Buzón
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De adolescente soñaba con ser enfermera. Nunca hice realidad ese sueño, porque me di cuenta de que jamás tendría el tiempo de sentarme al lado de un paciente para escucharlo. Por eso comparto totalmente el afán de convertir esta maravillosa profesión en algo aún más interesante, más humano y, por ende, mejor.
Ya es hora de que se reconozca la labor del personal de enfermería, no solo con aplausos, sino también con mejores sueldos. Por ello doy mi apoyo incondicional a esta iniciativa. De lo contrario, dentro de poco los enfermeros estarán peor que los enfermos.
Que toda la responsabilidad de cuidar a los enfermos recaiga en un solo oficio, un solo grupo de personas, es algo realmente enfermizo.
Es hermoso leer sobre personajes de nuestro país, no multimillonarios, sino grandes figuras. En todas partes, pensar distinto acaba castigándose... Y, no obstante, para que un Estado goce de buena salud hacen falta rebeldes. Al menos eso dice Maquiavelo… o quizás ese tipo de lectura solo esté reservado a los gobernantes.
¡Ya es hora! En todas partes debería legalizarse el cannabis: es mucho menos perjudicial que el alcohol y puede resultar muy beneficioso para tratar el cáncer, la ansiedad, etc. Además, si se gravara su venta, podría ser una excelente fuente de ingresos, tanto para el gobierno federal como para los cantones. Legalizar el cannabis sería ventajoso para todos. Los legisladores conservadores que insisten en que siga siendo ilegal intentan controlar a los demás imponiendo su concepto de “moralidad”, en lugar de basarse en una evaluación objetiva de la salud y la seguridad.
Aunque esta planta no me llama especialmente la atención, la actitud de este hombre me parece muy valiente. ¡Qué perseverancia! Y además, respetando la ecología: ¡Bravo!
Me dio mucho gusto leer el artículo sobre Uetendorf. Me pareció especialmente interesante, debido a que soy de Rüschegg-Heubach, un pueblo cercano a Uetendorf. En mi vida he pasado muchas veces por Uetendorf. Desde 1961 vivo en EE. UU., pero nunca olvidaré mi país natal, ni las inapreciables experiencias que viví allí.
Estimado Sr. Lombardi, le ruego intervenga para impedir que PostFinance incremente el monto de sus comisiones. Tengo una cuenta en Postfinance desde los veinte años y ahora, solo por vivir a unos cientos de kilómetros de allí, me cobran 360 francos al año: esto representa una importante sangría a mi pensión, que asciende a 1 700 francos mensuales. Para mí se ha vuelto demasiado caro vivir en Suiza.
Me gustaría que el Sr. Lombardi y el Consejo Federal hablaran con los bancos para que desistan de aumentar sus comisiones año tras año, con la amenaza de que nos van a cancelar la cuenta. Todavía tengo cuentas en Suiza, por si llegara a darse un golpe de Estado aquí en Tailandia y tuviera que regresar rápidamente a Suiza. Así al menos tendría dinero para volver a empezar, sin tener que recurrir de inmediato a la asistencia social.
Por más que lo repitan una y otra vez en Panorama Suizo, mientras el Consejo de los Suizos en el Extranjero siga siendo elegido por una pequeña minoría compuesta por miembros de asociaciones, no será el “Parlamento de la Quinta Suiza”.
En Sudáfrica, llevamos años sin poder participar en las votaciones que se llevan a cabo en Suiza. Cuando nos llega la documentación electoral, el plazo para votar ya se ha cerrado. Ya lo hemos señalado en reiteradas ocasiones, pero sin éxito. No entendemos por qué no se nos envía antes la documentación. Aunque, por supuesto, ¡lo mejor sería la votación electrónica!
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