Suiza en cifras
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Más de 3 000 rotondas garantizan la fluidez del tráfico en Suiza. Sin embargo, lo que decora el centro de estas rotondas suele ser arte de dudosa calidad.
En alemán, el Kreiselkunst o “arte de rotonda” es un término ya acuñado, que tiene un notorio matiz peyorativo. ¡Pero aún hay esperanza! Muchas de las rotondas más antiguas están siendo desmanteladas. Y con ellas desaparece también ese arte tan cuestionable.
Los suizos presumimos de lo mucho que reciclamos. Pero si reciclamos mucho, ¿quizás se deba a que también consumimos mucho? Según la organización de protección marina Oceancare, Suiza está experimentando una “crisis del plástico”: el consumo anual de plástico per cápita, de 127 kilos al año, es el récord europeo. De esa cantidad, 95 kilos no se reciclan.
Los residuos plásticos son una mala herencia. En cambio, la herencia en sentido estricto no repercute directamente en la formación de residuos: en Suiza, 90 000 millones de francos se transmiten anualmente de una generación a otra (2020). Es una suma enorme. Hoy por hoy, uno de cada dos francos en Suiza no proviene del trabajo propio, sino de una herencia. Solo que muchos suizos no heredan nada en absoluto.
Suiza posee otro patrimonio oculto, de ingentes dimensiones: todas las tuberías de agua potable, aguas residuales, electricidad, gas y calefacción urbana, hechas de materiales sólidos de gran calidad, que recorren el subsuelo suizo tienen un valor de 450 000 millones de francos, según las últimas estimaciones. Las autoridades desean controlar mejor este “tesoro enterrado” elaborando un registro nacional de tuberías.
Casi todo se puede medir y cuantificar, incluso la esperanza. De acuerdo con el “barómetro suizo de la esperanza” del año 2022, elaborado por la Universidad de San Galo, una mayoría algo superior al 55 % de la población suiza está satisfecha y esperanzada, al menos en lo que respecta a su vida personal. Y la esperanza crece con la edad: los menos optimistas sobre el futuro son los jóvenes de 18 a 29 años.
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