Cyril Dittli | Crecer en Canadá, seguir una formación en Suiza
06.12.2024
Cyril Dittli, suizo residente en el extranjero, habla de su periodo de prueba y su trabajo como aprendiz en una tienda especializada en bicicletas.
“Me llamo Cyril Dittli y soy de Saint-Isidore, un pueblo cercano a Ottawa (Canadá). Crecí en una granja y terminé el bachillerato con éxito. Mis padres emigraron de Lucerna a Canadá hace 35 años, en busca de nuevas experiencias. En aquella época, muchos emigrantes suizos se establecieron en esta región. Por eso, siempre estuve en contacto con otras familias suizas y mis padres solo me hablaban en alemán, mientras que yo hablaba inglés y francés en la escuela. Todos los sábados iba a una escuela de lengua alemán. En aquel entonces no me gustaba mucho tener que ir a la escuela los sábados, pero ahora les estoy agradecido.
Cada verano tuve la oportunidad de pasar las vacaciones con mis abuelos en Suiza y en el décimo curso pasé seis meses en el instituto de Sursee, como estudiante de intercambio. Durante este semestre tuve la oportunidad de trabajar a prueba durante una semana, en una tienda especializada en bicicletas. Luego, cuando solicité por teléfono, desde Canadá, un puesto de aprendiz de mecánico de bicicletas en esta misma empresa, me aceptaron con los brazos abiertos. Un mes después, hice las maletas y llegué a Meggen, Lucerna: era el lugar ideal para ir en bicicleta al taller en diez minutos, y a la escuela en veinte. Eso sería inimaginable en Canadá.
No me costó tanto trabajo acostumbrarme a la escuela de formación profesional en Suiza. La vida aquí es ciertamente diferente a la de Canadá, pero me parece interesante conocer mejor la cultura suiza. En Suiza, todo está al alcance de la mano.
Lo más difícil para mí fue tener que separarme de mis compañeros de la escuela secundaria. Pero conseguimos mantener el contacto y algunos de ellos incluso vinieron a visitarme a Suiza durante las vacaciones. Lo que más me gusta es lo independiente que me he vuelto. Después de terminar mi aprendizaje, seguiré trabajando aquí, porque me gusta la disciplina y el orgullo que sientes al hacer bien tu trabajo. El elevado coste de la vida en Suiza no es ningún mito, y nunca habría podido empezar un aprendizaje sin el apoyo financiero de mi cantón de origen, Uri. También quiero dar las gracias a educationsuisse y a su personal, que me apoyaron para solicitar una beca y me resolvieron cualquier duda que tuviera. Tuve la suerte de poder comer todos los días en casa de mis abuelos. Mis padres me ayudaron con las tareas administrativas y a menudo me brindaron apoyo emocional por teléfono. No siempre fue fácil vivir solo por primera vez y, además, tan lejos de casa. También quiero dar las gracias a mi empresa de formación, que me brindó la oportunidad de realizar un aprendizaje en Suiza.”
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