Buzón
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La votación electrónica era algo estupendo y para nosotros, los suizos en el extranjero, mucho más sencillo que el voto por correo. Por ejemplo, en las últimas elecciones ni siquiera recibí la documentación para votar: ¡qué lástima! Como antiguo político municipal y ciudadano suizo actualmente residente en Tailandia, deseo seguir manifestando mi opinión política y exijo que la documentación para votar se envíe a tiempo. Pero también me alegraría que se restableciera la votación electrónica, la cual es sin duda menos susceptible de ser manipulada que el correo postal, como lo he comprobado personalmente.
Armin Thürig, Maetang Chiangmai, Tailandia
Con algo de buena voluntad y un poco más de presión, la votación electrónica podría haberse introducido definitivamente desde hace mucho tiempo. Si no, habría que cuestionar también la banca electrónica. Ya que no se ofrece la votación electrónica a los suizos en el extranjero, al menos se debería garantizar que la documentación para votar llegue a tiempo, y no semanas después de las elecciones. Los suizos en el extranjero también tenemos derecho a votar a nivel federal.
Gigi Geiger, Tailandia
En efecto, cuando se trata de turismo de masas es primordial no dejarse arrastrar por el afán de dinero. Lo que debe prevalecer no son las posibilidades de negocio, sino preservar la autenticidad de los sitios.
Vincent Poder, Francia
Visitamos Suiza con la mayor frecuencia posible, y cuando nos jubilemos planeamos pasar varios meses al año en este país. Por suerte, hoy es fácil encontrar comida suiza en EE. UU. y los quesos parecen ser incluso más baratos aquí que en Suiza: es algo que no deja de sorprenderme.
Peter Vogel, Memphis, EE. UU.
¿Cómo se le ocurre a alguien cuestionar el derecho a voto de los suizos en el extranjero? Eso sería para mí como si me quitaran mi pasaporte suizo. Tuve que cumplir 70 años para poder votar por primera vez, porque antes no existía la votación por correo, y desde entonces nunca he dejado de votar. Me doy el gusto de mantener mi suscripción del NZZ para estar informada. He comprobado que los problemas de Suiza y de Alemania son muy parecidos, por lo que mi voto se beneficia también con la experiencia que he obtenido aquí. No necesito ningún consejero nacional “propio”: es tan amplio el abanico de los partidos políticos que, por así decirlo, hay para todos los gustos. Y dado que me esfuerzo en dar a conocer Suiza, necesito la versión impresa de Panorama Suizo. Siempre hay alguien que la lee con interés. Asimismo, quiero seguir votando por correo. Meter el sobre en el buzón es casi como meterlo en una urna.
Linor Kirsch, Limburgo, Alemania
Cuando leí su artículo sobre el escritor Albert Bächtold, de Schaffhausen, debo confesar que los ojos se me llenaron de lágrimas. Me vinieron a la mente recuerdos muy remotos. Yo tenía entonces 16 años y asistía a la escuela de comercio de Zúrich. Puesto que crecí en Schaffhausen, viajaba cada mañana en tren a Zúrich junto con una amiga y volvía por la tarde. Durante uno de esos viajes empezamos a conversar con un señor de unos 50 años. Él nos contó que escribía libros, algo que nos pareció muy interesante. Le pedimos a nuestra profesora de alemán que invitara al señor Bächtold a una lectura en nuestro colegio. Gustoso aceptó la invitación y, a partir de ese momento, mi amiga y yo lo visitamos con frecuencia. Como nuestro tren a Schaffhausen no salía antes de las 18:00 p.m., teníamos tiempo de sobra: “Vamos, visitemos al señor Bächtold”, nos decíamos siempre la una a la otra mientras guardábamos nuestras cosas del colegio. Eran horas maravillosas durante las cuales escuchábamos atentas la historia de su interesante vida. Él siempre se alegraba cuando llamábamos a su puerta, no sólo porque los tres hablábamos el dialecto de Schaffhausen, sino también, según pienso ahora, porque estaba muy solo.
Mascha M. Fisch, Mayen, Alemania
Cuando tenía ocho años, mis padres se fueron de Suiza a causa de la Gran Depresión. Ya de adulto, regresaba con frecuencia a mi país natal para visitar a familiares y disfrutar de la belleza de Suiza. Me encantaba comer fondue de queso, filete tártaro de ternera y una exquisita hogaza de pan suizo. Ahora, a mis 89 años, ya no puedo viajar como antes y me alegro de recibir mi ejemplar de Panorama Suizo. Gracias por ayudarme a mantener el contacto con mi país natal.
Michel P. Barbezat, Chicago, EE.UU
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