Selección
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El “Consejero Internacional”: éste fue el lema con el que Tim Guldimann promocionó su candidatura al Consejo Nacional, en 2015. Este socialdemócrata de 68 años, que vive en Berlín, fue el primer suizo residente en el extranjero en ser elegido como miembro del Parlamento, a propuesta del Partido Socialista de Zúrich: ¡toda una hazaña! 56 suizos residentes en el extranjero lo intentaron asimismo por aquel entonces... ¡sin éxito! Las probabilidades de ser elegido son escasas, dado que la mayoría de los candidatos son prácticamente desconocidos. El caso del diplomático suizo de calado Tim Guldimann fue diferente.
No obstante, cuando llevaba recorrida la mitad de su primer periodo legislativo, Guldimann decidió poner fin a su mandato, con efecto a finales de la sesión de primavera. Según él, apenas logró estar presente en su distrito electoral o, incluso, permaneció ausente del mismo. No es fácil vivir en un sitio y hacer política en otro. Se necesita el contacto personal con la gente para la que se hace política: “No es lo mismo circular en un tranvía de Zúrich que en el metro de Berlín”. Asimismo, Guldimann alegó motivos familiares: su esposa tiene una vida profesional muy intensa, como Directora Adjunta de la oficina de la revista Der Spiegel, en la capital alemana. De ahí que las dos hijas en edad escolar necesiten la presencia del padre, por lo que está descartado que Guldimann se mude a Suiza.
En el Parlamento, Tim Guldimann se ocupaba ante todo de la política europea. Puesto que había sido embajador de Suiza en Berlín hasta su jubilación, en 2015, contaba con una excepcional red de relaciones. Ya se había labrado una reputación con anterioridad, entre otros como embajador en Teherán y como diplomático de la crisis en Chechenia, donde logró negociar un alto el fuego como Director de la misión de la OSCE. Su carrera política toca ahora a su fin, un poco menos deslumbrante que la diplomática.
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