, a menudo olvidamos que muchos jubilados se trasladan al extranjero por falta de recursos, y que han cotizado a la seguridad social suiza durante toda su vida laboral.”
Especialmente ofensiva considera Gysi la propuesta de recortar la seguridad social de los suizos residentes en el extranjero, como lo exige el Consejo Nacional, que pretende suprimir las pensiones infantiles. También en este debate salió a relucir el tópico del parasitismo: casi un tercio de las pensiones infantiles se transfiere al extranjero, acusaban algunas voces en el Parlamento; asimismo, el periódico Tages-Anzeiger subrayó que estas pensiones se reclamaban con especial frecuencia en Tailandia, Filipinas y República Dominicana. Lo que no se menciona es que, en términos absolutos, esto solo concierne a un pequeño número de padres y que los gastos en Suiza superan con creces a los del extranjero.
Elisabeth Schneider-Schneiter sacude la cabeza: “Si cada vez resulta menos atractivo trasladarse al extranjero, las empresas suizas en el extranjero pronto tendrán graves dificultades para encontrar trabajadores suizos. Este tema debería ser motivo de preocupación para los representantes de las empresas: lo repito siempre que puedo en el extranjero”.
Por su parte, el político del PLR Andrea Caroni, de Appenzell Rodas Exteriores, siempre ha adoptado una postura crítica, y ha presentado varias interpelaciones sobre el derecho de voto vitalicio, entre otras. No le parece “normal que personas que nunca han vivido en Suiza y que no tienen la intención de volver tengan el derecho de votar y presentarse en las elecciones aquí, mientras que a un extranjero perfectamente integrado en Suiza no se le permite opinar sobre decisiones que le afectan directamente”, declaró a Swissinfo ya en 2019. Andrea Caroni, fiel a una antigua tradición de la política suiza, de momento prefiere abstenerse de todo comentario sobre cuestiones políticas de actualidad: este año preside el Consejo de los Estados, y, por costumbre, los presidentes de ambas cámaras parlamentarias dejan temporalmente de lado sus opiniones políticas personales.
Comentarios