Las 300 personas más ricas de Suiza lo son más que nunca: el total de su fortuna asciende actualmente a 833 500 millones de francos. La lista de estos superricos, que se publica a finales de cada año desde 1988, la leen sobre todo quienes solo sueñan con poseer grandes fortunas. En 1988, por cierto, el patrimonio acumulado de las 300 personas más ricas sólo ascendía a 66 000 millones. Fuente: Revista de economía Bilanz
Los ricos son los que más se enriquecen, y esto tiene que ver con lo que ocurre con el dinero después de la muerte: gran parte de la riqueza heredada va a parar a manos de quienes ya tienen mucho. Esto acentúa la brecha entre ricos y pobres. Según las últimas cifras, en Suiza se heredan cada año 88 000 millones de francos, aproximadamente el doble del importe total pagado por el SVS.
Suiza se considera una nación ahorradora. Pero quizá también debería considerarse una nación olvidadiza. Según el Banco Nacional Suizo (BNS), han desaparecido 17 millones de billetes suizos de la sexta serie (1976), con un valor total de unos mil millones de francos. Hoy carecen de valor, nunca se cambiaron por billetes nuevos y se consideran perdidos. Muchos suizos y suizas han metido su dinero bajo el colchón, para luego olvidarse de él. Lo cierto es que aún es posible canjear los billetes de la serie 6 directamente en el BNS. www.revue.link/serie6
Cuando la cuenta de ahorros apenas genera intereses, el oro resulta atractivo. Cada vez más suizos y suizas ven en el oro una inversión estable. En total, unos 200 000 kilogramos de este metal precioso están actualmente en manos de particulares en Suiza. Menos del 40 % deposita su oro en una caja fuerte bancaria. Muchos lo guardan en casa. Y el 5 % lo entierra en el jardín. Fuente: Universidad de San Galo y Philoro Suiza
Para brindar por todas estas riquezas existentes, pero olvidadas, ¿qué tal una botella de vino blanco del cantón de Vaud? Pues, en cierto modo, estas botellas generan intereses: en la actualidad, los viticultores de Vaud venden su vino en botellas de 0,70 litros. Pero la UE presiona y exige una mayor normalización; y tarde o temprano, los viticultores probablemente tendrán que pasar a botellas de 0,75 litros.
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