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El rapero ginebrino Makala no tiene miedo a las palabras. Prueba de ello es “Radio Suicide”, título de su último álbum de estudio, publicado en junio. Al joven de origen congoleño le da igual que salga o no en la radio. De hecho, sus 21 composiciones rebosan libertad sonora y licencia poética. Escucharlas por primera vez no resulta sencillo, debido a un alud de ideas musicales creadas con la complicidad del productor Varnish La Piscine. El rap de Makala viene acompañado de suaves ritmos de funk, incluso de reggae, pero las pistas sonoras son trituradas, amasadas, interrumpidas con flashes que impiden que uno se quede dormido al volante. Las palabras exhalan sentimientos dulces y amargos. Con cada escucha se descubre un nuevo elemento. Miembro y fundador del colectivo suizo SuperWak Clique (véase Panorama Suizo de enero de 2018), Makala habla sobre el éxito y cómo éste repercute en sus relaciones con los demás. Evoca las redes sociales y la vanidad que las caracteriza. Pone al descubierto su propia fragilidad, en un mundo de hombres duros. “La primera vez que hice el amor, le hice creer que ya lo había hecho”, declama en Goatier. ¿Qué decir del dinero y del éxito? Jugando con las sonoridades, Makala contesta: “J’ai la main dans le froc (pantalon). Bientôt j’ai les mains dans le fric” [“Tengo la mano en el bolsillo del pantalón. Pronto tendré las manos en la plata”], cuenta el ginebrino en “ICIELAO”. El joven destaca en el arte de crear colisiones léxicas, en las que las palabras transportan varias ideas a la vez. La voz de Makala puede evocar el flow del rapero estadounidense Snoop Dogg. Es suave, casi susurrante. Las palabras son inteligibles, pero no siempre accesibles, lo cual se debe al abundante uso del argot, así como del verlan, ese lenguaje que invierte las sílabas. Resulta que el álbum llamó la atención de la crítica especializada francesa. “Podría afirmar que se trata del mejor álbum de rap francófono del decenio, excepto que no se trata exactamente de un álbum de rap, o digamos que es más que un álbum de rap”, escribe Etienne Menu en su blog rapero “Musique journal”. Mejor prueba no puede haber de que los raperos ginebrinos, con su sello independiente “Colors Records”, realmente han conseguido salir de su pequeña república.
Makala: “Radio Suicide” 2019, Colors Records
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