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Una de las principales figuras científicas durante la fase más aguda de la crisis del coronavirus en Suiza fue Tanja Stadler, catedrática en el departamento de Biosistemas de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. Dentro del comité científico encargado de asesorar a las autoridades, Stadler dirigió al grupo de expertos que se dedicaban a calcular el "valor R" o factor de reproducción. Esta cifra clave indica si la pandemia se propaga o se ralentiza; es uno de los valores en los que se basó el Gobierno a la hora de tomar medidas. Se trataba de una gran responsabilidad para esta matemática, que en verano de 2021 asumió la presidencia del comité de expertos. A sus cuarenta años, era una de las más jóvenes.
“De las cifras de esta mujer pende nuestra libertad”, rezaba un titular de prensa. La propia Tanja Stadler siempre se mantuvo al margen de todo dramatismo: ante las críticas del público, la investigadora distinguida en numerosas ocasiones se atenía a los hechos y la evidencia. A pesar de ello, recibió amenazas y mensajes de odio, al igual que otros investigadores de la Covid que aparecían en público. Stadler nunca cayó en la trampa de emitir declaraciones políticas. Una y otra vez repitió que lo que ella sabía se basaba en la investigación, pero que es a la política a la que le toca tomar decisiones. Si daba alguna señal, lo hacía con gran sutileza: así, acudió con mascarilla a una entrevista televisiva cuando Suiza ya había retirado las medidas de protección. Si bien a finales de marzo se disolvió el comité de expertos, Tanja Stadler sigue investigando cómo se propagan y mutan los virus. Durante su infancia ya se interesaba por la biología. Entretanto, se ha convertido en un ejemplo para otras chicas que desean dedicarse a ámbitos de la ciencia anteriormente dominados por los hombres.
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