Noticias del Palacio Federal
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Brunnen alberga un rincón muy particular: la Plaza de los Suizos en el Extranjero. Esta plaza se inauguró en 1991, con motivo del 700.° aniversario de la Confederación Helvética. Hoy es el punto de enc
Ante nosotros se extiende un vasto césped que invita a tomar el sol y hacer pícnic, con vistas al lago de los Cuatro Cantones y las montañas circundantes... y con gran importancia simbólica. Estamos hablando de la Plaza de los Suizos en el Extranjero, de Brunnen (SZ). Este recinto de 5 000 m2, que colinda con el puerto de Föhn, simboliza el sentimiento de pertenencia y apego a su país de origen de los aproximadamente 820 000 suizos residentes en el extranjero. Algunos también llaman a esta plaza el “Rütli de la `Quinta Suiza´”: una denominación muy apropiada, ya que el verdadero Rütli, el legendario sitio donde se fundó la Confederación, está a la vista en la orilla opuesta del lago. Aquí termina también el “Camino de Suiza”, una ruta de senderismo que rodea el lago de Uri y cada tramo de la cual está asignado a un cantón. La Plaza de los Suizos del Extranjero acoge acontecimientos deportivos y culturales, a veces con pantallas gigantes que retransmiten los eventos; el ejército organiza desfiles y la entrega de banderas, y la fiesta nacional del 1.o de agosto ya se ha celebrado aquí en varias ocasiones.
A pesar de su importancia simbólica, sorprende lo poco conocida que es esta plaza en la propia Confederación. Sin embargo, sus comienzos fueron dignos de mención, como nos lo explica Alex Hauenstein, Presidente de la Fundación para la Plaza de los Suizos en el Extranjero, propietaria del terreno: “La Plaza de los Suizos en el Extranjero es uno de los pocos vestigios duraderos del séptimo centenario de la Confederación Helvética, en 1991”.
Pero vayamos por orden cronológico: en 1988 se creó la fundación “Plaza de los Suizos en el Extranjero en Brunnen”, integrada por la Confederación Helvética, el cantón y el distrito de Schwyz, el municipio de Ingenbohl, el Banco Cantonal de Schwyz y la Organización de los Suizos en el Extranjero. En vista del 700.° aniversario de la Confederación Helvética, la fundación pudo adquirir el solar a orillas del lago de los Cuatro Cantones, gracias a una campaña internacional de recaudación de fondos entre los suizos del extranjero y una importante contribución de la Confederación. La plaza se abrió al público el 4 de mayo de 1991; fue inaugurada por Jean-Pascal Delamuraz, a la sazón Presidente de la Confederación Helvética. Posteriormente fue uno de los principales escenarios de las celebraciones del séptimo centenario de la Confederación Helvética. El 1.o de agosto de 1991, el Gobierno suizo se reunió al completo en la Plaza de los Suizos en el Extranjero, en lo que fue una especie de visita de Estado a la “Quinta Suiza”.
A pesar de su ubicación privilegiada, la Plaza de los Suizos en el Extranjero no llegaba realmente a convertirse en un lugar de encuentro. “Mucha gente ni siquiera conocía la plaza”, dice Alex Hauenstein, quien vivió y trabajó muchos años en Alemania. Él mismo no supo de su existencia hasta 2009, un año antes de incorporarse a la fundación, que preside desde 2014. Junto con los demás miembros del Consejo de la Fundación, se fijó el objetivo de dar a conocer el sitio y promover su uso. Por ello, se encargó a la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas del Noroeste de Suiza (FHNW) que elaborara propuestas para una mejor utilización de la plaza. Finalmente, la fundación decidió organizar un concurso para crear un símbolo de la plaza. El proyecto seleccionado fue “Trampolín”, una pasarela que se extendía hacia el lago como un trampolín hacia el ancho mundo. Sin embargo, el proyecto no pudo concretarse. “Fue por la asociación de conservación del paisaje”, dice Hauenstein en tono seco.
A pesar de este contratiempo, estaba claro que había que dar un mejor uso a la plaza. La gente la utilizaba para tomar el sol, hacer pícnics y muchas otras actividades, pero rara vez acogía eventos importantes. Sin embargo, esto era exactamente lo que hacía falta, ya que la fundación necesitaba ingresos para financiar el mantenimiento del sitio. Para fomentar su uso, la fundación se asoció con la oficina de turismo de Brunnen, que se dio a la tarea de alquilar la plaza. Entre los eventos que empezaron a celebrarse allí, algunos de los más conocidos son el Spetaccolo, un festival internacional de artistas callejeros; Windweek, un evento de deportes acuáticos; y el campeonato de Europa de la Clase Internacional Seis Metros (de veleros).
Sin embargo, en ocasiones la fundación se ve obligada a rechazar ciertas peticiones: por ejemplo, cuando las familias desean enterrar en la plaza la urna de un cofundador fallecido. Hauenstein dice comprender ese deseo, “pero la plaza no debe convertirse en un cementerio”.
Desde hace varios años, la fundación también utiliza la plaza para llevar a cabo su proyecto “Artists in Residence”. Este verano, el artista invitado fue Nathaniel “Nat” Cartier, músico suizo de 24 años afincado en Edimburgo. La fundación financió su estancia de cinco semanas, y a cambio se le pidió que compusiera tres canciones y creara pinturas que se pondrían a disposición de la fundación. El músico disfrutó mucho de su estancia, afirma Hauenstein. Aprovechó para unirse a los yodelistas de Brunnen y aprender a tocar la trompa alpina y el Schwyzer-Örgeli. En una de las piezas que compuso, titulada “Präsidenten-Ansprache” [“Discurso presidencial”], el saxofonista Cartier va acompañado por el famoso trompista Fredy Fuchs. Al final de su estancia, Cartier presentó su obra ante un numeroso público congregado en la Plaza de los Suizos en el Extranjero. Tras 2016 y 2017, esta era la tercera vez que la fundación otorgaba una beca de este tipo. Otro artista será invitado en el verano de 2026, cuando se celebre el 35.° aniversario de la plaza. “Tenemos la intención de festejarlo por todo lo alto”, promete Alex Hauenstein.
Para Hauenstein, Presidente del Patronato, la ceremonia de aniversario también será una despedida, ya que dejará entonces el cargo: tras dieciséis años, habrá llegado el momento de ceder el testigo a la siguiente generación. Entretanto ha vuelto a Suiza, donde se ha afincado ya; espera que la plaza se siga desarrollando y adaptando a las necesidades de la “Quinta Suiza”. Tiene claro que este lugar especial seguirá siendo indispensable, pues muchos compatriotas que viven en el extranjero siguen estrechamente ligados a su patria, como lo han venido haciendo durante generaciones, señala Hauenstein. Para ellos, este sitio posee un enorme valor: “Aquí tienen un lugar que los espera cuando estén de regreso a casa”.
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